La tormenta tropical Nate -que azotó al país los pasados 5 y 6 de octubre- todavía ocasiona estragos y mantiene en vilo a miles de personas, incluidas las 1.520 que sigue en albergues y las 171.744 que continúan sin servicio de agua potable.
En materia de albergues, son 58 los que permanecen abiertos a lo largo de todo el territorio nacional; mientras que en la distribución de agua potable, los sistemas afectados rondaban los 177 hasta de 13 de octubre pasado.
De todos ellos, 16 sistemas pertenecen al Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AYA) y 161 de Asociaciones Administradoras de Sistemas de Acueductos y Alcantarillados Comunales (Asadas), lo que mantiene a miles de personas a expensas del suministro provisional en cisternas y recipientes.
Según reportó la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), todo es parte de una tragedia que tampoco discriminó sectores como la educación, la conectividad y la atención médica, con 249 centros educativos, 11 rutas y dos equipos básicos de atención integral en salud (Ebais) que permanecen cerrados.
Todas estas son prioridades para el gobierno, que -según informó la tarde del lunes- ya aprobó 208 obras de primer impacto por ₡1.325 millones para rehabilitar caminos y puentes de manera principalmente provisional.
Estas obras son aprobadas por la CNE y se concentran en campos como la limpieza de vías, la construcción de obras de protección y el apilado de materiales, así como la rehabilitación de caminos, la limpieza de derrumbes y deslizamientos, y la estabilización de taludes.
Estos son puntos fundamentales para la reactivación de la conectividad con algunas comunidades, punto en el que se han concentrado los esfuerzos gubernamentales para garantizar el desplazamiento de suministros y la atención de las necesidades más básicas.
Del total, ₡42.2 millones se emplearán en Alajuela, ₡138,8 millones en Cartago, ₡79,1 millones en Guanacaste, ₡147,5 millones en Puntarenas y ₡917,9 millones en San José, donde siguen presentándose serios problemas de acceso en cantones como Acosta, Dota, León Cortés y Tarrazú.
Con estos trabajos se espera no sólo gestionar la comunicación territorial, sino también evitar tragedias por nuevos deslizamientos, como parte de los inconvenientes que ya cobraron la vida de al menos 14 personas, según los últimos datos suministrados por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) a la CNE.
Según los registros históricos de la Comisión, Nate fue el desastre número 63 provocado por un fenómeno hidrometeorológico en Costa Rica en los últimos 30 años, periodo en el que se vivió el impacto de huracanes como Gilbert, Joana (1988), César (1996), Mitch, Floyd (1998), Michelle (2001), Stan, Wilma (2005), Alma (2008), Tomas (2010) y Otto (2016).
En el caso de la tormenta Nate, su impacto se vio potenciado por factores como la acumulación de lluvias desde finales de septiembre, así como su efecto directo en 76 cantones de seis provincias (todas menos Limón) por dos días seguidos.
En las horas siguientes, la cantidad de personas albergadas llegó a alcanzar las 11.361 personas en 178 albergues, a lo que se añadió la atención de más de 15.000 incidentes y 3.500 rescates efectuados por los cuerpos de emergencia.
Inversión en asistencia
Como parte de la atención directa a la población, el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) informó que ha inyectado ₡1.373 millones para el apoyo de 8.399 personas (2.717 familias), a las que se ha asistido en campos como el pago de vivienda, alimentos, vestimenta y demás productos de necesidad básica.
A esto se suma la entrega de diarios, cobijas, espumas, recipientes y medicinas, algo que también ha sido apoyado por el Servicio de Vigilancia Aérea (SVA) y el Servicio General de Guardacostas (SNG), con 224 vuelos y 184 horas náuticas respectivamente.
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