Opinión

Suicidio: una realidad que enfrentar

Aprovechando la coyuntura en la que estamos, voy a tomar la oportunidad para reflexionar sobre algunos aspectos.

Aprovechando la coyuntura en la que estamos, voy a tomar la oportunidad para reflexionar sobre algunos aspectos. Y es que ahora más que nunca se hace necesaria la aplicación del protocolo para la atención de casos de suicidio.

En la sociedad actual, tan superficial y vivida a través de las redes sociales, se valoran un montón de cosas por encima de la vida misma y se vuelve de mucha importancia saber cómo actuar ante este tipo de eventos. Por dicha el MEP no dio paso atrás con respecto a lo que solicitaban los diputados.

Un diputado decía que el protocolo es demasiado humanista; en lo personal, no veo que otro enfoque se le pueda dar si no es ese. Hay que humanizar a la población. Los estudiantes no son solamente números para llenar estadísticas. Hay que hacer una transformación en el comportamiento de las personas en general. Mucha gente la tomó en contra del Ministro de Educación por el famoso y vehemente tweet del suicidio, en especial los que desde el principio no lo quieren en el MEP. ¿Desafortunado el tweet? Sí. ¿Necesario? También. Pero esto ha abierto la posibilidad de poder discutir un poquito más acerca de esto. En nuestro país, el suicidio como algunos otros temas, es tabú, y aquí lo que es tabú no se toca. Pero ya es hora de que haya un choque de ideas y se genere discusión sin tapujos, con verdades, de frente, aunque al costarricense no le guste, aunque prefiera verdades maquilladas para no sentirse herido u ofendido.

En algún porcentaje todos los costarricenses somos cómplices del suicidio, ya sea por inacción, ignorancia o por vacilar. Sí, por vacilar también. Tan linda es mi Costa Rica que de todo y de todos se hace chiste, lo que no se mide es que esos chistes pueden llegar a alcanzar un nivel de bullying mega reloaded, que ciertamente llegan a afectar a las personas. Por ejemplo, el bullying intenso que se le ha hecho a don Óscar Ramirez por no saber el nombre de un jugador de fútbol o por no saber pronunciarlo. Imaginemos por un momento que el “machillo” es un chiquillo de unos 14 años y que todo el mundo le cae con esa intensidad y odio, le hacen memes, se burlan, le llaman ignorante y otras cosas más. ¿Cómo se sentiría?, y si fuese emocionalmente inestable, ¿cómo actuaría? ¿Qué haría? ¿Se suicidaría? ¿Quiénes serían los culpables? Ahí quedan las preguntas.

El protocolo es de vital importancia, y lo que es increíble es que la mayoría de diputados votaran por no aplicarlo, eso deja mucho que desear y que pensar. El mensaje es claro; están ahí por doctrinas propias y no por el bienestar del pueblo.

Entonces, además de prevenir se debe educar a la población, tanto adulta como joven para evitar el maltrato psicológico, que es también un factor de riesgo que claramente puede llevar al suicidio a cualquier persona. Se debe aprender a detectar cuando alguien presenta alguna tendencia al suicidio, qué hacer en esa situación, a quién hablarle, qué decirle a esa persona. El MEP nos ofrece la oportunidad para desarrollarnos en ese aspecto y hay que aprovecharlo. Claro está que no nos volveremos expertos en el tema, pero al menos, gracias a esa iniciativa que lleva su rato caminando, podremos enfrentarnos de mejor manera a estos desafortunados acontecimientos.

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