Opinión

Sociedad y escuela o escuela y sociedad

Mientras la principal iniciativa del Ejecutivo para medio atacar el déficit fiscal (risueñamente defendida por especialistas neoliberales) parece destinada a naufragar...

Mientras la principal iniciativa del Ejecutivo para medio atacar el déficit fiscal (risueñamente defendida por especialistas neoliberales) parece destinada a naufragar, desvirtuarse o aplazarse en la Asamblea Legislativa (el Espíritu Santo la mira con recelo y el Partido Liberación Nacional (PLN) también, y este constituye la mayoría de diputados), otro “escándalo” determinado por “ondas tropicales” amenaza la fementida democrática paz del país. Se trata ahora de la manipulación ideológica que habría invadido al Ministerio de Educación Pública (MEP) desde que el Partido de Acción Ciudadana (PAC) gobierna. La maniobra incluso contiene dibujos de un cubano que al parecer miente sobre rasgos determinados del comercio internacional (ya la Cepal –Naciones Unidas– había acumulado a mitad del siglo XX calumnias sobre él al proponer su programa de sustitución de importaciones para avanzar hacia el desarrollo; en ese tiempo se tuvo sus tesis por atendibles. La isleña caricatura y otras maniobras son acompañadas de interrogantes peculiares: “…la ciudadanía es ‘consiente’ sobre la importancia de mantener las instituciones estatales”; y “… el ‘estado’ es ‘cociente’ de los problemas y da respuesta a ‘estos’ mediante la privatización”. La curiosa redacción u ortografía de estas fórmulas provendría, según los investigadores de La Nación S.A., de “docentes y asesor en Estudios Sociales” (La Nación S.A. digital, 26/07/2018). La manipulación incluye, qué duda cabe, un esfuerzo por reconstruir bárbaramente la ortografía con la finalidad de que los costarricenses sean más brutos o cómicos, el lector elija.

Una de las respuestas del Ministerio de Educación ante los cargos de manejo ideológico (de la ortografía no se publican defensas) es que esos materiales son “antiguos” y los utilizan al parecer solo “los colegios técnicos”, cenicientos abandonados por hadas madrinas y espíritus santos. El “cementazo” de la ideologización, a diferencia del original, tiene ribetes jocosos, aunque, como el primero, tiene por función teñir al PAC, ahora vía MEP. Tarea nada complicada. Cito cinco reacciones de “lectores” de La Nación S.A.: “El punto es la hipocresía y el fariseísmo del PAC”. “Se confirma con esto la mentalidad socialistoide del PAC. ¿Con este ejercicio se desea sacar de su ostracismo a la muy mediocre educación pública? No se ve por ningún lado la luz al final del túnel”. “Sigan votando por el PAC y eso es lo que obtendrán”. “Los que votaron por el PAC fueron los empleados públicos, los pensionados de lujo, los “estudiantes”, los socialistas, los comunistas y los “progres. El restante 40% no”. “…pero se supone que el PAC era diferente. Esto que está pasando no hay forma de justificarlo”.

La incidencia de la manipulación ideológica por parte del satánico PAC, sin embargo, podría precipitar un improbable debate significativo. ¿Quién educa en realidad? ¿La escuela, hoy despedazada ortográficamente por cubanos y el PAC, o la sociedad con sus instituciones y su existencia cotidiana? Obviamente la familia educa, la calle educa, los medios masivos educan, viajar en bus educa, las iglesias educan, etcétera. Y visiblemente el aula formal intenta educar, los baños de la escuela o colegio educan, los recreos en patota o aislados educan. El peso más fuerte en la socialización directa y difusa (transmisión de sensibilidades, por ejemplo) lo tiene la sociedad. La razón es que los individuos pueden ignorar de diversas formas la escuela en todos sus niveles, pero no pueden escapar de su sociedad. La sociedad educa (y de paso permanente  “manipula”).

Si la escuela resulta “artificial” no educa, aburre. Una buena escuela (liceo, universidad, etcétera) no se debería apartar/compartimentar de familias, existencia cotidiana, sexualidad vigente, etcétera, sino que ilustrada (nadie sabe cómo, en la versión más negativa, causalmente guiada por el Espíritu Santo o la Virgen de los Ángeles, en versión compleja porque Espíritu y Virgen también concurren, aunque de maneras variadas, en la sociedad) contribuye a desaprender lo aprendido en la ideológica sociedad omnipresente y a reaprender. Para qué se usará el nuevo aprendizaje (proceso y actitud, más que contenido) es otro cuento. Para América Latina este cuento lo narró, por ejemplo, Paulo Freire. La función de la educación en la especie humana consiste en aprender a desaprender. Vale para todos. Espíritus zozobrantes lucharán para crecer desde sí mismos y con otros y para otros.  Ausencia de espíritu, además de delirios ortográficos, verá la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Es evangelio humano. Aprende a desaprender con otros y para otros y serás tú mismo. Además, podrás decir amén porque ahora indica procesos de los que te haces responsable.

Suscríbase al boletín

Ir al contenido