Opinión

Reforma de Córdoba: “A la burla respondimos con la revolución”

Este 2018, justamente cuando se cumplen los cien años de la Reforma de Córdoba, las universidades públicas debemos volver_la_mirada hacia este hecho histórico cristalizado

Este 2018, justamente cuando se cumplen los cien años de la Reforma de Córdoba, las universidades públicas debemos volver la mirada hacia este hecho histórico cristalizado por el movimiento estudiantil de la Universidad de Córdoba, Argentina, en 1918, el cual se ha convertido en uno de los principales referentes de la autonomía en las universidades de América Latina.

En el Manifiesto Liminar, denominado La juventud argentina de Córdoba. A los hombres libres de Sud América, los estudiantes expresan cómo, con una acción heroica y vigorosa, doblegaron el dogmatismo eclesiástico y el autoritarismo aristocrático que se habían incrustado en dicha universidad, haciéndola perder su misión y compromiso social.

Con absoluta convicción denunciaron la tiranía universitaria y se levantaron contra la imposición absurda de la autoridad, siendo enfáticos en afirmar que esta no se ejercita dando órdenes, sino amando y enseñando. Se opusieron a una administración al servicio de camarillas y pequeños grupos, como todavía suele suceder en diferentes universidades latinoamericanas. Se rebelaron contra una administración verticalista y lograron invalidar el acto electoral del 15 de junio de ese mismo año argumentando razones morales y jurídicas. Fueron también capaces de cuestionar la mediocridad existente en diversos ámbitos tanto académicos como administrativos.

Por su compromiso con la sociedad, su dignidad y defensa de una universidad democrática, pública y de excelencia –no elitista–, asumieron los anteriores hechos como una burla y un agravio, y con orgullo respondieron con la revolución, derecho sagrado al que nunca debían renunciar. No asumirla los hubiera convertido en cómplices de los juegos de poder político, ideológico y económico, los que todavía no han sido desterrados del todo en nuestras universidades.

Las conquistas alcanzadas por los estudiantes con la Reforma de Córdoba han sido fundamentales para asegurar el cumplimiento de la misión transformadora de la universidad, la búsqueda de un profesorado de excelencia que pueda formar en lo espiritual y humanista, la confirmación de la autonomía universitaria, la libertad de cátedra, el cogobierno y la gratuidad del sistema educativo público. Ellas constituyen el mejor legado de una juventud beligerante que tenía muy claro el norte de la sociedad argentina y latinoamericana: la construcción de una sociedad libre, progresista y humana.

En nombre de estas banderas múltiples estudiantes han entregado incluso sus vidas en diferentes países latinoamericanos y sé que por sus convicciones nunca cederán.

Es nuestro deber resguardar este legado del movimiento estudiantil de Córdoba, como parte de la defensa de la universidad pública costarricense, en la que hoy los estudiantes enfrentan situaciones críticas relacionadas con el proceso de enseñanza aprendizaje, limitaciones de recursos y equipos, participación limitada en el gobierno universitario, cupos reducidos para los cursos, falta de transparencia en la comunicación con ellos y centralismo en las decisiones. Igualmente, a estas problemáticas debe sumársele la instalación de diversas formas del neoliberalismo que les afecta negativamente, sin que todavía las respectivas administraciones hayan definido una estrategia para detenerlo. Mantener vigente ese legado es una misión que nos compete a quienes continuamos luchando por forjar un mejor país y una mejor ciudadanía.

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