El estudio del sistema nervioso requiere un abordaje interdisciplinario con la contribución de ciencias pertenecientes a las áreas biomédica, clínica, cognitiva e incluso social, que convergen en lo que podemos llamar las neurociencias. Utilizamos la forma plural (neurociencias) para indicar que se trata del trabajo conjunto de diferentes disciplinas y no el de una sola, dado que la complejidad del sistema nervioso amerita la aproximación desde múltiples enfoques.
Actualmente se publica un número elevado de estudios sobre neurociencias en revistas especializadas. Sin embargo, el mensaje principal que deriva de estas investigaciones pocas veces llega a una audiencia no académica. Esto puede deberse a la forma en que los resultados se publican: la estructura de un artículo científico representa una lectura hostil para el público general. Por eso, desde el 2004, la OMS en su Informe mundial sobre el conocimiento orientado a mejorar la salud, señaló la importancia de los intermediarios del conocimiento: agentes o plataformas “cuya misión es trasladar y difundir los hallazgos de la investigación en forma accesible”, para que sean aplicados por los gestores políticos, por el personal de salud y por los ciudadanos en el cuidado de su propia salud.
De hecho, los hallazgos que derivan de la investigación en las distintas ramas de las neurociencias pueden tener un impacto importante en nuestra salud. Por ejemplo, comprender qué cambios ocurren en el cerebro a corto y largo plazo producto de la actividad física, entender los principios sobre el funcionamiento del sistema de recompensa del cerebro y su relación con el desarrollo de adicciones, o bien, aprender cómo el cerebro aprende, es decir, cuáles son los mecanismos celulares que explican la creación de nuevas memorias. Todo ello constituye conocimiento valioso que nos permite tomar mejores -más informadas- decisiones sobre nuestro estilo de vida. En otras palabras, es conocimiento que nos empodera para mejorar nuestra calidad de vida.
Precisamente, con los objetivos de mejorar la calidad de vida de las personas y dar a conocer los beneficios de realizar investigación en neurociencias (generando una plataforma intermediaria del conocimiento), la Fundación Dana, en los Estados Unidos, organiza desde 1996 la celebración de la Semana del Cerebro o Brain Awareness Week. A la fecha, organizaciones en más de 43 países se han unido al desarrollo de esta campaña que tiene lugar en marzo de cada año (datos de Dana.org).
Este es el quinto año en que el Centro de Investigación en Neurociencias (CIN) de la Universidad de Costa Rica participa de la Semana del Cerebro. Siempre con el objetivo de involucrar a científicos, profesionales, familias, escuelas y comunidades en la socialización de temas vinculados con el cerebro y posibilitar el compartir de las experiencias en investigación.
Además de los temas señalados anteriormente, en este 2019 también buscaremos brindar al público conocimientos sobre salud mental y prevención del suicidio, enfermedad de Alzheimer y otras demencias, enfermedades desmielinizantes (ej. Esclerosis Múltiple) y patologías causadas por priones.
Académicos y especialistas en el área clínica de las neurociencias colaborarán con el CIN para llevar a cabo un ciclo de conferencias en la semana del 11 al 15 de marzo, todas gratuitas, en idioma español y abiertas para todo aquel que tenga interés en aprender un poco más sobre el cerebro. Personas jóvenes, adultos y adultos mayores, personas con o sin formación científica, tomadoras de decisiones en organizaciones, comunidades o incluso a nivel nacional, ¡todos estamos invitados a unirnos a esta celebración sobre el cerebro!
La Universidad de Costa Rica, a través del CIN en la Semana del Cerebro, se hace presente en la vida de cada integrante de la sociedad costarricense para promover la salud y el conocimiento, ofreciendo herramientas que nos permitan tomar decisiones sobre nuestra propia vida con base en la evidencia científica actual.