País A dos semanas de la salida de clases falta campaña de reactivación

Abrirse al turismo en tiempos de pandemia: una carrera con baches

Reactivación turística necesitará estrategia que complemente consumo local y que incluya una fuerte tarea de atracción a los pocos turistas extranjeros dispuestos a viajar.

Pese a que los costarricenses que cuentan con ahorros han puesto los viajes y el turismo como prioridad dentro de sus expectativas de consumo, luego de que se reabran los destinos turísticos, lo cierto es que para el sector los visitantes locales no serán suficientes para reactivar sus negocios.

 

El turismo de aventura y ecoturismo no se pueden realizar en estos momentos, pero los empresarios, como el dueño de Sky Adventures, consideran que ya es hora de una apertura, pues tienen las condiciones para mantener el distanciamiento social. (Foto: Cortesía).

Un estudio denominado “Consumo y Turismo Post Coronavirus”, realizado por la firma costarricense GRINN Innovations junto a la consultora argentina Singerman & Makón, entre el 13 y el 29 de mayo, evidenció que, a pesar de los temores por la pandemia, la mayoría de los ticos tiene deseos de volver a viajar, incluso un 40% incrementó esa expectativa, respetando el aislamiento social.

“El segmento de jóvenes de entre 17 y 29 años es en donde se registra la mayor proporción de casos que manifiesta tener más deseos de viajar, producto de la cuarentena. El estudio confirmó que existe temor al contagio y ese podría ser el principal factor que afecte la decisión de viajes y turismo, además de la probable pérdida de poder adquisitivo”, detalló Sylvia Sáurez de GRINN Innovations.

La expectativa es que de quienes tengan la posibilidad de realizar turismo, un 63% lo haría entre los 3 y 12 meses después de reabiertos los destinos, un 41,8% considera necesario para viajar que el lugar de destino garantice las medidas de seguridad sanitaria pertinentes y otro 63% aseguró que su próximo viaje sería a lo interno del país, con una estadía menor a tres días.

Estos datos podrían generar esperanza para muchas personas que viven del turismo; sin embargo, UNIVERSIDAD conversó con expertos y empresarios del sector, quienes fueron enfáticos en que el turista nacional es insuficiente para lograr una verdadera reactivación.

Una pesadilla inimaginable

Durante las últimas décadas, Costa Rica se ha distinguido por mantener un gran dinamismo en el sector de servicios, y precisamente el turismo se venía convirtiendo en uno de los nichos que mayores ingresos generaba, no solo a las arcas del Estado, sino a los bolsillos de miles de costarricenses.

El nicho de viajes (turismo, salud y educación) tuvo un crecimiento de $204 millones en 2019 (4% más con respecto al año anterior) y representaba un 42% de todo el sector servicios.

Para el año pasado la estadía promedio de los visitantes que arribaron a Costa Rica por vía aérea era de 12,6, muy por debajo de la expectativa de los turistas locales luego de la pandemia.

De acuerdo con Mauricio Ventura, exministro de Turismo y Presidente de Sinergia Consulting Group, el sector está en una situación que ni en las peores pesadillas se pudo esperar. No solo se encuentra en una temporada cero, sino que es negativa, porque incluso sin tener ingresos, los gastos de los empresarios continúan, ya sea sosteniendo planillas, pagando alquileres, gastos en seguridad, mantenimiento, entre muchos otros.

“Esto plantea un panorama muy lamentable, y lo peor es que no se solucionará en una semana. No solo será un asunto de abrir fronteras y aeropuertos, ni que los hoteles puedan operar a una capacidad del 50%, porque el turismo nacional representa solamente entre un 15% y un 20% del movimiento económico turístico y es probable que luego de la pandemia ni siquiera ese porcentaje tenga posibilidades de viajar”, explicó Ventura.

Lograr un punto de equilibrio será muy difícil, aseguró el exministro, dado que los empresarios han pasado meses de pérdidas muy fuertes y los que se avecinan probablemente no serán de ingresos suficientes. La presión para muchos empresarios ya reventó y están a punto de cerrar.

Por ejemplo, Rodrigo Valverde es un empresario turístico y junto a su familia ha impulsado desde hace 20 años una empresa familiar en Monteverde. Primero estaba dirigida al ecoturismo, luego se pasaron al nicho de aventura; tienen producción de cacao y una planta de chocolates y recientemente incursionaron en hotelería.

El turismo de aventura lo desarrolló en Monteverde, en La Fortuna de San Carlos y en Guanacaste, negocios que a la fecha se mantiene cerrados y que han significado una fuerte reducción en los ingresos.

