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20 horas al volante, sin seguro, ni horas extra y con rebajos ilegales: las denuncias de choferes de bus

Ministerio de Trabajo detectó 343 faltas de empresas autobuseras entre el 2014 y el 2019. En ese periodo también se iniciaron 554 procesos de conciliación de las autobuseras con sus empleados.

“A veces tomaba café con Coca-Cola para poder mantenerme despierto; otras veces tomaba una tiamina. Así nos mantenemos casi todos los choferes, buscando la forma de cómo estimular el cuerpo para seguir despiertos. A veces uno no resiste y se queda dormido, pero como hay un monitoreo por radio, lo están llamando para que no se duerma. A veces uno se duerme manejando”.

Es chofer, tiene 50 años y lleva más de la mitad de su vida conduciendo autobús.

Para esta publicación, prefiere que no se revele su nombre porque ahora está en busca de empleo. Su último trabajo fue en la empresa Autotransportes San Antonio S. A., de Desamparados,  contra la cual presentó una demanda porque asegura que violentaron sus derechos laborales.

-Vamos a esa oficina- dice mientras camina hacia el otro lado de la calle para entrar al Juzgado de Trabajo. En la ventanilla, la funcionaria le informa que su demanda sigue en trámite, que se está a la espera de la respuesta de la empresa autobusera y que debe consultar nuevamente a fin de mes.

“Yo trabajaba desde las 4 de la mañana hasta las 11 o 10 de la noche. Dormía aproximadamente dos o tres horas, nada más. Cuando ellos pagaban (semanalmente), nos daban un documento donde reflejaban 48 horas y había otro documento donde estaban las horas extras, pero ese no me lo entregaban. Entonces yo me pellizqué y empecé a tomarle fotos a todo”, cuenta el chofer a UNIVERSIDAD.

Entre las fotos que guardó como pruebas para su caso se muestran dos tipos de “comprobantes de pago”. En uno, aparecen las horas ordinarias y se indica una deducción de 10,34% que indica “seguro social”. El otro registra las horas extraordinarias, sin rebajos por cargas sociales pero sí unas deducciones por “adelantos” y “alquiler”.

La ley constitutiva de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) establece que las cuotas para el seguro social se calculan sobre el total de las remuneraciones; es decir, incluidas las horas extra.

El chofer explica que el rubro que se lee como “adelantos” consiste en deducciones del pago de las horas extraordinarias por faltantes de dinero con respecto a la cantidad de pasajeros que marcaron las barras.

“Por ejemplo, ellos me piden 100 marcas y yo solamente llevo 80 en mi conteo de la plata, entonces esos 20 a mí me los deducen de mi salario. Y ellos no ven el problema de que nosotros somos choferes cobradores, que las personas se paran en las barra, que entran con los paraguas, que las personas entran y vuelven a salir y nosotros para evitar problemas tenemos que dejar esa marca”, cuenta.

Desde el 2014, un criterio jurídico del Ministerio de Trabajo aclaró que ese cobro es ilegal y, en el 2018, una reforma legal lo especificó en la Ley Reguladora del Transporte Remunerado de personas.

En caso de faltantes de dinero se debe realizar un debido proceso para ver si se demuestra la responsabilidad del conductor, según el Ministerio de Trabajo, y en caso de que exista, se aplican sanciones, pero no se puede rebajar el dinero del salario. 

La deducción por el rubro de “alquiler” es un cobro por dormir en el plantel, afirma el chofer.  “Me cobraban casi ¢6.000 por un cuartucho donde duermen como ocho choferes. Yo me quedaba a dormir en el plantel porque me quedaba muy lejos mi casa, que es en Pavas, tendría que levantarme como a las 2 de la mañana”, agrega el chofer, quien es padre de dos adolescentes.

“Si usted no cumple ese rol, lo ven como un mal trabajador y comienzan a tomar represalias”, asegura.

Otros conductores de diversas empresas con los que conversó UNIVERSIDAD explicaron que laborar tantas horas extra es la única manera de obtener un ingreso que les permita cubrir sus gastos familiares.

El salario mínimo de un chofer de bus-cobrador para este año es de ¢13.872,70 el día. Con una jornada ordinaria de 48 horas semanales, pueden tener un ingreso de ¢83.236,2 por semana.

La legislación ordena que, junto con las horas extra, la jornada no puede superar las 12 horas de trabajo por día. Sin embargo, unos comprobantes de pago del chofer permiten ver que en algunas semanas, en promedio, laboraba 17 o 14 horas diarias.

“Vea el tiempo de almuerzo (en una copia de un rol de trabajo), dice dos horas, yo digo que es un tiempo fantasma porque ahí usted tiene que echar combustible, lavar el bus y hacer el recorrido al plantel”, agrega el chofer.

