País Costa Rica ante la encrucijada tecnológica

Aun creciendo a tope, la economía no genera suficientes empleos

Cambios polémicos son necesarios, dicen especialistas.

Sí. Un fantasma recorre el mundo y trastorna, también, a Costa Rica. Y, sí, se trata de una revolución social y cultural, pero no es la impulsada por ideas políticas, sino, principalmente, por el cambio tecnológico.

UNIVERSIDAD consultó a un grupo de especialistas por qué incluso cuando la economía costarricense alcanza su máximo potencial de crecimiento de largo plazo, estimado en 4,3% (ver: “¿Qué es el ‘producto potencial’?”), no genera suficientes empleos para subsanar el derecho humano fundamental al trabajo.

La respuesta fue unánime en cuanto a señalar como primer causante de este problema a la falta de correspondencia entre la oferta educativa y las demandas del mercado laboral, en un contexto en el cual el aumento de la población y la mayor participación de las mujeres en el trabajo pagado han multiplicado la cantidad de fuerza de trabajo, pero en el que también el desarrollo de las nuevas tecnologías sustituye el trabajo humano por la automatización.

Lo anterior hace que la meta de aumentar el potencial del crecimiento económico, por ejemplo, al 6%, como se propuso en el pasado, resulte, por sí solo, también insuficiente.

“Lograr tasas de crecimiento cercanas al crecimiento potencial de largo plazo o un mayor crecimiento de la economía internacional, no necesariamente resuelve el problema de desempleo en Costa Rica”, afirmó Eduardo Prado, gerente del Banco Central de Costa Rica (BCCR).

Añadió que, si bien la recuperación de la actividad económica internacional “podría incentivar la demanda por bienes y servicios costarricenses, su impacto sobre los indicadores de empleo dependerá de las características de la fuerza de trabajo requerida en cada actividad económica”.

“Precisamente, parte del problema del desempleo en Costa Rica está asociado con la calidad de la oferta de trabajo. Esto genera una falta de correspondencia entre la oferta y la demanda. Es decir, en no pocos casos los oferentes de empleo carecen de las características (preparación académica o técnica, conocimiento de idiomas y uso de tecnología) que requieren los empleadores”, agregó.

En resumen, “para que disminuya el desempleo se requiere un esfuerzo a gran escala, capacitando (reeducando) a la fuerza de trabajo en aquellas habilidades que los empleadores demandan”, añadió.

Por su parte, Roxana Morales, economista y coordinadora del Observatorio de la Coyuntura Económica y Social, de la Universidad Nacional, atribuyó la incapacidad de generar suficientes empleos “al cambio en la estructura productiva que ha venido experimentando Costa Rica (hacia una economía de servicios y de mayor valor agregado) y a la concentración del mayor dinamismo económico en actividades de servicios y de zonas francas”.

“A pesar de que la economía crece (cerca del 4% anual), incluso por encima del promedio de América Latina y el Caribe (1,3%), los puestos de trabajo generados resultan insuficientes para reducir de manera importante los niveles de desempleo que se vienen arrastrando desde la crisis financiera internacional de 2008-2009”, explicó.

“Las actividades que crecen más rápidamente son las que aportan un mayor valor agregado a la producción, pero no así al empleo. Para producir más no requieren aumentar mucho la cantidad de mano de obra, por eso es que el PIB muestra un crecimiento, pero el desempleo se mantiene en niveles cercanos al 9% de la Fuerza de Trabajo. Además, las actividades que más dinamismo presentan son aquellas que tienen menos encadenamientos productivos en el país y, por tanto, la capacidad de arrastre es limitada. En otras palabras, el crecimiento se ha venido concentrando en algunos productos de alto valor agregado, en zonas francas y en la GAM”, agregó.

Además, resaltó que Costa Rica no se escapa de los efectos del desarrollo tecnológico, “que poco a poco viene desplazando trabajadores”.

“Esto es algo que seguirá teniendo impactos y más aún si el país sigue apostando por alcanzar mayores niveles de productividad y produciendo bienes y servicios de mayor valor agregado. El desarrollo tecnológico es fundamental para que una economía sea más competitiva y para que a su vez alcance mayores estadios de desarrollo. Sin embargo, este objetivo debe ir de la mano con la educación”, dijo.

Hizo ver que cerca del 68% de la población desempleada en Costa Rica no ha terminado la secundaria, y de este grupo, un 33% apenas tiene primaria completa o menos.

“Los datos ponen de manifiesto lo difícil que será reducir los niveles de desempleo de manera estructural en el corto plazo y con empleos de calidad. Los nuevos puestos de trabajo requieren de personas con mayores niveles de especialización y calificación. Esto es algo en lo que el país ha quedado rezagado”, concluyó.

