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Cambio climático afecta de forma desigual al impactar precios de productos de primera necesidad

En el mundo, alrededor de 32 millones de personas fueron impactadas por fenómenos climáticos adversos el año pasado según la ONU y Costa Rica no estuvo exenta, afectando sobre todo a sectores como tomate, café, papa, plátano y cebolla.

El cambio climático ha golpeado a Costa Rica no solo con un aumento de las temperaturas y fenómenos climáticos extremos cada vez más frecuentes, sino también con el incremento de los precios de productos de primera necesidad, que constituyen la base de la dieta de la población, como el tomate, la papa, los huevos, las frutas y muchos otros alimentos.

El calentamiento global es una realidad que afecta de manera desigual a las personas, tanto en tierras costarricenses como en el resto del mundo. De hecho, la Organización de Naciones Unidas (ONU) alertó que, para 2024, cerca de 32 millones de personas serán impactadas por fenómenos climáticos adversos.

Por ejemplo, solamente en diciembre, el precio de la papaya aumentó un 75,21 %, el del tomate un 50,68 %, el de la cebolla un 49,25 % y el de la papa un 18,77 %. Además, el café costarricense se ha visto fuertemente afectado por las lluvias de los últimos meses, lo que provocó la pérdida del 30 % de su cosecha.

De acuerdo con Cecilia Mora, directora general de RS-Sostenible, uno de los efectos más visibles del cambio climático en el país durante los últimos meses ha sido el aumento en el precio de productos básicos, como el tomate y otros señalados.

“La crisis climática ha alterado los patrones de producción agrícola, en particular debido a las intensas lluvias y las prolongadas sequías. Estos fenómenos afectan la oferta de productos como frutas, verduras, semillas, azúcares y cereales, lo que ocasiona el incremento de los precios y la escasez de ciertos alimentos en el mercado”, explicó.

Esto significa que el cambio climático se ha convertido en un problema que va más allá de lo ambiental y tiene implicaciones sociales y económicas profundas. Estas consecuencias no se distribuyen de forma equitativa, golpeando con mayor fuerza a los más vulnerables.

Mora agregó que el clima cambiante, con olas de calor, sequías y lluvias intensas, está alterando las estaciones de crecimiento de los cultivos y afectando la calidad de los suelos. La producción agrícola disminuye debido a la propagación de hongos y bacterias, condiciones que limitan aún más la productividad y calidad de los cultivos.

Según el más reciente Índice de Actividad Económica (IMAE), a noviembre de 2024, la producción de la actividad agropecuaria presentó una caída del 0,8 % con respecto al mismo mes del año anterior.

El mayor impacto estuvo relacionado con la reducción en la producción de café, papa, plátano y cebolla para el mercado local debido a las condiciones climatológicas adversas. No obstante, hubo un aumento en la producción de productos agrícolas destinados al mercado externo, como plantas, raíces vivas, tubérculos y hortalizas.

“Pero va más allá de los efectos inmediatos sobre los precios de los alimentos. Considerando que los alimentos constituyen una parte significativa del gasto familiar, los aumentos de precio podrían empujar a más personas hacia la pobreza extrema, afectando la seguridad alimentaria de la población. Mientras tanto, las comunidades vulnerables enfrentan barreras significativas para adaptarse a estas crisis: la pobreza, los bajos niveles educativos y la falta de oportunidades laborales dificultan que las personas puedan cambiar de vivienda o buscar nuevas actividades económicas para subsistir”, añadió Mora.

Todo esto implica un retroceso en el desarrollo social y económico del país. Sin embargo, estos costos de recuperación podrían evitarse mediante una planificación adecuada y acciones preventivas concretas. Algunas de estas acciones incluyen una gestión eficiente de los recursos hídricos, la implementación de métodos agrícolas sostenibles y la adopción de tecnologías que permitan una producción más eficaz y resiliente frente a los cambios climáticos.

 

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