Opinión

¿Se re-inventó Figueres?

Cinco mandatos acumulados en su familia hubiesen reforzado lo que hasta ayer aparentaba ser un motor familiar: En política “un Figueres nunca pierde”

6 de cada 10 costarricenses, según diversas fuentes, dicen estar desencantados por la política, esto ha obligado a nuestros políticos a recurrir a la mejor estrategia que encuentren para captar la atención, sumar confianza, destacarse de la competencia y, por qué no, ‘re-inventarse’.

En el caso del PLN, cuya elección interna por el candidato 2018 concluyó ayer, dio como resultado un rechazo contundente hacia la figura del exmandatario Figueres Olsen. Su deseo de llegar a Zapote careció de una estrategia genuina que lo mostrase atractivo para el votante pues por un lado evidenció excesos de triunfalismo y por otro su imagen se manejó como un asunto de ‘propaganda externa’, entre diversos factores que no le favorecieron.

Desde adentro

En José María Figueres pesaba el ser hijo del tres veces expresidente José Figueres Ferrer, cuyo espíritu heroico y visionario parecía que se le continuaba ‘endosando’, en cierto grado, a Figueres Olsen, por varias generaciones de costarricenses. Para otros, no podía existir comparación o traspaso de cariño alguno pues había deudas de fe pendientes. Él lo reconoció e incluso pidió públicamente que lo perdonaran. De ahí que, en gran parte, su estrategia apostaba a las generaciones más jóvenes, las que no parecían tener recuerdo de su gobierno y estaban aparentemente ‘motivadas’ por las necesidades e intereses del ahora. A quienes le continuaron resintiendo su prolongado ausentismo, pidió que lo perdonaran, pues según él, existían ‘malos entendidos’. El expresidente Figueres parecía acariciar la posibilidad de gobernar por segunda ocasión. Cinco mandatos acumulados en su familia hubiesen reforzado lo que hasta ayer aparentaba ser un motor familiar: En política “un Figueres nunca pierde”. Después de todo, su slogan ‘Vamos con todo’, lo que tal vez revelaba era un ‘Vamos por más’. Al final el electorado respondió con un: “Hasta aquí no más”.

El exterior

Como parte del objetivo, se maniobró entre lo intelectual y lo emocional, especialmente agitando nacionalismos con una imagen que podría sintetizar su pre-campaña. Acompañado de su slogan ‘Vamos con todo, hay varios elementos a destacar. Los textos del lema están colocados de manera que, en conjunto, forman una enorme “flecha” o una “F”, haciendo que el ojo siga las palabras hasta llegar a él. ‘Grande Costa Rica’ está en lo alto, alineada a la altura de su cerebro. Se percibe a lo lejos el valle central. En el imaginario de la identidad costarricense este ha sido por excelencia elemento representativo de “Costa Rica”. El país se describe como ‘grande’, exaltando el orgullo tico, un tanto similar o coincidente con el “Great – America” de Donald Trump.

En el cielo expansivo predomina el color blanco. Con las múltiples interpretaciones que sugiere esta tonalidad se puede dar a entender que las potencialidades del país son ilimitadas. El blanco se mantuvo inseparable del candidato. En dicho montaje el cuerpo de Figueres se coloca en la montaña, en lo alto, del lado derecho nuestro y en primer plano, logrando peso visual. Su cuerpo busca la vertical, apunta hacia el cielo. Las turbinas de viento, también blancas y, por la manera que está distribuida la composición, lo apuntan haciéndolo el foco de atención. Se nos dijo, probablemente, que los ticos estamos orgullosos de nuestro medio ambiente, de nuestras energías limpias. Finalmente había que equilibrar orgullo y humildad. La vestimenta es sencilla, camisa de manga corta y pantalón gris oscuro. Los colores de su atuendo se enlazan con los tonos del paisaje rural y progresista que se nos quiso vender. Se promovió así un candidato cercano, pues en el armario se quedaron la corbata y el saco del político tradicional. Se intentó, muy probablemente también, que no se le percibiera como el hombre cuyo cuerpo tuvo formación militar en un momento de su vida, ya que en esta ocasión se le colocó ligeramente de lado, no de frente, creando una línea menos tensa.

Ir más allá

En su acera le criticaron su millonaria campaña y algunos resintieron que le cuidaran el “más mínimo detalle”. En uno de los debates se le observó a una altura similar al candidato Álvarez Desanti. Uno se preguntaba si había algo nuevo o no en sus zapatos. Apostó también por los excesos, siendo uno de ellos el abandono del atril en el debate de Teletica para colocar sus manos sobre la cintura, sugiriendo así una postura de ‘manda más’ o de súper héroe. En el debate de Repretel, con su invasión al espacio vital del candidato Álvarez Desanti evidenció agresividad y un aire machista, incompatible con algunos de los valores que se promueven en la Costa Rica actual.

En el ‘nuevo’ Figueres que se nos intentó ‘vender’ pesó un formato de comunicación muy a lo ‘agencia de publicidad’, pues para estas, lo externo cuenta considerablemente, quedando así un sinsabor que no se invirtió en autenticidad. A su ‘re-invención’ le faltó ‘algo’ y le faltó ‘mesura’, fue como crear una obra de arte y cuando es finalmente develada carece de sorpresa.

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