Opinión

Tiempos de guerra

Lo que sucede en Ucrania, guardando la proporcionalidad histórica entre las épocas, le ocurrió a Costa Rica en los años  de 1856 y 1857.

La amenaza de invasión a Centroamérica era conocida por el presidente Juan Rafael Mora, quien  preparó un Ejército Nacional con más de 3.000 soldados y una cantidad similar de reservistas. Este ejército contaba con fusiles Minnié de fabricación Francesa, muy modernos para la época. Como no había armas para todos los soldados, los demás fueron entrenados en la lucha cuerpo a cuerpo con sable y machete.

El 02 de marzo de 1856 el presidente Mora pronuncia un emotivo y conmovedor discurso en el Parque Central de Costa Rica: ¡Compatriotas! ¡A las armas! Ha llegado el momento que os anuncié. Marchemos a Nicaragua a destruir esa falange impía que ha reducido a la más oprobiosa  esclavitud. Marchemos a combatir por la libertad de nuestros hermanos.

Para entonces un ejército de mercenarios  norteamericanos comandados por William Walker había ocupado Nicaragua y se preparaba para invadir Costa Rica.

La primera batalla dentro de territorio nacional se libra el 20 de marzo de 1856 en la Hacienda Santa Rosa; resultando vencedor el Ejército Nacional. La segunda y más grande de las batallas se produce el 11 de abril de 1856 en Rivas de Nicaragua. Por la valentía y coraje de los costarricenses  los muertos del ejército invasor fueron cinco veces mayores. El acto heroico de un soldado Alajuelense de apellido Santamaría (fallecido en acción), quién quemó un mesón donde se guarnecían las tropas filibusteras, fue decisivo en la victoria costarricense.

Las tropas invasoras abandonan la ciudad de Rivas, no sin antes contaminar los pozos de agua con cadáveres infestados con la enfermedad del cólera. La peste se transmite rápidamente a los soldados nacionales, produciendo más muertos que los fallecidos en combate. Durante la retirada de los soldados de Nicaragua, el cólera se propaga rápidamente por las provincias vecinas, llegando más tarde a la capital y finalmente a todo el país. En los siguientes dos meses más de la mitad de la población costarricense se contagia de cólera y unas diez mil personas (10% de la población en ese momento) mueren por esa causa.

Entre noviembre de 1856 y marzo de 1857 se desarrolla la Batalla del Tránsito. Las tropas invasoras pretendían apoderarse del río San Juan, ruta estratégica para el suministro de tropas y armamento a los filibusteros. Fieros combates se libran en San Juan del Sur, en la Trinidad, Castillo Viejo y  Fuerte de San Carlos. En el primer combate naval los filibusteros hunden el bergantín costarricense 11 de abril; sin embargo, más tarde el Ejército Nacional se apodera de 4 vapores filibusteros, ganando finalmente la guerra.

El 1 marzo de 1857 se produce la rendición del ejército invasor y Walker regresa a los Estados Unidos. Años más tarde volvería; siendo finalmente capturado y fusilado en el Puerto de Trujillo, Honduras, en setiembre de 1860.

La guerra dejó un país agrietado e inmerso en una profunda crisis social y económica; situación  aprovechada por los enemigos políticos del presidente Mora. Dos de sus generales le traicionan,  derrocándolo en agosto de 1859  y  lo deportan a El Salvador. En setiembre de 1860 Mora regresa a Puntarenas con un grupo de combatientes para retomar el país; sin embargo, es derrotado en la Batalla de La Angostura y finalmente fusilado.

Durante la guerra (que se extendió todo un año) los hombres partieron a defender la patria. Las mujeres debieron asumir la doble función de mantener a sus hijos y trabajar en las labores de agricultura. Fue un año de crisis, incertidumbre, hambre y dolor en las familias costarricenses. La mayoría de los esposos que marcharon a la guerra jamás regresaron.

Muchos años, “quizás décadas”, tardó Costa Rica en recuperarse de la guerra.

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