“Los escenarios han sido diferentes para cada unidad de negocios que hemos desarrollado; en Guanacaste decidimos no abrir en lo que resta del año, por un asunto de costo-ganancia; mientras que en Monteverde y La Fortuna estamos a la espera del aval del Gobierno para iniciar con ecoturismo y los parques de aventura. El problema es que las autoridades ni siquiera tenían mapeado a este sector y no lo habían incluido en su cronograma de aperturas”, contó.

Según explicó Valverde, en la zona de Monteverde se permitió la apertura de algunos parques, pero no todos, por lo que existe molestia en el sector. Tomando en cuenta que un 95% de los negocios son empresas familiares pequeñas, la comunidad se ha visto fuertemente impactada por las medidas de cierre.

“No hay una claridad sobre lo que sucederá y hemos trabajado en función de escenarios; inicialmente nosotros planteamos unos cuatro escenarios que iban desde el más optimista al más pesimista, hoy el más pesimista es nuestro plan optimista. Hemos tenido que negociar con los bancos, pasamos de tener 300 colaboradores en las diferentes unidades de negocios a menos de 60; nos vimos en la necesidad de despedir y liquidar porque la suspensión de contratos no nos servía, así al menos tienen recursos por un tiempo”, dijo el empresario.

Valverde indicó que la apuesta por reactivar al sector con turismo nacional es poco realista, porque es gente que difícilmente viaja entre semana, y representa un muy bajo porcentaje de los ingresos acostumbrados para poder operar (cercano al 30%), por lo que no siente que se logre un punto de equilibrio.

Medidas insuficientes

Según el cronograma de flexibilización de medidas sanitarias del Gobierno, en mayo se permitió la apertura de hoteles que tengan menos de 20 habitaciones, limitando el ingreso a una capacidad del 50%, así como algunos parques nacionales y playas en un horario de 5 a 8 de la mañana.

En la tercera fase, que va del 1 al 19 de junio, se permitió la apertura de cabinas o establecimientos de alojamiento con un aforo de 50% y transporte especial de turismo con restricciones vehiculares. La expectativa es que en las próximas semanas se de la apertura de aeropuertos.

Rubén Acón, presidente de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur) aseguró que tienen la esperanza de que el Gobierno mantenga la fecha estimada para abrir los aeropuertos, en julio próximo, pues las aerolíneas ya tienen planificado el regreso de vuelos.

“Se vería muy mal que el país no lo haga, algo que significaría que las aerolíneas ni siquiera se preocupen por programar otro inicio de vuelos. La situación es difícil en todos los países, por lo que no solo se trata de abrir fronteras y pensar que todo el mundo vendrá, pero es un proceso que debemos arrancar. Tampoco estamos de acuerdo con el 50% de aforo, lo que decimos es que se permita operar en un 100% de las habitaciones y que se mantenga el control de ingreso en áreas comunes, además que se extienda la cantidad de horas de apertura en las playas”, especificó el representante de Canatur.

Mauricio Ventura, exministro de Turismo, fue tajante al criticar las acciones que se han tomado para fomentar la reactivación del sector, pues considera que mercadológicamente el país se ha quedado rezagado, en competencia con fuertes estrategias de naciones de primer mundo que ya sobrepasaron las principales fases de contagio del COVID-19.

“Uno ve otros destinos que están más cerca del Consejo Mundial de Viajes o de la Organización Mundial del Turismo, que están trabajando de cerca con la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, con los aeropuertos, líneas de cruceros, y sacan certificaciones de viaje seguro; eso es lo que deberíamos estar trabajando en Costa Rica”, condenó Ventura.

El experto indicó que hay un desconocimiento de lo que requiere el sector, por ejemplo, con medidas que implica abrir hoteles de playa, pero con las playas cerradas, hoteles de montaña sin senderos, canopy o puentes colgantes; eso deja a muchos por fuera.

Todos los ajustes que puedan aplicar los empresarios requerirán de una gran estrategia país, que incluya los protocolos sanitarios —que ya fueron establecidos por el sector—, un sistema de control para garantizar el cumplimiento de estos protocolos, algo en lo que está trabajando Canatur, así como una guía permanente que signifique cero contagios.

Además, las autoridades nacionales anunciaron que desarrollarán una campaña de mercadeo para intensificar el turismo nacional; sin embargo, a dos semanas de la salida de clases de escuelas y colegios, aún no está en los medios.

Por otra parte, será indispensable una estrategia de mercadeo a nivel internacional. Los acuerdos con representantes del sector en diversos países también requerirá de la atención de las autoridades y empresarios, quienes deberán hacer mayores esfuerzos para hacer de Costa Rica un lugar atractivo, no solo en seguridad y belleza natural, sino también en precios, pues es conocido que no es el país más económico para turistear.