A él lo despidieron en julio del 2019, por medio de una carta en la que se indica que existe responsabilidad patronal; es decir, que la empresa cubrirá el preaviso de ley, auxilio de cesantía, vacaciones y aguinaldo.

El chofer sostiene que la empresa nunca le dio la liquidación correspondiente, sino que le empezó a depositar en distintas fechas algunos montos y que le indicaron que se trataba de “ayudas”. Añade que el monto que el Ministerio de Trabajo estimó preliminarmente como los derechos que debe cancelarle la compañía es 12 veces más de lo que le depositaron. 

“Después me llamaron para que fuera a firmar una liquidación y me pusieron una hoja en blanco y yo les dije: ‘un momento, ustedes no me dijeron que eso era una liquidación”, añade el chofer, quien entonces presentó una demanda laboral.

UNIVERSIDAD intentó conocer la versión de la empresa, sin embargo, no fue posible localizar a su presidente, Asdrúbal Fallas, quien también es representante de los autobuseros ante el Consejo de Transporte Público.

En la empresa pidieron que las consultas se remitieran a Silvia Bolaños, directora ejecutiva de la Cámara Nacional de Transporte (Canatrans), quien a su vez solicitó que se las enviaran por correo electrónico.

Bolaños respondió que desconoce los detalles del caso y que solo la empresa podría aclararlos.

En términos generales, indicó que el tema de los conductores de bus es “complejo, ya que el servicio requiere de operadores para poder cumplir a cabalidad con los esquemas de operación  y desde hace varios años hemos venido advirtiendo de la problemática que existe por falta de conductores”.

Bolaños destacó que un informe elaborado por el CTP en el 2008 encontró que en ese entonces el déficit de conductores en el Área Metropolitana era de 858.

“Este  estudio tiene ya  más de diez años y a esto debe sumarse la proliferación de  servicios especiales, piratas, Uber, rutas intersectoriales, entre otros. Por otro lado, esto se agrava con la aprobación de la Metodología Tarifaria en febrero del 2016. Como Cámara siempre hemos instado y requerido a nuestras afiliadas a cumplir a cabalidad con las disposiciones legales, sociales u otras que garanticen el cumplimiento de las obligaciones de ley”, añadió. 

La Dirección de la Región Central de la Dirección Nacional de Inspección indicó que dicha empresa tiene un ciclo inspectivo abierto (un proceso de revisión en curso), por lo que no se podían suministrar más detalles sobre el caso hasta que concluya el mismo.

Mantenerse despierto

En noviembre pasado, una resolución del Ministerio de Trabajo advirtió a la empresa Buses INA Uruca S. A. (Biusa) que debía abstenerse de mantener a sus choferes laborando hasta 19 horas.

Ese tipo de jornadas extenuantes son cosa de todos los días para muchos choferes, según narraron algunos en entrevista con UNIVERSIDAD.

La copia de un reporte de horas laboradas por choferes de esa empresa en junio del año pasado muestra un listado de más de 50 conductores con jornadas de más de 15 horas diarias. 

“Casi todos los compañeros decimos que ahí se gana bien, pero no es que se gana bien por hora, sino por el montón de horas que uno trabaja para poder ver la platica, son de 19 a 20 horas”, narra bajo la condición de anonimato un conductor que laboró ocho años en la empresa Biusa.

“Yo vivo cerca de la empresa, pero igual tenía que levantarme a las 3:20 de la mañana. Cuando me iba mi hijo quedaba acostado, volvía a las 11 o casi 12 de la noche y mi hijo otra vez acostado. Imagínese otra persona que vive lejos, ¿qué podía dormir esa persona? Uno llega a acostumbrarse, pero eso es un deterioro para la salud y más de un compañero lo que hace es tomar bebidas energéticas o tiaminas con café y eso es malo, porque la persona no está en sus cinco sentidos, más que es una responsabilidad tan grande andar 70 u 80 personas en un bus. La mayoría lo hacemos para redondearnos el salario”, agrega el conductor.

UNIVERSIDAD intentó conversar con el empresario Raymond Salim Simaan Khachab, presidente de la empresa Biusa, pero no respondió a ningún teléfono relacionado con él. En los teléfonos de la compañía tampoco hubo respuesta.

En noviembre pasado, el Ministerio de Trabajo advirtió a la empresa Biusa que no podía mantener a choferes
trabajando 19 horas diarias. (Foto: Facebook de Biusa).

La autobusera Biusa perdió la concesión de las rutas de La Uruca, pero opera mientras se lleva a cabo un nuevo proceso de licitación.

