Opinión

Trabajo ocasional

Una práctica muy común que han adoptado en los últimos años los defensores del neoliberalismo criollo, sin duda una modalidad de contratación

Una práctica muy común que han adoptado en los últimos años los defensores del neoliberalismo criollo, sin duda una modalidad de contratación perversa y denigrante para cualquier ser humano, es la contratación por destajo u ocasional. Con gran sorpresa a inicio de este año bisiesto, una institución emblemática y muy amada por los ticos, el ICE, anuncia con bombos y platillos, y después de un “exhaustivo análisis”, el despido de doscientos treinta y siete trabajadores ocasionales, diciendo que “es imperativo el despido para la sostenibilidad del ICE”. Este discurso tan trillado de esta camarilla derechista y explotadora, entreguista de nuestra riqueza, ya la veníamos venir desde hace bastante tiempo. Lo que extraña y sorprende es que doscientos treinta y siete trabajadores ocasionales operativos y de bajos salarios sean los que atenten las finanzas de esta institución; este discurso falaz ni ellos se lo creen. Este despido es a todas luces improcedente, injusto, arbitrario y atenta contra la estabilidad y el bienestar de doscientas treinta y siete familias costarricenses, las cuales se suman a las filas de los desempleados y a la ya deteriorada estabilidad económica de nuestro país.

No sabemos qué mano negra está detrás de toda esta trama, porque estos trabajadores tienen en su mayoría bastantes años de laborar para el ICE de forma continua; es mentira que sean ocasionales, se han convertido en parte importante en el engranaje logístico del trabajo en telecomunicaciones del ICE. ¿Quiénes, entonces, van a realizar las tareas que estos trabajadores realizaban? Muy sencillo, trabajadores mal pagados de empresas privadas donde la mayoría de la riqueza queda en unas pocas manos; este es el ejemplo vivo del capitalismo salvaje de la Suiza centroamericana, del país más feliz del mundo, del país que es candil en la calle y oscuridad en la casa, el país que gasta millones en mantener extranjeros que van de paso y que tira a la calle a sus trabajadores que con sudor y mística han forjado este país. El ICE es de todos, no es justo que una camarilla del gobierno destruya lo que por años hemos construido.

Dice la cultura popular que los años bisiestos son conflictivos, en el sentido que traen desgracia y sufrimiento a la humanidad. No soy creyente de estas cosas, pero si por la víspera se saca el día y partiendo de que las políticas en contra de los empleados públicos han tocando los sagrados alimentos de nuestras familias, y percibiendo que esta campaña de desprestigio y mentira en contra de los empleados públicos ya tiene como resultados las primeras doscientas treinta y siete familias como chivos expiatorios de esta ineficiente y corrupta labor de gobierno, les hago un recordatorio, esto sin el fin de ser fatalista ni de infundir temor, cito a nuestro camarada Carlos Marx, y aunque sé que a muchos no les gusta, dice Marx en El Capital: “El capitalismo creará sus propios sepultureros”, el despido para cualquier persona es la pena capital, es la muerte mentalmente, es una pérdida que cuesta elaborar, en ocasiones solo la sublimación; en este caso la consigna “hasta la muerte venceremos” es genial.

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