Mediante un comunicado difundido este lunes a través de sus redes sociales, Apicultores de Costa Rica informó que presentó una denuncia contra el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) ante la Contraloría Ambiental del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) por “contaminación con residuos químicos en las aguas del lago Arenal”
Se trata de la cámara que agrupa a quienes se dedican a la producción de miel de abeja en el país y su presidente, Juan Bautista Alvarado, por esa vía planteó que “ya veremos si el ICE cuenta con los estudios y calificación ambiental que le autorice el empleo de esos productos”.
Además, anunció que la organización acudirá a las municipalidades de San Ramón, San Carlos y Tilarán “para desarrollar acciones de control ambiental, dirigidas al control preventivo y correctivo del uso de nuestros recursos naturales y de las abejas en particular”.
La información divulgada apunta que en los alrededores del lago Arenal, el ICE realiza “desde hace más de veinte años un inadecuado control de “malezas” mediante la aplicación de herbicidas químicos altamente nocivos para las abejas como lo es el glifosato”.
Por esa misma vía, Víctor Quesada, presidente de la Asociación de Apicultores de la Zona Norte (Aapiden), observó que “alrededor del lago hay muchos apiarios, también hay muchas personas que crían abejas nativas y estamos preocupados porque notamos que aquí las poblaciones de abejas están disminuyendo drásticamente y las que sobreviven no responden adecuadamente a nuestros estímulos”.
Las abejas tienen un rango de vuelo de hasta cuatro kilómetros lineales y para su sobrevivencia requieren a diario gran cantidad de agua. Por ello Quesada denunció que el ICE aplica “de manera constante herbicidas alrededor del lago y si esa agua está contaminada, nuestras abejas se están viendo afectadas. Es una situación muy lamentable, máxime tratándose de una institución del Gobierno porque en mi comunidad hay mucha conciencia entre los productores agropecuarios y aquí nadie usa agroquímicos”.
Concretamente, la denuncia de Apicultores de Costa Rica enfatiza que los productos químicos son empleados para eliminar la vegetación que crece en las cercas que rodean el embalse a lo largo de sus más de cien kilómetros lineales.
El problema se acentúa porque las altas precipitaciones de la zona, su ubicación geográfica, los vientos con velocidades promedio de 36 km/h durante casi todo el año y la cercanía con cuerpos de agua, hacen que una vez aplicados los venenos, “en tiempo récord, dichos químicos terminarían mezclándose con las aguas del embalse”.
Apicultores de Costa Rica recordó además que en 2018 una comisión interinstitucional emitió un informe que recomendó prohibir el uso del herbicida glifosato por su peligrosidad para el ser humano y el ambiente, y redactó un borrador de decreto en ese sentido, pero la administración actual conformó una nueva comisión de alto nivel, que en junio de 2019 emitió un nuevo decreto que únicamente restringe su uso, “mismo que está varado en Casa Presidencial, a la espera de que prospere un proyecto de ley”.
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