Opinión

A quien alcance la presidencia

A usted, quien alcance la presidencia.

Con este texto no pretendo darle fatuas lecciones de gobernabilidad pues no me encuentro en condiciones para hacerlo, mucho menos al ser un simple chiquillo quien ama a su país pero ni siquiera representa un voto en las elecciones venideras. Empero, a sabiendas de que dentro de la estulticia e inocencia de este humilde adolescente podría encontrar alguna idea valiosa y de que al redactar este artículo me expongo al oprobio, le agradeceré si me brinda la venia de dirigirle las siguientes palabras.

Campaña

Le ruego que aun desde la campaña no falte al principio de autorregulación partidaria. Pero en especial le  insto a que de ahora en adelante nos bombardee con propuestas y no con vituperios y denuestos hacia sus rivales. No nos diga lo que queremos oír, sino lo que necesitamos escuchar. Como teorizó Geoff Mulgan, la confianza es la forma más fuerte de poder y aprovecharse de ello con un discurso populista es en exceso ominoso y torticero.

Prioridades

En Costa Rica necesitamos amplias mejoras en diversidad de ámbitos. Se requiere crear ubérrimas oportunidades laborales para superar el 9,5% de desempleo. Además de brindar garantes de oportunidades y desarrollo, pues aunque Costa Rica posee un PIB PPA per cápita de $16.600, también tiene un índice de Gini de 48,2 puntos porcentuales, lo cual desemboca irremediablemente en una pobreza del 20%.

Piense también en los ineludibles reajustes macroeconómicos, los cuales podrían evitar el tan oneroso aumento del déficit fiscal y la deuda. Los privilegios no tienen cabida en un presupuesto sano, no solo se trata de tributos, sino de la inversión de los mismos. Nunca estará demás decirle que sea probo y que respete -y haga respetar- la totalidad de la Ley N.o 8422 (Ley contra la corrupción y el enriquecimiento ilícito en la función pública).

Aunado a esto, le suplico que no gaste sus esfuerzos en combatir algo que no existe, como pretexto para negar la igualdad. Pues a quien solo golpea el aire, tarde o temprano se le cansan los brazos.

Maquiavelo

Me resulta oportuno hacer hincapié en que por un lado ignore a Nicolás Maquiavelo y por el otro le siga -en dos aspectos fundamentales-. Olvide cuando exclamó: si el príncipe es de mediana inteligencia, le bastará con no alterar el orden establecido por sus antecesores para mantenerse en su Estado”, pero recuerde cuando postuló: “no depende del talento del vencedor, sino de la diversidad de los vencidos.

Lo primero no con el fin de desmerecer el accionar de sus predecesores, sino con el fin de cavilar que la necesidad de múltiples cambios es pilastra fundamental para el progreso costarricense; y lo segundo, porque para las grandes reformas se necesita acuerdos aún más grandes. Su persona habrá de negociar y dialogar en demasía, pero sobre todo recordar que en la pluralidad ideológica se encuentra la democracia y que, como diría Deng Xiaoping: no importa el color del gato mientras cace ratones.

Finalmente

He de disculparme, tengo plena conciencia del sistema de pesos y contrapesos de nuestra República, así como de que es imposible arreglar todo problema en un cuatrienio, pero estoy seguro de que una persona tan cabal y magnánima como usted comprenderá que es más fácil recordar un nombre que el de 57 legisladores o el de la totalidad de un gabinete.

Espero este mensaje le haya resultado interesante (o como mínimo jocoso) al igual que a todos los respetables y egregios lectores y lectoras, y no podría concluir sin externarle mi deseo de que una de las frases más célebres de sir Winston Churchill sea concomitante a su pensamiento: el político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.

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