Como ocurre con las pastillas efervescentes, la “burbuja” cambiaria que en los últimos días llevó el precio del dólar hasta los ¢700 en algunas entidades privadas —¢694,99 en el Banco Central de Costa Rica (BCCR)—, comenzó a desinflarse cuando este intervino fuertemente —vendió en total US $111,5 millones en el Monex y otros US $90,9 millones al sector público— y dio a conocer un conjunto de medidas para estabilizar ese mercado.

las operadoras de pensiones”
Esas medidas incluyen una nueva solicitud al Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR), por US $1.000 millones, la emisión de bonos en moneda extranjera por otros US $1.000 millones, la reducción a solo una hora, de las 12 del mediodía a la 1 p.m, el horario de funcionamiento de su Mercado de Moneda Extranjera (Monex) y el eventual aumento del encaje mínimo legal que por ley deben hacer los bancos como garantía contra los depósitos del público.
Así lo anunció la mañana del viernes pasado Roger Madrigal, presidente del BCCR, durante una conferencia de prensa sobre el comportamiento reciente del mercado cambiario en la que estuvo acompañado por Hazel Valverde, gerenta de esa entidad.
Las medidas —dijo el funcionario— están destinadas tanto a retirar la liquidez en colones del mercado, como a ampliar la oferta de dólares con el fin de estabilizar el tipo de cambio.
“Hay exceso de colones en este momento”, comentó Madrigal.
La emisión de títulos valores por $1.000 millones “con el menor riesgo”, busca ofrecer más opciones a inversionistas locales, como las operadoras de fondos de pensiones, “y así esas reservas no salen del país”, expresó.
“Como mínimo, ofrecer la alternativa mediante bonos en dólares detiene la salida de capitales. En el peor de los casos, es neutro, los dólares se quedan en el país, son bonos a tasa flotante”, agregó.
Sin embargo, reiteró que el país cuenta con un nivel de reservas del 10%, equivalente a US $6.619 millones, que es el “adecuado”, y continúa en el proceso de reconstituir las que debió invertir para frenar los efectos de las expectativas sobre el tipo de cambio.

El estudio iniciado por el BCCR para revisar al alza el encaje mínimo legal en colones tiene el objetivo de “evitar que esos colones persigan a los dólares y presionen las reservas. Esto está en una discusión adelantada”, añadió.
En cuanto a la solicitud de un nuevo préstamo al FLAR, afirmó que la gestión ya se ha iniciado.
El BCCR también informó que prevé recibir un total de US $1.130 millones del Banco Interamericano de Reconstrucción y Fomento (BIRF), la Agencia Francesa para el Desarrollo (AFD), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Corporación Andina de Fomento (CAF) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) como parte del proceso para reconstituir las reservas.
Además, la entidad continuará con lo que Madrigal llamó “la gestión activa de los excesos monetarios” mediante aumentos en las tasas de interés y la emisión de Bonos de Estabilización Monetaria, con el fin de reforzar los mecanismos de transmisión de las tasas de interés.

cambiario y a reconstruir las reservas invertidas en su estabilización, dijo la entidad.
¿Qué está pasando?
En cuanto a la interpretación de las fuerzas que estuvieron tras el alza del tipo de cambio en las últimas dos semanas, el presidente del BCCR reiteró que se trata de un problema importado cuya causa son los efectos de la invasión rusa de Ucrania, que impactan en los términos de intercambio de las materias primas, lo cual genera la devaluación del colón y obliga a pagar dólares más caros, principalmente para importar hidrocarburos.
Sin embargo, Madrigal también recalcó que, al factor desencadenante externo, se sumó la mayor demanda de dólares por parte de los fondos de pensiones, que buscan invertir en dólares, debido a la devaluación del colón y a las bajas tasas de interés en colones.
Este último elemento también fue comentado por el economista Ronulfo Jiménez, al ser consultado por UNIVERSIDAD (ver el recuadro).
Madrigal afirmó que, en tres años, la demanda de estas operadoras fue de US $3.200 millones con el fin de diversificar sus inversiones y encarar el aumento de la inflación.
Además, en la reciente alza del precio del dólar influyeron otros dos factores: el hecho de que una institución pública compró una importante cantidad de moneda extranjera para pagar sus deudas (presumiblemente el Instituto Costarricense de Electricidad, que se sumó a la creciente factura petrolera de Recope) y la estacionalidad típica del mercado cambiario en este mes del año.
