País

Aumenta el trabajo formal y disminuyen las jornadas reducidas

La Encuesta Continua de Empleo de junio-julio-agosto da señales novedosas de la recuperación económica, aunque con las desventajas usuales para las mujeres

Si bien todavía no se alcanzan los niveles del 2019, la economía continúa recuperándose y ahora muestra dos señales novedosas: que el trabajo formal aumenta y que disminuyen las jornadas laborales que fueron reducidas debido al impacto de la pandemia de Covid-19, es decir, que hoy hay más personas trabajando jornadas completas.

Lo anterior es consecuencia de que tanto el desempleo como el subempleo continúan bajando, aunque siempre con una mayor desventaja para las mujeres.

“Lo interesante es que ahora está subiendo tanto el empleo formal como el informal”, destacó María Luz Sanarrusia, coordinadora de la Encuesta Continua de Empleo (ECE), del INEC, cuando dio a conocer, el viernes, los resultados correspondientes al trimestre móvil junio-julio-agosto del presente año.

Esos datos de la ECE surgen de compararlos con el mismo trimestre móvil del año pasado.

Así, la población ocupada nacional alcanza ahora 2 millones 50 mil personas (1 millón 280 mil hombres y 766 mil mujeres), lo cual implica un aumento interanual de 243 mil personas, de las cuales 132 mil son hombres y 111 mil son mujeres.

Pero, estas cifras absolutas solo muestran las desventajas que, de partida, enfrentan las mujeres en el mercado laboral debido a que culturalmente se las recarga con las labores de cuido de la infancia, la adultez mayor y de las personas discapacitadas, lo cual pone obstáculos en su acceso al trabajo pagado que no les pone a los hombres.

Por eso, en términos relativos, si bien la tasa neta de participación laboral nacional fue de 60,5%, esa tasa en los hombres fue de 72,3%, pero en las mujeres solo alcanzó el 48,5%. 

Por otro lado, este indicador aumentó en 1,7 puntos porcentuales (p.p.), pero creció únicamente para las mujeres (en 2,2 p.p.), principalmente porque, al reactivarse la economía, aumentó la contratación de trabajadoras del hogar. 

MEJORA POR RAMA DE ACTIVIDAD

De hecho, de las tres principales ramas de actividad en las que se observaron variaciones positivas importantes, en dos de ellas se suele contratar a muchas mujeres o las mujeres predominan: se trata de las ramas comercio y reparación -que dio trabajo a 78 mil personas más- y actividades de hogares como empleadores -donde se contrató a 44 mil personas adicionales-. 

La tercera rama de más crecimiento fue comunicación y otros servicios, que registró un incremento de 31 mil puestos de trabajo activos. En todos los casos, se trató de aumentos estadísticamente significativos. 

Ahora, 365 mil personas están ocupadas en la rama de comercio y reparación (que creció un 17,8%), 224 mil personas en enseñanza y salud (11,0%) y 221 mil personas en la agricultura, ganadería y pesca (10,8%). 

Del total de hombres ocupados, 239 mil laboran en comercio y reparación (18,7 %); 195 mil a agricultura, ganadería y pesca (15,2%); y 155 mil a la industria manufacturera (12,1%). 

En el caso de las mujeres, 151 mil trabajan en enseñanza y salud (19,7%); 125 mil en comercio y reparación (16,4%); y 119 mil en actividades de hogares como empleadores (15,5%). 

La tasa de ocupación de los hombres fue de 63,1%, mientras que la de las mujeres fue de 37,9 %. En el caso de los hombres, el aumento en el número de los que ahora tienen un empleo fue de 5,8 p.p., mientras que entre las mujeres fue de 5,1 p.p., variaciones que son estadísticamente significativas.

El porcentaje de personas ocupadas con respecto a la población de 15 años o más fue de 50,5%, lo cual implica un aumento de 5,4 p.p. en comparación con el mismo periodo del año anterior. 

Del total de las personas ocupadas, cerca de 1 millón 500 mil labora a cambio de un salario (72,3%) y 532 mil son independientes (26,0 %), es decir, que son tanto personas que trabajan por cuenta propia como empleadoras. Además hay 34 mil personas que son personas auxiliares no remuneradas (1,7%). 

Del total de personas asalariadas, 889 mil son hombres (60,0 %) y 592 mil son mujeres (40,0 %); mientras que de las personas independientes, 377 mil son hombres (70,8 %) y 155 mil son mujeres (29,2 %); esta última magnitud se mantuvo sin cambios significativos. 

EL DESEMPLEO DE LAS MUJERES SIGUE “CLAMANDO AL CIELO” 

Ante la continuada recuperación económica, la población desempleada disminuyó en 142 mil personas -87 mil hombres y 55 mil mujeres-.

Hoy, existen 402 mil personas sin trabajo, de las cuales 214 mil son mujeres y 187 mil son hombres. Es decir, que hay 27 mil mujeres más que hombres buscando trabajo pero que no son contratadas.

Entre las mujeres, la tasa de desempleo alcanzó 21,9% y entre los hombres, 12,8%.

Comparado con el mismo período del año pasado, el desempleo bajó en en 7,3 p.p. para ellas y en 6,5 p.p. para ellos.

Estas disminuciones, que son estadísticamente significativas, ubican ahora la tasa de desempleo nacional en 16,4%, lo que implica una reducción de 6,8 p.p. en relación con el mismo período del año anterior.

