La población costarricense vivió mayores niveles de ansiedad, tristeza y enojo tras los primeros meses de la pandemia, identificó un estudio del Instituto de Investigaciones Psicológicas de la Universidad de Costa Rica (IIP-UCR).
Entre los principales temores identificados por el estudio están el temor a las consecuencias económicas (87%), el miedo al futuro (83%), el miedo a contagiar a otras personas (82%), perder a un ser querido(75%), enfermar de COVID-19 (70%) y morir (43%).
El estudio exploratorio encuestó de forma virtual a 2146 personas de todo el país entre setiembre y diciembre del 2020 para identificar el impacto de la pandemia en la salud mental.
Las personas investigadoras concluyeron que la población está sometida a un ‘estrés agudo’ que se manifiesta en trastornos de sueño, cansancio, fatiga, dolor, pérdida de concentración, memoria o atención, miedo, aislamiento y soledad.
“Pero también empiezan a llegar al plano fisiológico con los problemas gastrointestinales, llanto incontrolable, consumo de medicamentos y sustancias psicoactivas, entre otros trastornos” señala el instituto en un comunicado de prensa.
Las personas más afectadas psicológicamente son mujeres de zonas costeras, con pocas redes de apoyo, menores niveles de escolaridad e ingresos.
El informe urge a las autoridades gubernamentales a incluir la salud mental en los planes y políticas para atención de la emergencia sanitaria por el COVID-19.
Es estudio se realizó en coordinación con el Centro de Investigación en Biología Celular y Molecular (CIBCM), con colaboración de personas investigadoras del Centro de Investigación y Estudios Políticos, la Escuela de Psicología y la Escuela de Sociología.