“El mercado cambiario tiene tres tipos de estacionalidad, hay actividad de enero a marzo, luego es seco, a mediados de año es superavitario, y jueves y viernes suelen ser los días más superavitarios”, resumió.
El funcionario resaltó así el hecho de que “los agentes no están acumulando moneda extranjera, compran y venden normalmente”, y lo que ocurrió fue que hubo “una demanda incrementada” por los factores mencionados.
“Lo que ha cambiado es la demanda del sector público no financiero, ahora el sector es demandante neto de dólares. Prácticamente se ha duplicado la presión de demanda de dólares, en US $1.133 millones, en este año, solo por esto”, dijo el funcionario.
En lo que respecta a la reducción del horario operativo del Monex, Madrigal explicó que, en el que estuvo vigente hasta el viernes pasado —de 10 a.m. a 1 p.m—, este mercado funcionaba intensamente solo en las últimas horas, pues durante las primeras “la sesión era muy seca”, dado que los agentes económicos esperaban la formación de precios.
“Para facilitar el encuentro entre oferentes y demandantes, buscar la confluencia y mejorar la formación de precios”, a partir del lunes pasado la sesión del Monex solo es de una hora, de 12 m. a 1 p.m.
“Con mayor cantidad de participantes se da más profundidad al mercado y esto ayuda a una mejor formación de precios”, enfatizó.
Pero, un día antes de la conferencia, el jueves 2 de junio, en una breve entrevista telefónica con UNIVERSIDAD, Madrigal también puso de relieve el peso de las expectativas del público sobre el alza en el tipo de cambio como otro de los factores que alentaron la “burbuja” cambiaria.
El factor psicológico se manifiesta como la ansiedad de la población costarricense acerca de lo que puede ocurrir con el precio del dólar, dijo el funcionario, quien llamó a la población a mantener la calma y a “observar bien” la situación, porque, como ha ocurrido en el pasado, “hay una sobrerreacción” en el mercado.
“Sí, la gente de finanzas habla de niveles psicológicos. Hemos visto el precio del dólar pasar de ¢500 a ¢600 y ahora a los ¢700. Me parece que parte de lo que ha ocurrido es que hemos hablado mucho del tema cambiario en Costa Rica, hay mucha atención al tema cambiario y, entonces, eso crea aprehensiones, crea ansiedades en la población que, al no saber adónde va a llegar el tipo de cambio, decide comprar esa moneda ahora, antes de que esté más cara. Y cuando hacen eso, lo que logran es incrementar las fuerzas de demanda y el tipo de cambio aumenta. Es una especie de profecía autocumplida”, dijo en esa ocasión.
“Considera usted, entonces, que cuando economistas o funcionarios hacen comentarios acerca de las reservas o del tipo de cambio ¿pueden estar indirectamente contribuyendo a crear una situación psicológica que afecte después el tipo de cambio?”, le consultamos entonces.
“Sí, ese es el efecto, tal vez no deseado, no planeado, tal vez la gente opina de muy buena fe sobre un fenómeno, pero no sabemos cómo la población general procesa esa información y entonces el excesivo interés en el tema cambiario hace que esa persona se pregunte qué hacer con los dólares y, si necesita dólares, piensa que mejor los compra ahora”, respondió.
“Lo que estoy diciendo es que las personas tenemos que informarnos mejor, observar lo que está pasando, ver la misma historia en el tiempo de lo que ha ocurrido con el tipo de cambio. Esto lo vivimos en 2008, en 2014, en 2017, en 2018, en 2020, en 2021 y ahora nuevamente. Y en todos esos casos, si se observa, hay inicialmente una sobrerreacción y luego el mercado se corrige”, agregó.
En la conferencia del viernes pasado, Madrigal reiteró que “mal haría el banco en tratar de contener estos efectos bajando artificialmente el tipo de cambio, sería irresponsable, lo que hacemos es que nos adaptamos a una condición que sufre el mundo”.
En cuanto al incremento en la demanda de dólares, dijo que la solución “no es eliminarla, sino moderarla de acuerdo con la realidad del mercado de cada momento”.
“El BCCR intervendría cuando es necesario, en estos momentos estamos en la parte relativamente escasa de divisas por estacionalidad, eso es lo que está ocurriendo, hay un elemento adicional por demanda incrementada por la madurez de los fondos de pensiones, de más de $1,000 millones anuales en los últimos tres años, y un factor de expectativas, los intermediarios cambiarios han actuado responsablemente usando una parte de sus dólares”, añadió.
“El BCCR viene trabajando de forma prospectiva, se anticipó y, por eso, desde setiembre tomó una ruta de acción ordenada de manera precautoria. La guerra nos cambió todo el panorama”, resaltó.
