País Hija de líder a dos años de asesinato:

Asesinato del indígena Sergio Rojas “enfrió” recuperación de tierras en Salitre

Lucy Rojas, hija del líder indígena asesinado, Sergio Rojas, habló de su vida antes y después del asesinato, y fustigó a las autoridades judiciales por la inacción para resolver ese crimen.

Durante los primeros minutos del 18 de marzo de 2019, el líder indígena Sergio Rojas fue asesinado en su casa de habitación, por 15 disparos, sin que hasta ahora las autoridades judiciales hayan sido capaces de presentar cargos contra una sola persona.

A dos años de este crimen, su hija, Lucy Rojas, ofreció una entrevista a UNIVERSIDAD, en la cual a lo largo de entrecortadas llamadas telefónicas se refirió a la ausencia y al legado de su padre, así como al hostigamiento que sufrió.

Sobre la muerte de Rojas, a finales del año pasado, el Ministerio Público más bien solicitó al Juzgado Penal de Buenos Aires la desestimación del caso, la cual fue rechazada.

Más recientemente, en enero, un medio electrónico propiedad de banqueros realizó una serie de publicaciones a partir de la filtración de un informe del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), el cual forma parte del expediente del caso, y que detalla testimonio de testigos e intervenciones de comunicaciones, lo cual llevó al abogado de la familia de Rojas, Óscar Retana, a presentar una denuncia ante la Inspección Judicial y la Fiscalía Adjunta de Probidad, Transparencia y Anticorrupción.

Rojas, fue una figura clave en el inicio de las recuperaciones de hecho de tierra en los territorios indígenas, y miembro fundador del Frente Nacional de Pueblos Indígenas (Frenapi), junto a Pablo Sibar, indígena Bröran del territorio de Térraba. quien por cierto ha recibido constantes e intensas amenazas de muerte.

“Aquí en Salitre como que nos enfriamos un poco con la recuperación de tierras”, Lucy Rojas.

¿Cómo era Sergio Rojas como padre de familia? ¿Qué es para usted lo principal que se debe recordar de él?

_Para mí siempre ha sido un poco difícil hablar sobre el rol de padre. Fue una persona que como hijos siempre corríamos donde él, y supo escucharnos, darnos los mejores consejos y nunca nos juzgó por las cosas que le decíamos. Entonces, en esa parte uno siente un vacío, porque ahora, si bien es cierto que tenemos a nuestra madre, no es lo mismo como cuando estaba él en vida; queda cierto dolor ahí. Somos tres mujeres y dos varones.

¿Recuerda qué edad tenía usted cuando empezó a percatarse de ese papel tan importante que jugaba su padre en la comunidad?

_Déjeme decirle que desde que yo tenía uso de razón.

¿A partir de qué momento recuerda usted que él empieza a sufrir hostigamiento, insultos o amenazas a causa de ese trabajo que hacía?

_Todo el tiempo sufríamos amenazas; lo amenazaban a él y nos amenazaban a nosotros, igual, desde que él empezó con estas cosas.

¿Recuerda haberse asustado o haber sentido miedo?

– Sí, claro que sí, en varias ocasiones. Antes, él acostumbraba irse a Buenos Aires y llegaba tarde en la noche. Una noche no llegó, entonces ya nos preocupamos, empezamos a averiguar qué le había pasado, y nos dimos cuenta de que lo habían detenido y que lo tenían encerrado. Eso fue cuando empezaron las denuncias y las cosas que le hacían a él por (su paso como presidente de) la Asociación (de Desarrollo).

Siempre vivíamos con ese temor de si él se iba y no regresaba, ya sea que algo le pasara, lo mataran o alguna cosa; ese fue el temor que siempre nosotros tuvimos.

De hecho fueron siete meses que lo tuvieron en la cárcel sin que se le declarara culpable…

_Ajá. Después de que sucedió ese primer momento -no me acuerdo exactamente en qué año- lo detuvieron a él y lo tuvieron en la cárcel. Fue un allanamiento que le hicieron en la casa. Yo estaba en mi casa, con mis dos hijas mayores, y me acuerdo que tempranito llegaron y lo tuvieron ahí toda la mañana; sin desayunar, sin nada, mientras revolcaban la casa, lo dejaron pateadísimo y sin derecho a nada, ni siquiera a ir al servici o tomar agua. Ya tarde, la chiquita, la de en medio, quien ahora tiene nueve años,tenía hambre, pues, prácticamente nos agarraron acostados, no habíamos hecho el desayuno.

Creo que fue en 2012, si mal no recuerdo. Él anteriormente había pasado ese otro caso del que le estoy diciendo. Siempre vivíamos con esos temores, hasta que pasó lo que pasó.

El asesinato se dio con claro ensañamiento. ¿Sintió usted en ese momento temor por su vida o la de sus hijas e hijos?

_Sí, claro. Duré quince días durmiendo donde una vecina, porque sinceramente sentíamos miedo y temor, no sabíamos qué es lo que la gente estaba pensando.

¿Cómo califica usted el papel de las autoridades, del Estado costarricense en todo lo que ha sido el caso del asesinato su padre?

_Para mí ha sido pésimo, porque sinceramente yo no estoy contenta con lo que han hecho y  hasta donde han llegado, creo que la investigación no ha sido suficiente.

No ha habido ningún arresto, a pesar de que existen muchas evidencias que señalan quiénes son, pero diay. Pienso que el Estado es cómplice en todo esto, es muy difícil que vayamos a tener algún arresto o algún culpable.

En la comunidad de Salitre hubo diversidad de opiniones respecto a la labor de su padre. ¿Actualmente cómo se le recuerda?

_Como dice usted, hay de todo, encontramos de todo: estamos los que le guardamos cariño, los que guardamos las mejores cosas de él, pero también hay gente que opina mal de él, sienten odio y de vista se alegraron por su muerte. Entonces, pienso que en la comunidad existe de todo.

¿Al día de hoy usted se siente segura, hace su vida cotidiana con tranquilidad?

_A veces no. A veces sí siento un poquillo de miedo, porque hemos estado yendo a las audiencias y todo eso, pienso que a veces la gente síkua (no indígenas) creen que uno tal vez sabe alguna cosa, entonces tal vez por ahí sí siento un poquito de temor.

Un estudio de la Universidad Estatal a Distancia (UNED) detalló cómo en Salitre, desde que empezó el movimiento de recuperación de tierras, cambió en un porcentaje muy importante la configuración respecto a la posesión de tierra en manos de no indígenas. Es un fenómeno que, aún con todos los problemas de violencia que se dan, se está extendiendo por varios territorios indígenas. Todo apunta a que su padre inició un proceso que es efectivo y que podría cambiar para bien la historia de los pueblos indígenas en el país. ¿Cómo asumen ustedes ese legado, pensando en qué significó esa pérdida tan grande?

_Por un lado, me siento contenta porque quedó ese legado de que muchos ya están recuperando el territorio, en China Kichá, en Térraba y en Cabagra recientemente. Solo que aquí en Salitre como que nos enfriamos un poco, porque no se ha escuchado de alguna recuperación nueva. Pero gracias a Dios que los otros territorios sí están ahí, por lo menos manteniendo la memoria de él viva, y hay que agradecerles a esas personas, de verdad.

¿Desde el asesinato de don Sergio no hay recuperaciones nuevas en Salitre?

_Creo que no, no he escuchado de alguna recuperación, como que la gente se enfrío.

¿Tuvo un efecto fuerte el asesinato?

_Sí.

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