Opinión

Un recuento completo de hechos

La reciente aprobación parcial del presupuesto extraordinario 1-2019, por parte del Consejo Universitario de la UCR,  tuvo como reacción dos artículos en el Semanario UNIVERSIDAD

La reciente aprobación parcial del presupuesto extraordinario 1-2019, por parte del Consejo Universitario de la UCR,  tuvo como reacción dos artículos en el Semanario UNIVERSIDAD, el primero de ellos por parte del señor Vicerrector de Investigación, y el segundo, por parte de tres personas miembros del Consejo Universitario (CU).  Ahora bien, en aras de que la comunidad universitaria tenga un panorama más completo del actuar de todas y cada una de las personas que integramos el CU y las razones de dicha decisión, quienes suscribimos la presente nota nos permitimos aclarar e informar lo siguiente:

1) El presupuesto universitario, al ser fondos públicos, es un proceso complejo que amerita los controles y revisiones necesarios.  Su formulación se origina en las mismas unidades que requieren los insumos para llevar a cabo la docencia, investigación, acción social, programas de Vida Estudiantil, administración, dirección superior, desarrollo regional e inversiones; y que, en su etapa final a nivel institucional, previo a enviarlo a la Contraloría General de la República, es aprobado por el CU, siempre y cuando, en términos generales, este corresponda con las actividades universitarias y cumpla el marco legal. Fuera de esas causas, no debería existir motivo para improbar un presupuesto.

2) En el caso que nos ocupa, la Comisión Permanente de Asuntos Financieros y Presupuestarios del Consejo Universitario elevó para aprobación del plenario de este órgano colegiado, un dictamen favorable firmado por el M.Sc Carlos Méndez, coordinador de dicha comisión; el Lic. Warner Cascante; el vicerrector de Administración, Dr. Carlos Araya; la estudiante Silvana Díaz y el Dr. Guillermo Santana. Sin embargo, este último, una vez en el plenario, cambió su posición y junto a otras personas miembros del CU que lo han manifestado, expusieron dudas en tres presentaciones de la propuesta al plenario, llegándose a una situación en que la aprobación total del presupuesto no tendría la mayoría requerida reglamentariamente.

3) En esas circunstancias solamente existían dos posibilidades como escenarios de decisión:

  1. a) que el presupuesto extraordinario 1-2019 fuera en su totalidad votado negativamente por todo el CU (a excepción de los suscritos), con la consecuencia de perjudicar a todas las otras unidades que estaban incluidas en ese paquete.
  2. b) que, ante la inminencia de una improbación total de todo ese presupuesto, y a fin de que no se perjudicara a unidades académicas sobre las cuales no pesaba ningún cuestionamiento, el Lic. Warner Cascante propuso una aprobación parcial, dejando por fuera, para su posterior resolución, el caso de Ingeniería Eléctrica, dado que las explicaciones brindadas por la unidad académica no fueron suficientes para el resto de los miembros del Consejo Universitario.

Al respecto, los abajo firmantes enfatizamos que a nuestro parecer, la propuesta de presupuesto extraordinario era clara y correcta, cumplía con lo solicitado por la Contraloría Universitaria, de corregir errores procedimentales por parte de la administración superior, se presentaron evidencias  adicionales sobre las partidas, proyectos y justificaciones, y el procedimiento de análisis es el acostumbrado en la presentación y trámite de estos casos, por lo que estábamos en la disposición de apoyar la aprobación total del presupuesto. Nótese que la decisión de aprobación parcial evidentemente resultó ser la mejor dentro de las circunstancias y que, finalmente, fue aprobada por la unanimidad de las personas que conformamos el plenario del CU a efectos de no obstaculizar los procesos académicos.

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