El tema laboral de las personas en condición de discapacidad debe ser abordado desde la niñez

El 4 de diciembre del año 2016, el periódico La Nación publicó una noticia en la página 1, de título “Discapacidad física no puede ser impedimento para educación regular”. Mencionaba sobre el empoderamiento que deben recibir las personas con discapacidad para adquirir todos los apoyos necesarios para continuar con sus estudios. Además, el 1 de marzo del año 2016, la UCR menciona las bajas oportunidades que tienen las personas con discapacidad para laborar.
Las personas con discapacidad siguen sin ser vistas como sujetos inherentes de derechos, esto aún luego de la creación de leyes que buscan tanto la garantía de derechos como la mejora en la calidad de vida socioeconómica, de salud y de educación. Dentro de las leyes que velan por la calidad de vida de las personas en condición de discapacidad se encuentra el “Reglamento a la ley de la inclusión y protección laboral de las personas con discapacidad en el sector público”, y la ley Nº8862, aprobada en setiembre del 2010, que indican que un 5% de las plazas libres en el área pública deben de ser cubiertas por las personas en condición de discapacidad.
Las barreras para la población en condición de discapacidad aumentan a la hora de buscar un trabajo ya que el sistema laboral costarricense no se encuentra estructurado para generar puestos que puedan ser asumidos por personas en condición de discapacidad. Además, es importante mencionar que el tema de género juega un papel importante en el sistema laboral; ya que, como bien se sabe, las mujeres presentan una condición de vulnerabilidad diferente a la de los hombres. Porque al contar con una condición de discapacidad, la violación de sus derechos aumenta, debido al concepto erróneo que tiene la sociedad sobre la capacidad que tienen ellas para desenvolverse en la vida diaria, por tener una “condición” de discapacidad y de mujer.
Como sociedad se les ha impuesto un estereotipo desde que nacen y rara vez se cuestiona este tema, el cual debe ser abordado desde la niñez y la adolescencia; principalmente desde la concientización de todo lo que la palabra discapacidad conlleva en la sociedad, hasta las políticas sociales y desde el empoderamiento de las niñas, niños y adolescentes en condición de discapacidad.
En necesario enfatizar que son personas con los mismos derechos que el resto de la sociedad, capaces de comunicarse, de tomar sus decisiones, y lo más importante, que sus opiniones sean tomadas en cuenta. Se debe preparar a la sociedad que viva la diversidad, la igualdad y la equidad, desde los hogares y las comunidades. Además, al observar la importancia que tiene el crecimiento de las personas en condición con discapacidad para la sociedad y para que las niñas, niños y adolescentes con discapacidad obtengan mayores oportunidades, minimizando las situaciones que vulneren sus derechos y que no les permiten, a futuro, buscar un trabajo que les garantice una mejor calidad de vida.