País

12 horas, 10 experiencias ajenas y 5 razones más para votar a pesar del Covid-19

Experto en procesos electorales señala ventajas que tiene el país para desarrollar una jornada electoral con normalidad a pesar del fuerte aumento de contagios en el mes de enero. Hasta el clima puede ayudar.

Momentos de fuerte propagación del coronavirus coincidirán con las elecciones generales del 6 de febrero, y nada lo puede evitar ya. Esto hizo a las autoridades electorales activar las alertas sobre medidas sanitarias y un mensaje paralelo para que la población asista a votar de manera masiva, considerando que la jornada de ese domingo no debería representar un disparador de los contagios.

¿Por qué no es alto el riesgo a pesar de que expertos han advertido sobre la alta contagiosidad del COVID-19 en su variante ómicrom? Las razones son variadas y tienen que ver con la experiencia internacional reciente, factores circunstanciales como el clima, la preparación del país con la experiencia de haber sobrellevado casi dos años de pandemia y otros elementos particulares de Costa Rica.

Así el país puede sobrellevar el momento pico de contagios, con más de 100.000 casos activos que se alcanzarían para el 6 de febrero, después de que solamente eran solo 2.500 en los últimos días del 2021. La fecha de los comicios es inaplazable, tanto como el 1° de mayo para que asuman nuevos diputados y el 8 de mayo para un nuevo gobierno, lo que obliga a realizar las elecciones tal como está el contexto.

“Votar es un derecho, claro, pero es también una responsabilidad social. En Costa Rica sobresale la solidez de su Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) y una tradición de alta participación. Por eso es momento de rescatar el valor del voto a pesar de la pandemia, que igual no impide a la población salir de sus casas por otros motivos”, dijo Joseph Thompson, director del Centro de Asesoría y Promoción Electoral (Capel), adscrito al Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH).

Se trata de una jornada que puede desarrollarse de manera segura, afirma el experto en procesos electorales al detallar siete factores favorables:

  1. La experiencia probada. Entre 2020 y esta fecha hubo programación de procesos electorales en México, Honduras, El Salvador, República Dominicana, Puerto Rico, Perú, Chile, Argentina, Uruguay y Brasil, todos en distintos momentos de la pandemia y con circunstancias más o menos similares a Costa Rica, y ninguno de esos casos ha habido aumentos de contagios atribuibles a esos movimientos sociales en el día de los comicios. “No es teoría, son experiencias que prueban que se puede resguardar la salud de las personas al tiempo que se resguardan los derechos políticos”, dice Thompson.
  2. Dos años aprendiendo. El país en general acumula prácticamente dos años de observación de experiencias de otros países con el manejo de la pandemia y se ha desarrollado una ‘cultura sanitaria’ que han normalizado medidas como el uso de mascarilla, el distanciamiento social y más recientemente la ventilación de los espacios, lo cual indica que la población no tendría problemas en aplicarlas durante la jornada electoral. “Son conductas que el Tribunal Supremo de Elecciones ha incorporado a los protocolos complementándolas con otras medidas para la sanitización”
  3. Sol y brisa. Aunque nadie puede pronosticar ahora cómo estará el tiempo meteorológico en todo el país el domingo 6 de febrero, lo usual que febrero sea un mes soleado e incluso ventoso en casi todos los territorios, lo que permite que no se aglomeren personas en espacios techados y que corra el aire a los recintos electorales. A esta circunstancia se suma la prohibición de toldos de los partidos políticos en alrededores de los centros de votación, emitida por el TSE.
  4. Recintos electorales amplios y aireados. A diferencia de otros países, Costa Rica no realiza las votaciones en recintos improvisados de tamaño limitado, sino que utiliza sobre todo su amplia red de escuelas donde la mayoría de instalaciones suelen ser de tamaño amplio y ventiladas, condiciones lógicas para un país mayoritariamente cálido. “Esto da seguridad incluso para las personas que trabajan en la jornada electoral y están varias horas en las mesas”, comentó Thompson sobre condiciones que ya se experimentaron en las tres convenciones de partidos políticos en el 2021.
  5. Vacunación adelantada. Ningún otro proceso electoral en América Latina se ha celebrado con una tasa tan alta de vacunación contra COVID-19 en su población, como lo hará Costa Rica el 6 de febrero. Tras 13 meses de vacunación, casi 94% del electorado tiene la primera dosis, cerca de 87% tiene la segunda e incluso tiene una tercera el 58% de la población mayor de 58 años, según cifras oficiales. “Es una de las tasas de vacunación más altas de la región y eso ayuda a reducir los contagios, pero sobre todo la gravedad de la enfermedad en las personas que la contraen. Es muy distinto a haber ido a elecciones un año atrás”, señaló.
  6. Hay 12 horas para votar. Costa Rica tiene la jornada más larga de todas, con 12 horas entre las 6 a.m. y 6 p.m., a diferencia de la mayoría de países que empiezan a las 7 a.m. u 8 a.m. y otros que cierran urnas a las 4 p.m. o 5 p.m. Eso significa que hay momentos del día de baja afluencia que permiten asistir en condiciones seguras, como suelen ser las primeras horas del día o alrededor del mediodía. “Es usual que términos generales  las personas mayores vayan durante la mañana y jóvenes por la tarde; en esta ocasión se pueden buscar momentos donde haya menos gente, porque tiempo suficiente hay”, explica Thompson.
  7. Pandemia no es tema electoral. A pesar de desarrollarse la campaña en momentos de contagios, restricciones sanitarias y efectos diversos de la pandemia, el coronavirus no ha llegado a ser un tema de discusión durante la campaña, como se refleja la ausencia de polarización en torno a la vacunación y su obligatoriedad, pese a la notoriedad de un pequeño grupo opositor. “No hemos visto una discusión o una desmovilización y más bien hemos notado que los partidos políticos han estado muy dispuestos a acatar recomendaciones y normas establecidas para enfrentar la pandemia”, indica Thompson.

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