Opinión

Una lectura del abstencionismo

José Saramago en su libro Ensayo sobre la lucidez propone el relato de un municipio, que en gran y apabullante mayoría decide espontáneamente

José Saramago en su libro Ensayo sobre la lucidez propone el relato de un municipio, que en gran y apabullante mayoría decide espontáneamente, sin la intervención de ninguna clase de organización cívica o política, votar en blanco. Esta acción corresponde, desde luego, a una forma de protesta pacífica en contra del sistema que ha estado a la cabeza.

En las  elecciones del 4 de febrero pasado, en nuestro país se contó con un abstencionismo general que rondó el 34%, porcentaje que no difiere significativamente de las últimas tres elecciones presidenciales pasadas, así como de procesos electorales en otros países.  Más de un millón de posibles votantes no se acercó a las urnas. Este conglomerado humano no se sintió representado por ninguna de las trece opciones -dato insólito en otras latitudes-, a pesar de las marcadas diferencias ideológicas y propositivas entre los partidos políticos. ¿Es acaso este abstencionismo una muestra latente de rebeldía contra el sistema político o la falta de credibilidad de sus representantes como el voto blanco de los personajes de Ensayo sobre la lucidez, o por el contrario una representación de la apatía del costarricense, ese ‘porta mí’ que identifica a un sector de la población?

Sea cualquiera de las opciones, resulta grave. Si bien el porcentaje de abstencionismo general se mantuvo entre los rangos normales, cuando se revisa lo ocurrido en Limón, Puntarenas y Guanacaste, los datos revelan la desidia de una gran parte de los pobladores por mostrar su apoyo a uno u otro candidato.  Más de la mitad de los electores se negó a votar en estas provincias. Las tres, pilares de la economía costarricense en materia turística traslucen un impacto negativo en su relación con el sistema político actual. Los ciudadanos de estas regiones, más que en ninguna otra parte del país, no se sienten representados. Las fuerzas políticas no logran concretar ideas u apoyos para poblaciones que enfrentan graves condiciones de desempleo, pobreza y aumento de la criminalidad -particularmente en Limón-. De alguna manera, la lucidez a la que los ha llevado la experiencia provoca que sientan que elegir entre uno u otro postulante no modificará radicalmente su vida, ni la de sus familiares, y que deben luchar por sí mismos, sin el apoyo de nadie, a veces incluso contra las mismas políticas gubernamentales.

Corresponde a esos actores políticos involucrar activamente a esos descreídos del sistema, para que convencidos luchen por trabajar por su entorno.

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