País Medio Ambiente

Un año de dudosos avances y muchos problemas

Costa Rica sigue sin resolver muchas de sus contradicciones en cuanto al uso y abuso de los recursos naturales.

Al igual que en años anteriores, la piña y sus problemas de contaminación y plagas, el asesinato de Jairo Mora y el uso de energías “limpias” dominaron la agenda ambiental costarricense.

Entre los primeros y más notorios problemas ambientales que se denunciaron este año figura la voracidad de los incendios forestales, en particular, pero no exclusivamente, en la provincia de Guanacaste.

Según reportó UNIVERSIDAD en su edición del 19 de abril, ese mes fue particularmente problemático, pues en solo veinte días las llamas consumieron más de 4.700 hectáreas de terreno.

Ello se debió a que las condiciones secas, fuertes vientos y altas temperaturas fueron aprovechadas por personas que provocaron los incendios. Héctor Chaves, director de Bomberos, declaró en ese momento que “prácticamente todos” los incendios fueron provocados intencionalmente, “una mitad por vandalismo y la otra mitad para limpiar terrenos”.

Ya en noviembre, cuando el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) dio por concluida la temporada de incendios forestales, el 2016 resultó ser uno de los años con mayor cantidad de siniestros en los bosques de Costa Rica en la historia reciente: se quemaron más de 56 mil hectáreas en todo el país, 15.700 hectáreas más que en el 2015. El Sinac coincidió en atribuir el 100% de los casos a la acción humana.

¿JUSTICIA PARA JAIRO?

A finales de marzo se logró una suerte de condena contra las personas acusadas del asesinato del ambientalista Jairo Mora, acaecido en mayo de 2013.

Se trató del segundo juicio por esa causa, luego de que en un primer round los siete acusados fueran liberados por errores en la investigación. Sin embargo, solo cuatro de los siete fueron condenados.

Jairo Mora trabajaba en un proyecto de rescate de tortugas marinas en Moín. Según recordó en las páginas de UNIVERSIDAD Mauricio Álvarez, presidente de la Federación Conservacionista de Costa Rica (Fecon), en el mismo sitio es donde se construye la megaterminal portuaria de APM Terminals.

Según datos de Álvarez, Mora desde el 2012 había identificado más de 1.400 nidos de tortuga baula en Moín, lo que significaba que Moín era el principal sitio en el país para el desove de esa especie. “Jairo Mora y sus datos hacen peligrar megainversiones”, escribió el ambientalista en la edición del 25 de marzo.

Actualmente se vive una polémica en el sitio, pues mientras ambientalistas como Fecon sostienen que los trabajos de construcción en el sitio afectan el desove de las tortugas, desde la empresa se niega tal afectación, principalmente con base en que la playa en cuestión tiene 18 kilómetros de largo.

CAMBIO CLIMÁTICO

Otro suceso destacable este año, es que al país le tomó diez meses lograr la ratificación del Acuerdo de París, adoptado en la Conferencia Climática COP 21, que reúne a los países parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).

En diciembre del 2015 una ola de optimismo se levantó desde la capital francesa, cuando 195 países se comprometieron a reducir las emisiones de gases efecto invernadero en aras de mitigar el cambio climático.

Sin embargo, la Asamblea Legislativa finalmente logró ratificar el compromiso hasta inicios de octubre.

Otro hito ambiental del 2016 es que el país logró producir su electricidad a partir de las llamadas fuentes “limpias” durante 76 días seguidos -entre el 16 de junio y el 31 de agosto-, pues la generación eléctrica no recurrió a la quema de combustibles fósiles, sino que provino de plantas hidroeléctricas.

El país metió el acelerador en ese camino cuando en setiembre el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) inauguró la proyecto hidroeléctrico (PH) Reventazón. Esa construcción es destacada como la obra de ingeniería más grande construida en Costa Rica, con un costo de $1.400 millones. Tiene capacidad para generar 305,5 megavatios de electricidad.

Si bien muchos sectores aplauden ese hecho como importante en la lucha contra el cambio climático, la generación energética a partir de plantas hidroeléctricas también es muy cuestionada.