“Persuasión moral”
Consultado por UNIVERSIDAD sobre la existencia o no de una coordinación entre el BCCR, la Superintendencia de Pensiones, el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) y las operadoras de pensiones, aunque la normativa al respecto recién entrará en vigencia en julio, Madrigal respondió que el banco recurre a la “persuasión moral a agentes institucionales” (operadoras de pensiones).
“Queremos mejorar la coordinación, hace poco nos reunimos, creemos que se puede mejorar. Hace poco tiempo hemos iniciado un diálogo con ellos para entendernos el BCCR, pensiones y el Conassif. Es una muy buena respuesta, de las reuniones que hemos tenido con las operadoras de pensiones, de revisar, que no es conveniente exacerbar la situación. Hay una disposición de revisar, de buena voluntad de las operadoras, lo cual es bienvenido”, dijo.
“Ayer nos indicaron que ellos revisarían, el hecho de que el BCCR exprese su disposición de intervenir también colabora en que ya esté bajando el precio del dólar, que las expectativas cambien y comience a bajar el tipo de cambio”, agregó.
Por su parte, la gerenta Valverde añadió que “tenemos una relación cordial con las operadoras de pensiones. Coincidimos en que podemos tener una relación más fuerte, el camino hacia adelante es positivo, su entrada en Monex es positiva para coordinar de forma más ordenada”.
Ese mismo viernes, cuando Madrigal y Valverde todavía no terminaban de responder a las preguntas de la prensa, el precio de venta del dólar, del BCCR, comenzó a bajar; el lunes 6 de junio, se ubicó en ¢690,89 y el martes 7 de junio por la tarde era de ¢688,09. En el Monex, el precio promedio ponderado al cierre del día fue de ¢687.

Economista Ronulfo Jiménez:
“Hay que tener presente que el golpe externo es muy fuerte”
¿Cuál es el peso que tuvo el aspecto psicológico de las expectativas de la población costarricense en cuanto al alza en precio del dólar que realmente ocurrió?
—Hay un golpe externo sobre la economía costarricense, especialmente representado por el aumento en el precio de las materias primas como el petróleo y otras, que hacen que se tenga una mayor demanda de dólares para cubrir esas importaciones y eso, pues, indudablemente afecta el tipo de cambio.
Sí hay un elemento de expectativas que juegan aquí para que aumente la demanda por más dólares. Es un factor psicológico o de expectativas que normalmente ocurre en estos procesos de subida del tipo de cambio, que pueden ser exacerbados por expectativas, de forma tal que allí es importante que las autoridades manden las señales correctas para alinear esas expectativas.
¿Cuánto peso tiene la demanda de las operadoras de pensiones en el alza del precio del dólar y puede esto ordenarse de alguna forma?
—A nivel interno hay un desajuste entre las tasas de interés en colones versus las tasas de interés en dólares. En síntesis, las tasas de interés en colones no son suficientes para cubrir lo que es la tasa de interés en dólares más la devaluación esperada.
Eso hace que inversionistas de todo tipo, entre ellos operadoras de pensiones, pero no exclusivamente, tomen la decisión financiera de invertir más en dólares que en colones. Y eso incluye dólares locales y dólares del exterior. Eso viene a agregarle una presión adicional a la demanda de dólares.
Allí, el BCCR está en un proceso que empezó en diciembre de ajustes de tasas de interés. Eso no se ha terminado y posiblemente va a continuar. Esas decisiones de política monetaria del BCCR se van a transmitir a las tasas de interés de los depósitos y de los créditos.
¿Qué opina del anuncio del BCCR de que estudia aumentar el encaje bancario?
—Desde el punto de vista de perspectiva de política monetaria, es algo que era esperable porque el aumento del encaje le va a ayudar al BCCR a que se transmitan los aumentos de política monetaria de tasas de interés de los depósitos y de los préstamos. Esto es lo que el BCCR estaría buscando para hacer efectiva su política antiinflacionaria.
El conjunto de medidas anunciado ¿será suficiente para sortear los efectos nacionales de esta crisis de alta inflación y contracción económica mundial?
—Yo creo que son correctas las medidas que tomó el BCCR. Van en la dirección que se necesita. Sin embargo, hay que tener presente que el golpe externo es muy fuerte y que probablemente el BCCR y, en general, las autoridades van a tener que seguir calibrando su política monetaria y fiscal.
Me parece que, en lo inmediato, pueden traer calma al mercado cambiario.
