Opinión

Una Paz histórica

A nadie vamos a engañar, la paz no llega por el solo deseo de estar bien con el vecino, sino por intereses de diferentes latitudes

El pasado martes, el Estado de Israel, Baréin y los Emiratos Árabes Unidos, con la mediación y el aval de Washington, firmaron un tratado de paz y cooperación bautizado como “Los Acuerdos de abraham”, en honor al patriarca que tienen en común ambos credos. Estos acuerdos marcarán el camino de nuevos acercamientos entre Jerusalén y los países del Mundo Árabe. Básicamente, desde 1948, Israel ha vivido bajo el asedio y la amenaza de sus vecinos y de grupos terroristas que se han ido consolidando con el pasar de los años, financiados en muchas ocasiones por algunos Países del Golfo. Hoy, dos de ellos se acercan a Jerusalén, precedidos de decenas de gestos y buenas intenciones; y firman un acuerdo que llena de esperanza y positivismo a una región que en los últimos 20 años ha estado marcada por primaveras que se convirtieron en crudos inviernos, guerras, conflictos y dictadores. Una bocanada de aire para la región después de tener el cuello hendido por las fauces del terrorismo y el fundamentalismo islámico. 

Estos tratados, a diferencia de los firmados con Egipto posterior a la guerra de Yom Kippur, y los suscritos con el Reino Hachemita de Jordania, durante el siglo pasado, fueron de Tierras por paz, estos, a diferencia de los anteriores, fueron de paz por paz. Esto marca un nuevo paradigma y traza un nuevo camino para quienes quieran acercarse a firmar la paz con los israelíes, y, por supuesto, significa un vuelco a las intenciones de la Autoridad Nacional Palestina, liderada por Mahomud Abbas, en sus intenciones de rechazar cuanto tratado de paz se les ponga en la mesa de negociaciones.

Trump, junto a Jared Kushner (su flamante asesor y yerno), lograron en dos semanas lo que a sus predecesores les tomó décadas. Podemos estar todos muy en desacuerdo con sus políticas económicas y sociales, pero es innegable que el presidente, en sus movidas de política exterior, ha estado muy por encima de las últimas administraciones. Logrando acercamientos con Corea del Norte; los acuerdos de paz en el área siempre convulsa de los Balcanes entre Serbia y Kosovo, y por supuesto, estos acuerdos materializados en tiempo récord. 

A nadie vamos a engañar, la paz no llega por el solo deseo de estar bien con el vecino, sino por intereses de diferentes latitudes: Israel ha crecido como la espuma en diferentes aristas, principalmente, en tecnología agronómica, turismo y en seguridad. Esta última es quizá la variable más importante que ha hecho posible el acercamiento con los Países del Golfo. Irán es el enemigo común, impedir que Teherán construya una ojiva con capacidad nuclear ha sido la política de seguridad por excelencia de Israel en la última década, y algunos de sus vecinos árabes de una u otra forma se han unido en una coalición sin precedentes contra el régimen de los ayatolas y de su líder espiritual Ruhollah Jomeini. Hasta cierto punto, Israel se ha sabido rodear y blindar, aunque aún tiene un flanco abierto en su frontera norte con el Líbano, y este peligro no pasa por la ya de por sí buena relación que tiene el presidente Michel Aoun con grupos terroristas, sino por el brazo armado de Irán con sede en Beirut, Hezbollah, empeñado en la destrucción y desaparición del Estado de Israel.

La gran interrogante que salta al aire es qué pasará con la cuestión Palestina, aunque parece que esa pregunta ya tiene respuesta por el modus operandi de Hamas del mismo martes cuando el canciller emiratí daba su discurso en Washington frente a sus homólogos: desde Gaza llovían misiles sobre las ciudades de Ashdod y Ashkelon, al sur de israel; mientras que en Ramallah quemaban banderas de las cuatro naciones involucradas en el proceso de paz. No podemos pedir y esperar más mientras los liderazgos sigan siendo los mismos tanto en la Franja de Gaza controlada por Hamas, como en Cisjordania. Lo cierto es que una vez más se abre la posibilidad de una paz estable y duradera, y una oportunidad que debería ser aprovechada por los liderazgos palestinos. 

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