Por ejemplo el activista Gustavo Castro, de la organización Otros Mundos – Amigos de la Tierra – quien ganó notoriedad por ser el único testigo del asesinato de la líder ambientalista hondureña Berta Cáceres-, citó en entrevista con este Semanario datos del Banco Mundial del año 2000, según los cuales el represamiento de los ríos ya para ese entonces había causado la extinción del 30% de los peces de agua dulce y que ya generaban el 5% de los gases de efecto invernadero.

FUERTES POLÉMICAS

Este año además vio cómo activistas y organizaciones del medio ambiente se dividieron en una fuerte discusión respecto de la eventual aprobación del proyecto de “Ley para la Gestión Integrada del Recurso Hídrico”, que se tramita en la Asamblea Legislativa con el número 17.742.

Esa propuesta entró a corriente legislativa en el 2010 por la vía de iniciativa popular, fue votada en primer debate en marzo del 2014 y en junio, luego de varias consultas de constitucionalidad y de ser de nuevo dictaminada en la Comisión de Asuntos Ambientales, entró en el orden del día en el plenario legislativo.

A la iniciativa se oponen quienes consideran que el proyecto ha sufrido cambios sustanciales, sobre todo el hecho de que establezca el agua como un “bien económico”.

Otro tema polémico que no dejó de serlo en el 2016 es el de la producción industrial de la piña. En dos oportunidades funcionarias de la campaña internacional Piña Sin Derechos -liderada por la organización Oxfam- visitaron el país para constatar las consecuencias ambientales de la expansión de ese monocultivo, así como el trato a los trabajadores, en muchos casos abusivo.


El mundo es un lugar más triste

Una larga lista de abrumadores y no muy felices hechos históricos deja el 2016.

Vinicio Chacón
[email protected]

Serias dudas rodean la investigación del asesinato de Berta Cáceres.
Serias dudas rodean la investigación del asesinato de Berta Cáceres.

El año que no termina de acabar será recordado por bastantes, y francamente, malas noticias.

Una buena cantidad de figuras de la política, la cultura y el arte murieron este año. Cabe destacar el deceso de Fidel Castro a sus 90 años y, en Costa Rica, el del último presidente socialdemócrata, Luis Alberto Monge.

DOLOR CENTROAMERICANO

En la madrugada del 3 de marzo fue asesinada a tiros la notoria activista feminista, ambientalista e indígena Berta Cáceres, en su vivienda en la localidad de La Esperanza.

Cáceres fue líder del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh) y desde esa instancia llevó adelante una importante lucha contra el proyecto hidroeléctrico Agua Zarca, de la empresa Desarrollos Energéticos S.A. (DESA).

Las investigaciones sobre el asesinato han destacado por su opacidad gracias a hechos como el trato recibido de parte de las autoridades policiales y judiciales hondureñas por Gustavo Castro, único testigo del asesinato. O bien, que en setiembre la fiscal a cargo del caso perdiera el expediente luego de que le robaran su auto.

A pesar de todo ello, la investigación a señalado a funcionarios activos y retirados del ejercito, así como a funcionarios de DESA como autores intelectuales.

AVANCE DE LA DERECHA RADICALIZADA

Opciones políticas fundamentadas en la xenofobia y la intolerancia contra grupos como los musulmanes ganaron terreno en procesos electorales.

En el Reino Unido se celebró el 23 de junio un referendo para decidir sobre la permanencia de ese país en la Unión Europea. La opción del “No” ganó con un 51,9% de los votos, luego de una campaña liderada por el derechista Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), fundamentada en mensajes abiertamente xenofóbicos y nacionalistas.

Poco después, de manera sorpresiva otro referendo reforzó el empuje de las huestes de la derecha radical. A inicios de octubre, el pueblo colombiano rechazó el acuerdo de paz que el Gobierno había firmado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

El broche de latón barato lo ofreció Estados Unidos, cuando a inicios de noviembre el multimillonario Donald Trump logró el triunfo en las elecciones presidenciales de ese país, a partir de una campaña caracterizada por la misoginia, la islamofobia, la xenofobia y el nacionalismo.



 

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