Al país se le promociona en el extranjero, como respetuoso de los derechos humanos. En gran medida es correcto, de hecho. Sin embargo, hay un artículo de ley que obvia este importante derecho entre los primeros en la lista de la “Convención Americana sobre Derechos Humanos”, firmado en San José en noviembre de 1969.
Los Estados Americanos signatarios de esta Convención se comprometieron a respetar estos derechos y libertades, además de ajustar su legislación para hacerla efectiva.
El derecho humano al cual me refiero es Art.5 Inciso 1.- “Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física”. Según el Art.1 Inciso 2 “persona es todo ser humano”.
Pasaron pocos años y en 1973 se aprobó la Ley General de Salud.
Es conocido que prácticas médicas invasivas al cuerpo se hacen con base en consentimiento.
Los diputados de entonces erraron, parece que se dejaron influenciar por el paradigma médico dominante, y a los que la ejercen, les encanta la imposición que se refleja en algunas partes de esta ley.
Referente al derecho humano a la integridad física, en particular, parece que no entendieron que la vacunación bajo cualquier pretexto es una práctica invasiva que viola la integridad física de las personas y debe ser aplicada con consentimiento de quien tiene la patria potestad.
Así las cosas, aprobaron la Ley General de Salud con el Art.150, según el cual la vacunación es obligatoria, y algunos otros artículos siguientes al estilo cohesivo a través de la escolaridad, con requisito obligatorio que nada tiene que ver con la educación. También en el Código de Familia Art. 46 se establece que “todos pueden negarse a cualquier tratamiento médico menos la vacunación”. Con algo de imaginación, debemos recordar que en la Inquisición también se torturaba a seres humanos para salvar sus almas, sin la posibilidad de negarse para uno o para los hijos, todo esto es al estilo de dictaduras.
En muchos países, la vacunación no es obligatoria. Por ejemplo, en la Unión Europea, de los 29 países que la integran, 15 no tienen leyes obligatorias sobre esta práctica; la vacunación en estos países es voluntaria.
En Costa Rica, como es ahora, a quienes se niegan, los burócratas con galacha blanca les persiguen, amenazan y les quitan la tranquilidad con órdenes sanitarias, juicios, y por último, hasta arrebatar a sus hijos por parte del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) con la ayuda de la policía.
Conozco casos en los que no les quedó más opción que someterse, contra su voluntad, y en uno de ellos optaron por huir del país para vivir en libertad.
Es muy importante modificar las leyes citadas y posiblemente algunos artículos más, ya que la Constitución Política señala en el Art. 7 que “Los convenios internacionales son superiores a las leyes”.
