Opinión

Violencia de género con rostro estatal

La publicación de la “Guía de buenas prácticas de seguridad en las operaciones turísticas” fue un retrato perfecto de la violencia patriarcal que también emana fétidamente de no una, sino múltiples instituciones estatales. Esta “guía” es el retrato de un trabajo conjunto de la Comisión Nacional de Seguridad Turística (Consetur) y supuestamente pretendía tener “perspectiva de género”, por lo que el Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) aparentemente tuvo la labor de realizar observaciones al documento antes de su publicación.

Es que indiscutiblemente la guía, como dijo el Inamu, no da recomendaciones para “evitar violaciones”, sino que va mucho más allá. En el apartado “Medidas básicas de autoprotección en seguridad” señala recomendaciones dirigidas a turistas para que el estado pueda “garantizar sus derechos y libertades” mediante acciones que inciden directamente en la esfera de actos personalísimos de las mujeres turistas en Costa Rica.

Las diferencias culturales no justifican la inseguridad, la violencia ni las agresiones sexuales. La inoperancia de un sistema estatal, eminentemente patriarcal, sí lo hace, las mujeres turistas o no, no estamos seguras de noche, ni en todos los espacios en los que transitamos, somos objeto de violencia y crítica constante por conductas que son completamente normales, como vestir con pantalones cortos o falda, beber licor, disfrutar de una fiesta y hasta ¡ser amables! ¿Quién lo diría? En el país del pura vida, una guía le recomienda a las mujeres no ser amistosas ni generar confianza porque las puede poner en riesgo… pero en ningún momento esas mismas instituciones, tan siquiera, sugieren que a las mujeres se les trate con dignidad y respeto.

¿Será que el Estado y sus instituciones no están conscientes de que la violencia de género es un mal mayor que carcome nuestra sociedad a múltiples niveles? ¿Falta señalarle al aparato estatal que es urgente atender esta epidemia de violencia? Es hasta que se ha afectado la imagen internacional de Costa Rica como destino turístico y “país de paz” que las situaciones empiezan a ser urgentes ¿Cuántas mujeres víctimas de violencia más necesitamos para que las instituciones reaccionen?

No solo las turistas necesitan más protección, todas las mujeres que habitamos este país también sufrimos este flagelo y requerimos acciones urgentes de parte del Estado, que debería garantizarnos el derecho a una vida libre de violencia tanto en el ámbito público como en el privado. Los compromisos internacionales y nacionales para con nosotras deberían estar sostenidos por mecanismos para garantizar la protección de las víctimas de violencia y con otros que deberían procurar la acción diligente para prevenir, investigar y sancionar esta violencia. Pero hoy el retrato estatal está más claro que nunca, el sistema necesita repensarse y renovar las acciones que está desplegando, porque como dice la consigna popular “me cuidan mis amigas, no la policía”.

 

Suscríbase al boletín

Ir al contenido