Mauricio Ventura, exministro de Turismo, aseguró que hace falta impulsar estrategias más contundentes para reactivar al sector. (Foto: Cortesía).

Tiempo de reconversión

De la noche a la mañana, muchas personas que dependían de los negocios turísticos se vieron en números rojos. Hoteles, restaurantes, parques temáticos y de aventura cerraron y suspendieron sus tours; se encontraron frente a la falta de visitantes.

Han sido meses de mucha frustración por ver cómo se paraliza una actividad que se había convertido en la fuente de ingresos directos de unas 200.000 personas e indirectamente de unas 600.000. Muchas ahora están desempleadas, otras han tenido que asumir el costo de sus inversiones pasadas, con ingresos negativos.

Hay quienes han tenido que apostar por reconvertirse, hacer planes y escenarios para generar entradas; eso los que han podido, porque muchos simplemente no saben qué hacer.

Eida Fletes es dueña del proyecto Jacana Rey Tour, en la Península de Osa, un negocio que depende 100% de la entrada de turismo; aunque también es productora de palmito, algo que ha sido su flotador durante estos meses.

“Tuvimos que cambiar toda la metodología, porque no hay nada de turismo en la zona y menos que lo nuestro es un proyecto de tour de palmito y observatorio de insectos. Nos dirigimos a producir para subsistir, aunque no se venda tanto, da para alimentar a la familia. Eso en nuestro caso que tenemos un poquito de tierra, no quiero imaginar lo que están haciendo los trabajadores del sector que no cuentan con otra alternativa”, manifestó Fletes.

Con la situación de la pandemia han estado pensando en reconvertir su negocio, dar un servicio totalmente diferente que incluya la enseñanza del cultivo y la educación dirigida a los clientes, mostrarles cómo sobrevivir en la naturaleza y aplicar estrategias más allá del turismo per se. “Definitivamente vamos por un cambio”, puntualizó Fletes.


El economista Federico Rivera indicó que en estos momentos muy pocos costarricenses tienen la posibilidad de hacer turismo. (Foto: Cortesía).

Finanzas quebradas

Costa Rica experimenta, al igual que el resto del mundo, una crisis económica por el cierre de operaciones de empresas y sectores productivos enteros, producto del COVID-19. El turismo, uno de sus sectores más dinámicos, no se ha quedado atrás.

De acuerdo con el economista y doctor en Gobierno y Política Pública, Federico Rivera, la situación del sector es muy incierta en todo el mundo; por ejemplo, en España se han reactivado ciertos vuelos, sobre todo aquellos que se dirigen a las Islas Baleares, donde descansan generalmente los turistas alemanes, no así a las Canarias.

Alemania creó un anillo de reactivación, pero solo con ciertos países como Austria, que ha demostrado estar libres del virus o con un alto control. Además el cronograma de reactivación de aerolíneas en Latinoamérica está dirigido a vuelos internos.

“En Costa Rica veníamos manejando la llegada de unos dos millones de turistas por año, con una gran expansión del sector, pero de repente se paralizó. Son unas 900.000 personas que quedaron sin ingresos, sin tomar en cuenta restaurantes y productos inferiores (ventas en la calle). En estos momentos a Costa Rica la sostiene la clase media, que puede significar unos 1,9 millones de personas, quienes están altamente endeudadas con tarjetas de crédito. Otro segmento de la población se quedó sin empleo y ha tenido que recurrir al Bono Proteger para dar comida a su familia”, analizó el experto.

Pero no solo eso, los vacíos económicos que ya se venían arrastrando, como un desempleo del 15%, se incrementarán en los próximos meses y la liquidez estará dirigida a la subsistencia para muchos segmentos de la población.

Todos estos datos evidencian que muy pocas personas tienen posibilidades de pagar sus deudas y que cuentan con pocos ahorros, por lo que viajar es una opción que se limita a  un pequeño grupo de la población.

“Esperaría que los empresarios de turismo hagan estrategias para reactivar su sector, como reducir costos, que ya de por sí eran demasiado elevados para el turista local; deberán reinventarse, buscar alianzas, establecer conexión con otras economías”, concluyó.


Datos del sector

País cuenta con 14 protocolos sanitarios para Turismo.

Hoteles están operando al 50% de su capacidad.

Turismo nacional representa entre 15% y 20% del total de ingresos.

Promedio de estadía antes de pandemia: 12 noches.

Desempleo en el sector en diciembre será del 50%.


 

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