También el economista independiente Carlos Solórzano, exfuncionario del Consejo Monetario Centroamericano, resaltó la importancia del cambio tecnológico en la transformación del mundo del trabajo.

“La receta tecnológica Y = a*L + b*K (cualquiera que sea la forma que asuma, donde Y es la producción total, L es la productividad del trabajo y K es el capital) ha cambiado los coeficientes, dada la revolución tecnológica (elemento no considerado por el viejo Marx) y, por ende, la productividad del trabajo es ahora muy diferente”, afirmó.

“Ello hace que las nuevas formas productivas sustituyan el trabajo por elementos más y más productivos (robots o personal técnicamente más preparado), mientras que la formación del recurso humano es cada vez más deficiente y concentrado, lo cual hace a mucha gente obsoleta. Si se estudia el empleo por quintiles de ingreso o por niveles de formación técnica, se verá que los quintiles con menor preparación son los que mayor desempleo muestran”, dijo.

 ¿Qué hacer?

Las propuestas sobre lo que debería hacer el país para remontar exitosamente este desencuentro entre oferta educativa, necesidades del mercado de trabajo y cambio tecnológico son vastas y controversiales (ver: “Soluciones polémicas”).

Algunas apenas están en el papel. Otras, como las que plantea Emilio Arias, ministro de Desarrollo Humano e Inclusión Social y presidente Ejecutivo del IMAS, acercan el foco a la micro realidad con que se topan (ver: “Una mirada ‘micro’”).

Lo cierto es que ya no se pueden ignorar dimensiones como los derechos y la autonomía de las mujeres para decidir sobre si quieren reproducirse o no; la toma decisiones responsables sobre cuántos hijos son capaces de criar realmente las distintas familias; así como los factores subjetivos y culturales que es necesario cambiar para mejorar la capacidad individual de tener acceso al empleo y de salir de la pobreza.


Soluciones polémicas

Roxana Morales, economista y coordinadora del Observatorio de la Coyuntura Económica y Social de la UNA:

Encadenamientos productivos: es necesaria una política más agresiva para lograr encadenar a los sectores más dinámicos de la economía con el resto de sectores. Muchas empresas que producen grandes volúmenes importan la mayoría de materia prima que requieren, por lo que se debería hacer el esfuerzo para que empresas nacionales puedan abastecer las demandas de estas empresas. y con ello se generarían encadenamientos y por tanto se dinamizaría aún más la producción y el empleo.

Educación: el país requiere de importantes ajustes en el sistema educativo, principalmente en secundaria, de manera que la oferta académica sea más atractiva y haya menos deserción de estudiantes. Adicionalmente, se requiere de estudios de prospección laboral, que permita a los estudiantes tomar mejores decisiones a la hora de elegir la carrera que desean estudiar. Aunado a ello, es urgente una mayor calidad en la enseñanza del inglés en las instituciones de educación pública en el país, y si fuera posible, avanzar con la enseñanza de otras lenguas.

Carreras técnicas pero acordes a las demandas de las empresas: se requiere una mayor oferta de carreras técnicas pero que dicha oferta se determine mediante alianzas público-privadas, de manera que se garantice, en la mayor medida de lo posible, la incorporación de las personas capacitadas al mercado laboral.

Creación de zonas económicas fuera de la GAM: gran parte de la producción del país se ha venido concentrando en el Área Metropolitana (cerca del 70% de las exportaciones de Costa Rica salieron de la Región Central en el 2016); es por ello que se requiere llevar inversiones a otras regiones del país de manera que los beneficios del crecimiento económico lleguen a más personas y a más lugares.

Redes de cuido y corresponsabilidad: muchas mujeres no pueden incorporarse al mercado laboral, a pesar de contar con estudios y habilidades, debido a que deben atender el cuido de niños, adultos mayores y personas con alguna discapacidad; es por ello que se requieren más centros para atender a esta población y, además, seguir haciendo conciencia sobre la corresponsabilidad del cuido, donde hombres y mujeres tengamos igualdad de oportunidades y responsabilidades en el hogar y en la vida laboral.


Carlos Solórzano, economista independiente:

-La flexibilización del contrato laboral de trabajo-aprendizaje. Son muchos y muy buenos los resultados en sociedades que lo han aplicado.

-La optimización y racionalización del INA, que dedica muy buena parte de su gasto a la formación de “abridores de latas de atún” y formaciones similares que nada tienen que ver con las necesidades reales de personas técnicas en nuestras sociedades. Sacar politiquillos de sus mandos y ubicar gente que está directamente relacionada con el quehacer productivo.

