País

Autocrítica y unidad nacional: salvavidas de Carlos

Reconocer errores del PAC le generó réditos determinantes al nuevo presidente

Lo usual en el cierre de una campaña electoral es ver en la tarima del ganador los colores de su partido. Lo inusual es presenciar en el festejo del triunfo a miembros prominentes de, al menos, cinco agrupaciones políticas, vistiendo sus propios colores.

Sin embargo, en una contienda electoral en la que lo atípico se volvió recurrente, no podía ser de otra forma: socialcristianos, liberacionistas, frenteamplistas y una representante de Nueva Generación, celebraron la noche de este domingo el gane de su en otro tiempo contrincante, Partido Acción Ciudadana (PAC) como si esta vez, realmente, las banderas no diferenciaran.

Ese capital pluripartidista consolidado en la consigna de “unidad nacional” y motivado, principalmente, en una agenda pro derechos humanos, terminó siendo uno de los grandes salvadores de Carlos en la segunda ronda electoral para lograr vencer a su contrincante, como reconoció el mismo candidato.

“Y quiero también recalcar el papel preponderante, entendiendo el rol histórico que jugó un líder, viendo la necesidad como país que tenemos de generar un acuerdo nacional, en la figura de don Rodolfo Piza”, resaltó el nuevo presidente en un discurso de vencedor pero para nada mezquino, en la plaza Roosevelt, en San Pedro.

“Y en ese ánimo de cosas, siguiendo pasos generados, por ejemplo, en el acuerdo nacional, también impulsado por don Ottón Solís y que acogieron nueve fracciones legislativas (…) también contamos con un documento de acuerdo nacional para llevar adelante a Costa Rica trabajando por lo que nos une”, agregó en referencia al acuerdo que firmó solo unos días atrás con Piza, excandidato a la presidencia por el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC).

Piza se convirtió la noche de este domingo en uno de los grandes protagonistas de esta historia. Casi tan aclamado como el mismo Carlos. Abrazado por militantes de su partido que le siguieron hasta el final, por seguidores del PAC y por quienes en otro momento probablemente fueron sus detractores pero con quienes ahora coincidió por elección en aquella tarima: liberacionistas como Leonardo Garnier y María Luisa Ávila.

Si el acuerdo de “unidad nacional” tuviese que retratarse en una foto, seguramente sería la de los exministros, diputados y excandidatos de distintos partidos fusionados en abrazos en esa tarima.

Si tuviese que explicarse con números, podrían usarse las encuestas recientes elaboradas por el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) que anunciaban que un 61% de seguidores del PUSC se inclinaban por el PAC para la segunda ronda, junto con un 49% de liberacionistas.

No obstante, la coalición quizá hubiese resultado irrealizable si el candidato del partido oficialista y su equipo se hubiesen rehusado a reconocer y criticar los errores de su propio partido y del actual Gobierno. Pero, por el contrario, la autocrítica se colocó con aplomo en el discurso de los últimos meses del ahora presidente y en el de sus más cercanos, y se mantuvo incluso en el momento en que se supieron vencedores.

Apenas conocer los resultados por parte del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), que anunciaron el gane contundente de Carlos Alvarado, salió a escena en la plaza Roosevelt (en San Pedro) el fundador del PAC, Ottón Solís, para celebrar, sí, pero también para reconocer una “deuda”.

“El país nos dio un cheque en blanco lleno de posibilidades, nosotros despilfarramos parte de ese cheque. Esto es una segunda oportunidad y una advertencia y no podemos fallar de ninguna manera”, expresó Solís.

La tónica de los últimos meses de campaña de Carlos fue precisamente reconocer fallas del Gobierno por temas como el caso de corrupción conocido como “cemento chino”, cuyos alcances todavía están por determinarse.

Fue también el tono autocrítico y a la vez conciliador del discurso de su victoria.

“Esta elección, en particular, nos ha confrontado con un espejo como país (…) Y en ese espejo en el que nos hemos visto en esta elección hemos visto un país diverso, hemos visto un país que tiene diferentes puntos de vista, hemos visto un país que tiene desigualdades, hemos visto un país que necesita trabajar, necesita trabajar para llevar mayor oportunidad a las distintas partes del país y yo tengo un compromiso para hacerlo como presidente de la República”, manifestó el recién electo mandatario en una plaza repleta de partidarios y de no partidarios.

Admitir las debilidades y los errores a tiempo le generó a Carlos apuntalar el deseado acuerdo nacional, ese que hoy se vio reflejado en muchos colores en una misma tarima y cuya materialización ahora será sin duda punto de mira de la opinión pública.

No solo abrazos

Hasta el final de la campaña, Carlos mantuvo la línea conciliadora, la promesa de unidad, la propuesta de hacer el gobierno del bicentenario. Repartió abrazos, dio apretones de manos.

Pero también, ya con el nuevo encargo de ser el próximo presidente de la República, Carlos advirtió una serie de necesidades para arrancar el nuevo Gobierno.

“Quiero pedir de una manera respetuosa, pero categórica, a los actuales diputados y diputadas de la Asamblea Legislativa, que avancen con las reformas necesarias del reglamento legislativo, para tener fluidez en el Congreso”, demandó.

De manera “respetuosa pero categórica” pidió también a los legisladores avanzar con el proyecto de ley en materia fiscal, requirió al Consejo Nacional de Concesiones una “ruta crítica” para ampliar la ruta 27, al Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer) un plan encaminado a tener tren eléctrico interurbano y a autoridades educativas expandir la tecnología en centros educativos y mejorar las condiciones laborales de docentes.

“Costa Rica tiene el potencial de ser una nación que brilla, pero también quiero ser sincero, Costa Rica atraviesa momentos complejos, y tenemos que ponernos a trabajar desde ahora, tenemos que tener expectativas claras para un próximo gobierno que debe entrar a trabajar desde ya, que debemos comenzar a trabajar para resolver problemas que acarreamos durante décadas y que llegó el momento de que resolvamos”, reparó el nuevo presidente.

Colaboró con esta información el periodista Eber Víquez.

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