Opinión

Un país de oportunidades

En un programa de Canal 13, dirigido por don Ricardo Sancho, se entrevistó a Edgar Arroyo, exvicecanciller y representante ante la Corte Internacional La Haya

En un programa de Canal 13, dirigido por don Ricardo Sancho, se entrevistó a don Edgar Arroyo, exvicecanciller y representante ante la Corte Internacional de La Haya. Algunos pasajes de su vida me resultaron familiares ya que viví parte de la niñez en el San Carlos de los tiempos de adolescencia de don Edgar; es decir, en La Villa Quesada de los años cincuenta y sesenta del siglo pasado.

Don Edgar hizo un recorrido autobiográfico, destacando lo que significó la paternidad y maternidad afectiva de la familia Hidalgo, particularmente de don Inocente Hidalgo y su esposa Vivina Quirós, pues siendo un muchachillo contó con su apoyo para poder concluir los estudios secundarios. Esto me hizo recordar los gestos de solidaridad silenciosa de don Otilio Hidalgo y su esposa, doña Ana Lucía Rojas, en un tránsito difícil por el que pasó mi familia.

Al finalizar la entrevista, don Edgar fue invitado a echar una mirada a la Costa Rica de hoy y a señalar algunos de sus problemas y desafíos. Destacó, desde su experiencia, la falta de oportunidades para la juventud, como una de las realidades más dramáticas y desafiantes. Volví, entonces, al San Carlos –y al país– de la década de los años sesenta del siglo pasado, para recordar que a pesar de las situaciones precarias y las privaciones, la pobreza se vivía con cierta dignidad. Había una especie de cercanía física y afectiva entre quienes tenían poco y quienes tenían más; de alguna manera, esa cercanía contribuyó a facilitar la movilidad social. Además, contábamos con un Estado más diligente y solidario que supo marcarle la cancha al mercado, para mejorar la distribución de la riqueza.

Una sociedad de oportunidades es aquella que extiende la mano a la juventud con un “bollo de pan”, para que esta asuma la tarea de proveerse el otro “bollo de pan” que necesita para llegar a vivir dignamente. Ese fue el mejor ejemplo que nos legaron familias generosas de este país; también estadistas visionarios y apasionados del bien común. Y ese ha de ser el camino para avanzar hacia la sociedad de las oportunidades y la equidad.

Hoy se presenta una coyuntura sociopolítica promisoria. Diversos sectores de la ciudadanía parecen dispuestos a sentarse a la mesa del diálogo para consensuar alrededor de las mejores medidas y acciones, dirigidas a solucionar el problema del déficit fiscal. Quizá podamos aprovechar esta coyuntura para ensanchar este espacio, y constituir una mesa de diálogo social que se aboque a encarar nuestros grandes problemas y desafíos, es decir, la agenda país. Ello es posible, si procuramos mirar más allá de nuestras tiendas y abrazamos con pasión el sueño de construir la Costa Rica de oportunidades para todos.

“Hoy es día de arar con aros de fuego las eras del amor y el entusiasmo” (Jorge Debravo).

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