Las jornadas ilegales ocuparon el sexto lugar en infracciones laborales cometidas por las empresas autobuseras entre el 2014 y el 2019, de acuerdo con los datos que remitió la Dirección Nacional de Inspección del Ministerio de Trabajo, a solicitud de UNIVERSIDAD.

La mayor cantidad de infracciones, en orden de incidencia, se relacionan con la falta de entrega de comprobantes de pago, el incumplimiento con la remuneración de horas extra (que se deben reconocer con un 50% de recargo), el incumplimiento con el seguro social y las obligaciones patronales, así como la retención indebida del salario.

En ese periodo, el Ministerio detectó 343 infracciones en empresas autobuseras. Los datos no permiten ver cuáles derechos específicamente incumplió cada compañía, pero se observa que las que más registraron faltas son Autotransportes Lumaca S. A. (11 infracciones), La Tapachula (ocho infracciones) y Transportes Costarricenses Panameños (Tracopa), también con ocho y cuyo representante también es Raymond Salim Simaan.

La empresa Autotransportes Lumaca aseguró que, para que se trate de infracciones, debe existir un proceso judicial que así lo determine y que la compañía nunca ha sido condenada en sede judicial.

Estas deficiencias se detectaron en inspecciones realizadas tanto por denuncias como de oficio, explicó el subdirector nacional de Inspección, Wálter Villalobos.

“La persona inspectora se hace presente al centro de trabajo y explica su intervención. Si es por denuncia, se investiga si es cierto o no. Si no es cierto, se hace un oficio de cierre indicando que no se encontraron infracciones o anomalías. Si encuentra que efectivamente hay una irregularidad, se levanta un acta de inspección y se le da un plazo para cumplir. En una segunda visita se verifica si cumplió o no. Si no cumplió, tiene que entrar la vía judicial”, detalló Villalobos. Esa dirección remitió 16 casos a los juzgados en los últimos cuatro años.

Los empleados que consideren que la empresa no les retribuyó todo lo adeudado también puede acudir por su cuenta a la vía judicial.

Otra alternativa es que las partes concilien. Entre el 2014 y el 2019 la Dirección de Asuntos Laborales (DAL) del Ministerio de Trabajo registró 554 procesos de conciliación. Las empresas que más veces conciliaron fueron Autotransportes Pavas S. A. (177), Lumaca (175) y Biusa (84).

De todos los procesos, en 380 se lograron acuerdos. En otros no se pudo llegar a un arreglo o este se realizó fuera de la vía administrativa del Ministerio. También se cerraron casos por desistimiento.

Denunciar

Brenes es un conductor de bus pensionado a quien se le nombrará solo por un apellido. Él presentó una demanda contra la empresa Comtrasuli, de la ruta de San José-Puriscal, en la cual laboró casi 17 años. Incluso, cuando se pensionó, hace siete años, regresó a laborar en esa compañía.

Estos son documentos que mostró el chofer de los pagos que le hacían en la empresa Autotransportes San Antonio. En este caso, el cálculo de cargas sociales se hizo solo con base en las horas ordinarias y no con las extraordinarias. (Foto: Reproducción).

Tras ser despedido en setiembre del año pasado, presentó una demanda por el incumplimiento del pago de horas extra y los rebajos de dinero por las marcas de las barras contadoras.

Brenes asegura que en ocasiones entraba a laborar a las 5 a. m. y salía hasta las 11 p. m., sin que se le reconociera el pago por la jornada extraordinaria.

Su esposa -quien prefiere reservar su nombre- afirma que en ocasiones él la llamaba y le comentaba que no había tenido tiempo ni de almorzar. “Yo uso aromaterapia y vivía embarrándole cosas para que le diera energía, que no le diera sueño”, cuenta ella.

Por eso, recientemente presentó una demanda laboral que actualmente se encuentra en trámite.

El temor de este y otros choferes es que los procesos judiciales que inicien les dificulte conseguir nuevos empleos, según comentaron.

“Los trabajadores no tienen tiempo (para denunciar) o están intimidados, atemorizados de quedar en una lista negra y que no les den trabajo en ningún lado”, indicó Francisco Campos, del Sindicato Nacional de Conductores Especializados y Afines (Sitracoesa), el cual ha acompañado a algunos choferes en sus procesos de denuncia.

Se contactó a la empresa Comtrasuli, desde donde indicaron que posteriormente un representante se pondría en contacto con este medio.

Nota de autor: Esta nota se modificó el miércoles 15 de enero para agregar la posición de la empresa Autotransportes Lumaca, la cual además emitió un Derecho de Respuesta que fue publicado en la sección de Opinión. 

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