Opinión

Reflexión a raíz del artículo del Dr. Juan Jaramillo Antillón

El Dr. Jaramillo ejercita en el lector la reflexión sobre la importancia de la historia, la educación, la ciencia, el arte, es decir sobre qué terreno pisamos y si llevamos los pies desnudos.

El Dr. Jaramillo ejercita en el lector la reflexión sobre la importancia de la historia, la educación, la ciencia, el arte, es decir sobre qué terreno pisamos y si llevamos los pies desnudos.

Tal vez todo inicia con la educación que moldea nuestra estructura de conocimiento. ¿Cuál podría ser nuestra falla? Ya hace varios años Pablo Freire llamaba la atención sobre el énfasis en el consumo y memorización de datos, promovido por los Sistemas Educativos; información concebida y aportada en condición de perennemente verdadera. Este tipo de educación podría inmovilizarnos en la etapa de la apariencia, no permitiendo crear ni incorporar métodos para su verificación, ya que todo ha de aceptarse como aparece en el texto.

Entonces, con este tipo de conocimiento fijo, al Dr. Hoffmann en la Campaña Nacional contra los filibusteros se le hizo imposible darle una ojeada a la corriente de pensamiento que en ese entonces asomaba y que hablaba de la necesidad de lavarse las manos para no promover el contagio, y por el contrario solo pudo reproducir, con gran entrega, la idea de que el cólera se contraía por los malos aires. Podríamos pensar, tal vez con injusticia o desubicación, que existían condiciones extraordinarias que obligaban a la verificación o a la duda de lo que se consideraba aceptado. El modo de ver ciertas enfermedades por contagio persona- persona no era del agrado de las academias de ciencia del momento y pocos se animaban a dudar a expensas de ser tildados de ridículos.

Jean Piaget desarrolló en Educación el concepto de constructivismo, donde lo real  deriva de una interacción, una interpretación y una construcción continua y activa entre “el sujeto con sus sentidos” y “el objeto con su dinámica”. ¿Podría esto servir como base para justificar el derecho de dudar de lo real establecido?

¿Cómo se adquiere esa posibilidad, ya sea de disentir o de acordar, con el propósito responsable de resolver nuevas incógnitas?

  • Diría que solo con la mezcla de disciplinas, como sucedió con la teoría de la herencia, donde se unió la biología con la botánica. Es imprescindible salir de las islas, sumar a la idea de que la mejor estrategia de sobrevivencia es la colaboración.
  • Diría que con la incorporación del arte a la educación como algo normal, ya que integra la imaginación, intuición, comunicación y contraste en el proceso de descifrar la vida, abriendo vasos comunicantes entre las cosas del mundo.
  • Diría que con el estudio de la historia desde varias fuentes para intentar entender el conocimiento de una época, sin desdeñar la comprensión de saberes populares que también pueden llevar tanto a aportes como a despeñaderos.
  • Diría que universalizando el método de verificación, es decir darle asiento y contenido formal a la duda y a la comparación como instrumentos de búsqueda.

Entonces, con nuestra imaginación en vivo, poniéndonos en el lugar del pollo confinado, podríamos entender cómo en las granjas de producción masiva e intensiva, donde no hay espacio para moverse y la luz permanece 24 horas encendida, se gestan enfermedades que logran hacer saltos hacia otras especies, incluida la nuestra. Podríamos imaginar cómo, más allá del diario plato, la producción enajenada y forzada de alimentos lleva al mundo a la pérdida de diversidad, a la propiedad monoclonal de las semillas, a la inseguridad alimentaria y al estrechamiento vital de otras especies. También nuestra imaginación, en hibernación, podría sentir la escasez multidimensional de los que no califican como consumidores. El otro, que es otro yo, parece estar ausente en las reverberaciones de la conciencia.

Tal vez una peste como la actual, que estremece la economía de mercado global, pueda redibujar el mundo, como lo hizo la peste del siglo XIV, que ayudó a erosionar las bases del Feudalismo y junto con la invención de la imprenta, encaminó a la sociedad hacia el Renacimiento, es decir a una nueva oportunidad.

Espero, Dr. Jaramillo, que por esta vez, no tenga razón y que no vuelva, luego, todo a ser como antes…

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