Opinión

Roger Waters: medias tintas, medias verdades

Durante la gira latinoamericana del exvocalista y líder de la extinta banda Pink Floyd, Roger Waters, lo acompaña una frase que retumba por todos los estadios y recintos que visita.

Durante la gira latinoamericana del exvocalista y líder de la extinta banda Pink Floyd, Roger Waters, lo acompaña una frase que retumba por todos los estadios y recintos que visita.

La frase es reiterativa en sus presentaciones y, además, en sus charlas sobre Derechos Humanos que brinda junto a sus giras internacionales: “Liberen a Palestina”.

Predigo una explosión de gritos y júbilo cuando el cantante hipnotice a sus fans no solo con su música, sino esgrimiendo este cliché; sí, porque es un cliché que no goza de ningún fundamento serio como veremos más adelante.

La frase es una constante en sus conciertos y hasta cierto punto pareciera que Waters dejó de ser un artista para convertirse en un activista del movimiento B.D.S (Boicot, Desinversión y Sanciones), que promueve el boicot contra Israel y contra los judíos en general.

Advierto al lector que aquí no está en discusión el talento ni mucho menos la trayectoria del cantante, ni es un llamado a dejar de escuchar su música, ni más faltaba.

Se trata de una crítica clara a su hipocresía política, si por “hipocresía política” entendemos sus posicionamientos en cuanto al conflicto entre Palestina e Israel.

La consigna de todas las democracias del mundo y de los hombres y mujeres libres que en él habitan es el de abogar y dar voz a aquellos que no la tienen.

Esto es algo que Roger Waters intenta realizar y digo intenta porque en sus acciones cargadas de supuestas buenas intenciones se equivoca. A Roger Waters -aunque aparente lo contrario- la causa palestina le importa muy poco, por no decir que nada; le viene floja.

Su discurso está plagado de odio contra Israel y los judíos, de antisemitismo concretamente. Basta con ver los elementos que utiliza en sus conciertos: un cerdo con una Estrella de David, sus ocasionales vestimentas emulando a la de las SS nazi y, además, su retórica implacable de medias tintas y medias verdades cuando de defender a los palestinos se trata.

Waters se aprovecha del desconocimiento general o la vaguedad con la que algunos abordan este tema, por lo que sería importante plantearles algunas preguntas a él y a los que reivindican su causa: ¿De quién hay que liberar a Palestina?

Según la lógica de Waters, los pobladores de Cisjordania y Gaza viven bajo una total y completa ocupación por parte de las F.D.I (Fuerzas de Defensa de Israel), por lo que su principal opresor es el Estado de Israel.

Lo que el cantante no dice es que, desde los Acuerdos de Oslo y la firma del tratado de paz entre Rabin y Arafat, los Palestinos de Cisjordania tienen total autonomía bajo los territorios que controlan (según el acuerdo, los territorios están divididos temporalmente en sectores A, B y C).

Y hay más: bajo esta lógica, Waters no dice que Gaza fue total y completamente desocupada por Israel desde el 2005, para que solo dos años después se iniciara el “gobierno” de la agrupación terrorista Hamas, que recientemente reivindicó el lanzamiento de más de 460 cohetes en dos días a poblaciones civiles en Israel, sin contar los miles que ha lanzado desde su llegada al poder.

Las libertades individuales fueron sistemáticamente cercenadas y no se celebran elecciones libres desde entonces.

Parece entonces que Israel no tiene mucho que ver con los problemas palestinos en Gaza; por el contrario, Israel es el único canal de recepción de ayuda humanitaria y víveres que reciben los pobladores de la Franja, porque la otra vía, que es Egipto, tiene cerrado los accesos. ¿Israel secuestra y tortura civiles palestinos?

Sin ningún filtro Waters ha afirmado que el ejército israelí secuestra palestinos y apresa niños por el vivo deseo de hacerlo, porque puede y porque quiere.

Lo que quizá Roger Waters no compartirá con sus oyentes son los datos y las investigaciones que arrojó el reciente informe de DDHH de Human Rights Watch, que condenó la práctica de tortura en las cárceles de la autoridad palestina en Cisjordania y de Hamas en Gaza.

Según se extrae de este informe, tanto Hamas como la autoridad palestina utilizan la tortura como un método de disuasión contra los periodistas y disidentes palestinos.

¿Israel perpetra un genocidio en la Franja de Gaza?

Si por genocidio entendemos el exterminio sistemático o la disminución dramática de un grupo nacional, étnico y religioso, Waters sigue durmiendo el sueño de los justos, y lo peor de todo es que arrastra consigo a miles de sus seguidores.

Desde 1920, año que podríamos marcar como el banderazo de salida del conflicto actual, hasta el 2014, unos 12 mil palestinos perdieron la vida en las guerras y enfrentamientos registrados hasta ese momento.

A su vez, 11.385 palestinos fueron ejecutados por los propios palestinos entre 1948 y el 2014, y, aún más, según un estudio demográfico llevado a cabo por el Mandato Británico en 1945, la población musulmana, que en ese momento era de 1.061.270 en relación con la población actual, ha aumentado un 309% solo en territorio palestino.

Pero estos datos y estadísticas jamás serán compartidos en las charlas que brinda Waters sobre “Palestina y los Derechos Humanos” que, aparte de su repertorio musical, forman parte de su gira.

¿En Israel se practica el Apartheid contra las minorías árabes que habitan en sus fronteras?

Joseph Goebbels, ministro de Propaganda del Reich durante la Alemania nazi, tenía claro que la única forma de perpetrar los crímenes nazis era creando una atmósfera negativa contra sus objetivos, bajo su máxima “Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”.

Parece que Roger Waters lo aprendió muy bien y ni qué decir de su puesta en práctica. En incansables ocasiones ha dicho que “La ocupación, la limpieza étnica y el sistemático apartheid racista llevado a cabo por el régimen israelí es inaceptable”. Waters jamás mencionará que los árabes que viven en Israel, que suman unos dos millones, tienen plenos derechos civiles y políticos, que en el Knéset hay partidos y representantes árabes que abogan por la causa palestina.

¿Se habrá cuestionado Waters si en el Líbano, Siria o en la autoridad palestina hay partidos políticos con representación judía en los parlamentos de estos países?

Y la lista sigue. Lo lamentable de todo esto es que, al final del día, la lucha por el Boicot contra Israel que Waters promueve desde su plataforma afecta a los que precisamente dice defender, porque, cada vez que una empresa israelí en territorios en disputa sufre algún revés, cientos de trabajadores palestinos quedan desempleados.

Sería interesante que uno de sus seguidores y oyentes le plantee esta última pregunta: ¿a quién verdaderamente está perjudicando con esta lucha de desinformación y mentiras?

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