Por otro lado, el porcentaje de personas de 15 años y más que laboran menos de 40 horas semanales, es decir, que si bien tienen trabajo, están subempleadas, alcanzó ahora el 13,8%. 

Esto implica una reducción del subempleo de 12,4 p.p. en comparación con el mismo periodo del año anterior.

Sin embargo, por sexo, la tasa de subempleo de las mujeres llega a 17,3% mientras que la de los hombres alcanzó 11,7%. 

Interanualmente, el subempleo de las mujeres registró una baja de 9,1 p.p., mientras que el de los hombres bajó 14,3 p.p. 

LA INFORMALIDAD TAMBIÉN AUMENTA

La población ocupada en un empleo informal sumó cerca de 917 mil personas, de las cuales, 583 mil corresponden a hombres y 334 mil a mujeres. 

Lo anterior implica un aumento interanual de 120 mil personas -56 mil hombres y 64 mil mujeres-, que ahora tienen un trabajo, aunque sin seguro social o sin aparecer registradas para otros efectos. 

El INEC  estima que alrededor de 493 mil personas ocupadas independientes y cerca de 424 mil asalariadas tienen empleos clasificados como informales. 

En términos relativos, del total de personas ocupadas, el 44,8% tenía un empleo informal; el 45,5% son hombres y el 43,6% son mujeres. Estos valores no cambiaron significativamente con respecto al mismo período del año anterior. 

Por otra parte, el 92,8% de las personas que trabajan de modo independiente lo hacen en la informalidad, mientras que el 28,0% son personas asalariadas informales. 

CÓMO AFECTÓ LA COVID-19 

La ECE del período en cuestión también permitió ver que 636 mil personas en la fuerza de trabajo, tanto ocupadas como desempleadas, sufrieron alguna incidencia laboral por el efecto de la COVID-19 (26,0%); de estas, el 54,7% son hombres y el 45,3% son mujeres. 

235 mil personas se vieron afectadas por una reducción de salario o ingresos asociada a la suspensión o a la reducción de su jornada laboral o bien tuvieron que suspender la actividad propia o negocio durante la pandemia.

Esto afectó al 11,5% de la población ocupada (el 68,4 % son hombres y el 31,6 % son mujeres). 

De total de personas desempleadas, 401 mil (99,9%) presentaron alguna incidencia laboral por la pandemia (53,3 % son mujeres y 46,7 % son hombres). 

Del total de personas desempleadas que fueron afectadas, el 93,1 % indicó que no consigue trabajo por la COVID-19 y el 6,9 % dijo que la despidieron, fue suspendida o cerró su negocio o actividad. 

Además, prácticamente en todas las actividades laborales aún se observan efectos por las medidas y políticas sanitarias tomadas a raíz de la emergencia. Sin embargo, en este trimestre la incidencia laboral fue mayor para las personas que trabajan en transporte y almacenamiento, con 25,6%; hoteles y restaurantes, con 21,0%; y construcción, con 19,9 %. 

TODAVÍA NO SE ALCANZA EL NIVEL PRE-PANDEMIA

Entre 2018 y 2019, la tasa de participación se mantuvo entre 61% y 63%, con el punto más alto en el trimestre diciembre-enero-febrero de 2019 (63,9 %). 

A inicios de la pandemia, la participación disminuyó y cayó a su punto más bajo en el trimestre mayo-junio-julio del 2020, con 57,1%.

A partir de entonces -explica el INEC- “el crecimiento ha sido lento pero constante”, hasta alcanzar niveles entre un 60% y un 61% en el 2021 (60,5 % en el trimestre monitoreado por la actual ECE). 

La tasa de ocupación se ubicó entre un 55% y un 56% hasta el inicio de la pandemia en el 2020. Después, el nivel más bajo observado de ocupación fue en mayo-junio-julio del 2020, cuando cayó en más de 10 p.p., para una tasa de 43%.

Pero, “conforme el transcurso de la pandemia y la liberalización de la mayoría de medidas sanitarias, la tasa aumentó a 49% en octubre-noviembre y diciembre del 2020, oscilando la tasa de ocupación entre 49% a 50% con respecto a la población en edad de trabajar”, dice la entidad. 

En cuanto a la tasa de desempleo, al inicio del 2018 y hasta agosto-setiembre-octubre de ese mismo año, registró entre 9% y 10%, luego aumentó a entre 11% y 12% hasta el primer trimestre del 2020, alcanzó su punto más alto en mayo-junio-julio 2020, cuando la tasa fue 24,4% y desde el primer trimestre de este año bajó de modo oscilante entre 19% y 16,4%. 

Por último, la brecha por sexo de la tasa de desempleo registró 5,4 p.p. para el período abril- mayo- junio del 2018, casi se duplicó cuando llegó a 10,4 p.p. durante el período abril-mayo-junio del 2020 y con la pandemia más que se duplicó cuando alcanzó 13,5 p.p. en el trimestre agosto-setiembre-octubre del 2020. 

Sin embargo, en un signo esperanzador, los nuevos datos de la ECE establecen que la brecha en la tasa de desempleo entre hombres y mujeres se redujo a 9,1 p.p., es decir, un poco inferior que inmediatamente antes de la pandemia de Covid-19.

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