País

Angela Davis, la esperanza que sobrevive en la lucha

Ícono de la academia y el activismo estadounidense ofreció la lección inaugural de la Universidad de Costa Rica.

Uno de los enormes aportes de Angela Davis al mundo es la construcción explícita de análisis basados en el concepto de interseccionalidad, es decir, sin caer en teorías conspirativas, esta activista enorme y brillante académica explica con lucidez que el fenómeno social de la discriminación y la desigualdad es uno sólo, y no una suma de realidades fragmentadas e inconexas.

Por ello apunta la relevancia de las teorías feministas. En la lección inaugural de este ciclo lectivo de la UCR, ejemplificó esa noción con el caso de los estudiantes del colegio Stoneman Douglas, en la Florida, quienes se enfrentan a la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA) y aseveró: “en el caso de Parkland, se han levantado muchas mujeres jóvenes, como Emma González. El tema (de la violencia con armas) se trata por separado de la violencia sexual, pero ¿qué mejor ejemplo de masculinidad tóxica?”.

Apuntaló ese concepto al recordar que “la violación fue un elemento integral de la esclavitud”.

La lección inaugural que ofreció ayer se tituló “Feminismo y transformación social en la era de Trump” y su visita al país fue posible gracias al esfuerzo del Centro de Investigaciones en Estudios de la Mujer (CIEM) de la UCR, con el apoyo de la Rectoría de esta Universidad.

UNA VIDA Y TANTAS LUCHAS

Davis es oriunda nada menos que de Birmingham, Alabama, uno de los más violentos epicentros de la lucha por los derechos civiles de la población negra estadounidense durante el siglo pasado.

Su activismo político la llevó a formar parte del Partido Comunista y del Partido Pantera Negra. Ello le costó no sólo perder su puesto de profesora de filosofía de la Universidad de California en Los Ángeles, sino que fue vinculada con un tiroteo a las afueras de unos tribunales en ese estado, en el cual no participó.

Así, la académica estuvo en la lista de las personas más buscadas por el FBI en 1970. Tras evadir a las autoridades durante un par de semanas, fue detenida y pasó 16 meses en prisión, hasta ser declarada inocente de todos los cargos en su contra.

Ese periplo la catapultó como figura pública de resistencia a la opresión capitalista racista y de género y de la mano de su característico afro, se convirtió en un ícono cultural de rebeldía.

En una conferencia de prensa ofrecida este 4 de abril, Davis aseveró que “asumimos que el coraje es individual, pero mi experiencia es que el coraje es colectivo, se trata de la conexión con otras personas, se trata de la comunidad, aún cuando enfrenté la pena de muerte, no me sentí sola”.

Autora de cantidad de libros y artículos, Davis posee un doctorado en filosofía de la Universidad Humboldt, y, como lo dijo Montserrat Sagot, directora del CIEM, “se ha mantenido vigente. Sigue siendo una académica y una activista al mismo tiempo. Ha estado involucrada en el movimiento contra el racismo, en el movimiento feminista y para disminuir lo que ella llama ‘el complejo industrial-carcelario’. Sigue preocupada por los actos de violencia donde se matan a personas negras, impulsó el movimiento de ‘Black Lives Matter’, y se manifiesta cada vez que hay una matanza de personas sexualmente diversas. Todos esos temas continúan vigentes porque esos tipos de violencia siguen ocurriendo”.

https://www.facebook.com/UniversidadCostaRica/videos/1718046614900532/

COLUMNA VERTEBRAL DE MOVIMIENTOS SOCIALES

El pasado 3 de abril, Davis no había hecho más que subir al escenario del Teatro Melico Salazar, cuando la audiencia de unas mil personas estalló en un aplauso de pie.

Luego de una breve intervención del rector Henning Jensen, Davis tomó la palabra para, primero que nada, expresar su felicidad por llegar al país justo después de las elecciones, lo cual fue recibido con aplausos y con la consigna de “alerta, que camina la lucha feminista por América Latina”, en un coro espontáneo al que se unió.

Tras destacar el resultado de los comicios y la elección de Epsy Campbell, por tratarse de la primera mujer afrodescendiente del continente en ser electa a la Vicepresidencia, Davis inició su conferencia y entre otras cosas, recordó que Donald Trump no ganó el voto popular, fue electo gracias a “una institución obsoleta, relacionada con la esclavitud: el colegio electoral”. Según dijo, fue establecido para que los estados que tenían poca población blanca pero sí mucha población esclava, no perdieran relevancia electoral.

Dijo que la elección de Trump ha tenido “un resultado devastador” sobre todo para las personas migrantes desde América Latina y de países de mayoría musulmana. Asevero que “la Casa Blanca es más blanca y masculina” de lo que lo ha sido en décadas.

Con vehemencia afirmó que “las mujeres se están levantando en todo el mundo”, y de nuevo mencionó la elección de Campbell como un ejemplo de ello, pero también el reciente asesinato de la activista Marielle Franco, en Brasil.

Sin embargo, enfatizó que las mujeres “siempre han sido la columna vertebral de los movimientos por la justicia social”.

Así, destacó que con la emergencia de los estudios sobre la mujer se generó toda una terminología, que entre otras cosas permitió establecer “intersecciones, conexiones, relaciones, conjunciones, coincidencias” para entender los fenómenos de desigualdad y discriminación. “El mundo no es homogéneo, si no se incluye la justicia económica, la justicia de género no se conseguirá”.

Horas después, durante la conferencia de prensa realizada al día siguiente en la Facultad de Ciencias Sociales de esta Universidad, ante pregunta de este Semanario, Davis aseveró que “encuentro la esperanza en la continuidad de la lucha radical, de la lucha anti racista y de la lucha feminista”.

“Si uno considera el hecho de que las personas negras en Norteamérica han luchado por cientos de años -y de hecho en toadas las Américas- y aún no se rinden. Hemos visto recientemente la emergencia de un movimiento liderado por personas jóvenes que conocen la historia de esas luchas, que están en una mejor situación y se basan en ese conocimiento del pasado para ayudarnos a avanzar”, añadió.

Al respecto expresó que a lo largo de su vida “he visto un cambio enorme, aún cuando las cosas parecen ser iguales”.

“Es cierto que puedo contar la historia de mi activismo político viendo los casos de las personas que han sido asesinadas por vigilantes racistas y la policía, pero al mismo tiempo lo que veo es una conciencia mucho más profunda, nuevas maneras de entender lo que enfrentamos, y eso es lo que me da esperanza, cuando veo que gente joven en una mejor situación hoy que quienes luchan contra por los derechos civiles en los 60 o en el contexto posterior inmediato a la esclavitud, así que sí tengo esperanza”.

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