Opinión

Un maestro de pueblo de Franz Kafka: una sátira de los discursos de conocimiento

Dice Nietzsche en su texto Más allá del bien y del mal, en uno de sus aforismos, que “la falsedad de un juicio

Dice Nietzsche en su texto Más allá del bien y del mal, en uno de sus aforismos, que “la falsedad de un juicio no es para nosotros ya una objeción contra el mismo… la cuestión está en saber hasta qué punto ese juicio favorece la vida…” (Nietzsche, 1982, p. 24); más adelante en el mismo aforismo el filósofo alemán afirma que en general los juicios falsos son los que se tienen como los más necesarios para el hombre. Esta proposición tiene relación con lo que propone Michel Foucault en El orden del discurso (1992) cuando expone acerca de los procedimientos de “control-distribución” que operan en los discursos de conocimiento, en particular de los que tienen que ver con la exclusión que los sujetos sufren hacia estos.

En el presente ensayo se lleva a cabo un análisis del relato Un maestro de pueblo de Franz Kafka, a partir de los conceptos de la teoría del discurso sobre los procedimientos de exclusión –en particular, el de la voluntad de verdad–, acuñados por Michel Foucault (1992). En el relato de Kafka, en un pueblo ha aparecido un topo gigante y, en vista de la pequeña fama que está adquiriendo por ello, a falta de una persona idónea que se haga cargo de registrar el hecho, el docente es elegido para ello; por lo tanto, redacta un escrito que se les vende a los visitantes que llegan al pueblo, con el fin de conservar la cierta fama del acontecimiento.

Acerca de la voluntad de verdad dice Foucault que “está a la vez reforzada y acompañada por una densa serie de prácticas como la pedagogía, como el sistema de libros, la edición, las bibliotecas, como las sociedades de sabios de antaño, los laboratorios actuales”. Esta distinción permite comprender que los discursos de conocimiento y todos los aparatos que operan en ellos se cimentan sobre la base de fuentes de autoridad que pertenecen al sistema de poder que ejerce “presión” y “coacción” sobre quienes acceden o no a estos discursos y quienes tienen voz dentro de la tradición.

Lo risible, la sátira mejor dicho, va a estar cuando precisamente este narrador intenta hacer la defensa del maestro y su escrito. Tanto el narrador como el maestro están excluidos de la posibilidad de ser autoridades dentro del campo de estudio en el que se enmarcan sus escritos sobre el topo. El narrador, en su intento por reivindicar el texto del maestro y a su “hombría de bien” lo que hace es conjurar más peripecias de las que ya había tenido el docente.

En el cuento Un maestro de pueblo opera un procedimiento de exclusión del discurso llamado voluntad de verdad: tanto el narrador cuanto el maestro, principalmente, se ven separados de la posibilidad de participar de los discursos de conocimiento, en donde ambos desde lugares distintos de la zoología intentan convencer y sostener que la aparición de un topo gigante en el pueblo del maestro es real, es verdadera,

A manera de cierre, el discurso del narrador como defensa del escrito del maestro encubre una necesidad de este por validar un juicio de por sí improbable, dudoso, propiamente kafkiano, que enajena al maestro y lo lleva a la desgracia, por haberse querido apropiar de una verdad que no le corresponde: él es un viejo maestro de pueblo, no debió inmiscuirse nunca en el campo de la zoología, ya que el descubrimiento de un topo gigante no es ni algo trascendente, ni algo que le ataña a su oficio y discurso de conocimiento.

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