-Racionalizar el gasto en educación superior. Las universidades siguen formando gente obsoleta y que no consigue trabajo (periodistas, médicos, abogados, administradores, sociólogos, etc.), que terminan trabajando en otras cosas y que pagamos o pagaron altos costos de formación. El FEES debería ser reducido al menos en un 50% y a partir de ese valor los posibles aumentos anuales deberían negociarse y justificarse académicamente, caso por caso. Parte de los recursos que ahora se desperdician deberían ser usados en formación de docentes en ejercicio de la educación primaria y secundaria técnica. Ahí es donde esta el botón de la productividad.

-Reconsiderar el otorgamiento de subsidios fiscales a entidades productivas que no favorecen un creciente encadenamiento interno de sus procesos productivos.

-Regular el uso alternativo de los recursos de los fondos de inversión existentes y que gozan de privilegios fiscales, de modo que no inviertan en el extranjero, sino que lo deban hacer en actividades productivas nacionales intensivas en el uso de mano de obra.

-Uso efectivo de los desperdiciados recursos de la cacareada Banca de Desarrollo, para actividades productivas intensivas en el uso de mano de obra.


Es necesario dar formación en profesiones y oficios que sí son buscadas por las empresas e instituciones.

Una mirada ‘micro’

Emilio Arias, ministro de Desarrollo Humano e Inclusión Social y presidente Ejecutivo del IMAS, detalló los obstáculos que encuentran las personas pobres para encontrar trabajo, a partir de la experiencia del programa “Puente al desarrollo”. Estos son:

  • Ser mujer jefa de hogar.
  • Tener una familia numerosa.
  • Tener un bajo nivel de escolaridad.
  • Tener personas con discapacidad a cargo.
  • Realizar trabajos ocasionales, no calificados.
  • El 30% de las familias contaba con un ingreso familiar mensual de ₵75,000 o menos, y el 24% de ₵76,000 a ₵104,999.
  • Condiciones subjetivas de las familias vinculadas al mundo del trabajo:
    • Miedo al fracaso.
    • Poca motivación.
    • Vivir en lo inmediato.
    • Tendencias a la informalidad.
    • Desconocimiento de beneficios de empleo formal.
    • Lógica asistencialista.

En cuanto a las soluciones que se están poniendo en efecto:

  • Rompimiento del tope de edad del programa Avancemos (antes era de 25 años para personas que estuvieran cursando secundaria), lo cual hoy permite a personas sobre ese límite de edad acceder a este beneficio.
  • Elaboración de protocolos de atención preferente con el Ministerio de Educación Pública para que las personas puedan acceder a los programas: educación en primera infancia, educación especial, educación de personas jóvenes y adultas y a la estrategia Yo Me Apunto.
  • Protocolo de atención preferente con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social MTSS, con el programa Empleate y con el Instituto Nacional de Aprendizaje INA, para la incorporación de las personas a la capacitación técnica.
  • Articulación con la oferta de cuido para colocar las necesidades de las mujeres jefas de hogar, con el fin de que las instituciones competentes brinden la oferta requerida desde un enfoque territorial.
  • Atención de las condiciones subjetivas de las familias, desde los propios programas de capacitación, con el fin de fortalecer las capacidades humanas.
  • Articulación con el programa Formación Humana, con el fin de que las mujeres construyan un plan de vida, desde su empoderamiento y autogestión, que les permita reconocerse como sujetas de derecho.
  • Articulación público-privada, con el fin de generar oportunidades para las familias en mayores condiciones de vulnerabilidad.
  • Toda estrategia que quiera ser efectiva en la dimensión sociolaboral debe adecuar y garantizar condiciones complementarias como: atención de necesidades cuido, transporte, seguridad, fortalecimiento de habilidades blandas y de capacidades específicas del proceso en el que se encuentren, con énfasis en el contenido psicosocial.

Emilio Arias, ministro de Desarrollo Social y presidente Ejecutivo del IMAS.

¿Qué es el ‘producto potencial’?

El producto potencial es aquel nivel de producción que una economía tiene la capacidad de alcanzar sin generar presiones inflacionarias, dada su dotación de recursos productivos y la tecnología disponible en cada momento. A esos elementos se agrega la calidad de las instituciones, por ejemplo, seguridad jurídica, simplificación de trámites, estabilidad macroeconómica.

Los recursos productivos se agrupan en “capital físico”, que considera, además de maquinaria y equipo, la infraestructura de un país, por ejemplo la calidad y cantidad de carreteras y puertos y “capital humano”, que se refiere tanto a cantidad como a calidad de la fuerza laboral; es decir, toma en consideración las habilidades y conocimientos de los oferentes de empleo. Este factor depende de manera crítica de la calidad de la educación de un país.

Considerando información para los últimos 26 años, las estimaciones del Banco Central de Costa Rica (BCCR), que parten de una función de producción, señalan que en el largo plazo el crecimiento potencial de esta economía, dada la disponibilidad y calidad de sus factores de producción, es 4,3% anual.

Fuente: Eduardo Prado, gerente del BCCR.


 

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