País

Ausencias y ruido excesivo tensan el ambiente en la Asamblea Legislativa

El ruido y los rompimientos de quórum tensan las relaciones en el Congreso, y obliga a tomar medidas más fuertes a la Presidencia legislativa.

Las constantes ausencias de diputados y el ruido en la camarilla de las sesiones legislativas ya tensa las relaciones en el Congreso. Los rompimientos de quórum son repetitivos por las constantes salidas de los legisladores y la bulla no permite a los diputados expresarse con calma, sobre todo cuando realizan su intervenciones de control político.

Estas han sido quejas constantes de diputados en la Asamblea. Sin embargo, las tensiones llegaron a su punto máximo, hasta el momento, esta tarde.

Primero, el presidente legislativo Carlos Ricardo Benavides, del Partido Liberación Nacional (PLN), anunció que tomará medidas más fuertes para controlar las salidas repentinas de los diputados.

Entre ellas, aseguró que restringirá las actividades que se realizan en el Salón de Expresidentes del Congreso durante el Plenario legislativo y añadió que empezará a cumplir con el artículo 105 del reglamento parlamentario, que castiga con la pérdida de sus dietas a los diputados que hayan estado presentes en discusiones de mociones o proyectos de ley, pero que se retiran (sin pedir permiso) antes de sus votaciones finales.

Sobre las actividades en el Salón de Expresidentes, Benavides indicó que la primera regulación será trasladar a un salón más alejado (el Salón de Beneméritos) las conferencias de prensa que se realizan al mismo tiempo que las sesiones del plenario legislativo; mientras que todos los eventos que no sean propiamente conferencias quedarían prohibidos.

En esa línea, indicó que lo importante es que los diputados “se concentren en las labores que constitucionalmente les corresponden”, tomando en cuenta que “para los efectos de participar con los colectivos y grupos de interés está el resto del día”.

“Lo que pasa es que aquí se ha abusado de eso, recuerdo que hace unos meses incluso hubo una actividad bailable ahí, en el Salón de Expresidentes (anexo al plenario), mientras el plenario estaba sesionando”, subrayó.

Sobre los rebajos de las dietas establecido en el artículo 105 del reglamento legislativo, el presidente del Congreso señaló que seguirá otorgando los permisos tradicionales, aunque limitados para permitir que pueda seguir sesionando correctamente.

Eso sí, Benavides subrayó que la norma “es clara” en que es obligación de los diputados llegar al Plenario.

El rebajo de las dietas ha sido irrespetado por años en el Congreso, según comentó el director ejecutivo de la institución, Antonio Ayales. Él indicó en una entrevista con UNIVERSIDAD que no ha sido una costumbre de los presidentes parlamentarios llevar el control de entradas y salidas de congresistas, por lo que para la administración ha sido imposible trabajar en su cumplimiento.

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La norma ha sido históricamente complicada de aplicar por dos motivos, principalmente; los cuales fueron parcialmente expuestos esta tarde por la diputada Ivonne Acuña, del bloque fabricista Nueva República, y por el diputado Walter Muñoz, del Partido Integración Nacional (PIN).

Acuña señaló que no le quedaba claro si debían mantenerse durante todas las sesiones o si podían permanecer solo para determinados asuntos, pues “el quehacer legislativo a veces implica salir al despacho porque alguien ha venido a buscarnos”. Ante esta observación, Benavides reiteró que el asunto es mantenerse todo el tiempo posible y no faltar nunca a las votaciones de temas que han discutido.

Por su parte, Muñoz indicó que, de aplicarse la norma, sería importante aplicar una especial justicia en la repartición de permisos. Según Muñoz, “las concesiones de permisos son mayores en algunas fracciones que en otras y, de seguir siendo así, se estaría obligando a algunos diputados a mantener quórum y a permanecer todo el tiempo de las sesiones”.

Todo esto, dijo Benavides, será discutido en la próxima reunión de jefes y subjefes de fracción, este jueves; sin embargo, afirmó que, si algún diputado se siente perjudicado por la norma, puede plantear algún cambio al respecto. “Si alguna de las fracciones considera que el reglamento debe ser reformado, por supuesto que están en su derecho y pueden plantearlo”, indicó.

No obstante, dijo que por ahora la norma es sencilla. “De momento, yo, como director del debate, estoy en la obligación de plantearlo, para que tengamos claras las reglas y podamos desarrollar la sesión con normalidad, evitar al máximo las sesiones y que ustedes vayan a perder la dieta, que no es la intención de este diputado”, concluyó.

El problema del ruido

Sobre el tema del ruido en la camarilla de diputados, habló la diputada del Partido Acción Ciudadana, Paola Vega.

Ella recriminó un hecho que antes también había señalado Benavides: “el ruido excesivo” de diputados y asesores, que dificulta escuchar los discursos políticos.

Sobre esto, Vega indicó que concluyó su intervención en el plenario legislativo “por respeto a las personas que estaban oyendo”, pero que el ambiente “parecía más bien el Mercado Central de San José, con diputados pegando gritos en todos los salones”.

“Entonces yo les voy a pedir, por respeto a los que sí queremos venir aquí a trabajar, que las conversaciones, los chistes y las bromas los lleven a otros espacios, porque es algo que realmente está dificultando mucho la labor de este plenario”, afirmó.

Las críticas de Vega y de Benavides son constantes; sin embargo, no han sido las únicas. Lo mismo han manifestado otros congresistas de varias fracciones, ya en incontables ocasiones.

Esta repetición de quejas ya tensa las condiciones en el Congreso, donde las ausencias y los ruidos marcan la pauta.

Pocas semanas atrás, una de las diputadas con un carácter más tranquilo, la integracionista Patricia Villegas, alzó la voz sobre el tema de las ausencias: “Yo pienso que esto es una irresponsabilidad”, comentó.

Los ánimos están caldeados.

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