Opinión

¿Qué está pasando con becas?

Quiero referirme a ésta pregunta que resuena actualmente entre la comunidad universitaria, y que se ha suscitado debido a la difícil decisión del actual gobierno universitario de modificar la asignación de los montos de apoyos extraordinarios que se dieron a las personas estudiantes becarias en el segundo ciclo del 2020, pero no así, cabe aclarar, a los montos de asignación de beca regulares, e incluso, a los planes de aumentar la cobertura del sistema.

En un primer momento, me gustaría aclarar algunos aspectos importantes y el panorama con el que nos encontramos en enero del presente año, cuando asumo la Vicerrectoría de Vida Estudiantil.

Para empezar, el antecedente fundamental es la resolución del 19 de agosto del 2020 a través del R–212-2020, en el cual se da un apoyo de rectoría para financiar varios proyectos de acompañamiento a los y las estudiantes en el contexto de la pandemia por COVID 19. Dicho oficio es claro, en que se trata de un apoyo circunstancia para la conectividad, limitado hasta diciembre del 2020 y que se dio de manera automática a personas becarias con categorías 4 y 5 (alrededor de 20 mil personas).

Sin embargo, en el oficio OBAS-1067-2020 del 18 de noviembre de 2020, la Oficina de Becas y Atención Socioeconómica (OBAS) le comunica a la anterior administración que los montos presupuestados, en las diferentes partidas del sistema de becas, son insuficientes para cubrir las demandas en materia de conectividad, gastos de carrera y alimentación, y que si es necesario mantener virtualidad en el primer y segundo ciclo del 2021 se irá acumulando un déficit en el sistema (en dicha situación nos encontramos en este momento). En el mismo oficio se detalla que para mantener el rubro de conectividad (para toda la población estudiantil becaria 4 y 5) en el primer ciclo lectivo del 2021 se requiere de 1.200.000.000,00 de colones (mil doscientos millones de colones).

Debido a las condiciones en las que se dio dicha decisión, el 18 de diciembre de 2020 se tomó la resolución de  continuar con esos apoyos extraordinarios para el tercer ciclo 2020, enero a marzo 2021. Sin embargo, como queda en evidencia en el OBAS-1067-2020 no se contaba con presupuesto, ni una partida específica para esto, por lo que se tomó la decisión de utilizar alrededor de 400.000.000,00 de colones (cuatrocientos millones de colones) de la partida de transporte del sistema de becas. Esta determinación se hizo teniendo en cuenta que en el tercer ciclo 2020, mejor conocido como “verano”, la cantidad de personas estudiantes es bastante menor al periodo regular, además de ser un periodo de tiempo también menor al semestre regular, y principalmente con el acuerdo interno de que dichos montos serían “regresados” por la administración.

Vale la pena señalar en este punto, que en el oficio OBAS-310-2021 se me informa que el monto presupuestado para el sistema de becas de la Universidad de Costa Rica no tuvo crecimiento para el año 2021 y que en realidad es levemente menor al de 2020. Por lo que con estos datos tomé la decisión de proceder a realizar la consulta a la Rectoría, de si era posible contar con apoyo presupuestario adicional para mantener los montos extraordinarios otorgados en el segundo y tercer ciclo lectivo 2020, a través del Oficio ViVE-288-2021 del 3 marzo de 2021.

A raíz de esa consulta se sostuvieron diversas reuniones en las que estuvimos presentes personas funcionarias de la Vicerrectoría de Vida Estudiantil, de la Rectoría, Oficina de Planificación Universitaria (OPLAU) y Oficina de Administración Financiera (OAF) de la Universidad. El resultado de estos encuentros fue concluyente en que las opciones eran insuficientes, es decir no era, ni es posible obtener los montos que se necesitan para cubrir la totalidad de los apoyos extraordinarios, debido en parte, a la actual situación presupuestaria y en parte a condiciones distintas que tenemos en el 2021.

¿Qué cambió en el primer semestre del 2021?

En primer lugar, el Ministerio de Hacienda (MH) nos informa a través del oficio DMVE-0181-2021, que de acuerdo a la Comisión Interinstitucional de Clasificadores las becas no están clasificadas como inversión, sino como gasto.

En segundo lugar, al cierre de la matrícula ordinaria del primer ciclo lectivo 2021 se evidencia un aumento en las solicitudes de becas, así como, las solicitudes de cambio de categoría. Para dar un ejemplo concreto, de las 9511 personas admitidas en 2021 (nuevo ingreso) el 62% realiza dicha solicitud. Por lo que en este año el sistema de becas amplía su cobertura, al asignarle beca socioeconómica a un 57% del total de la población estudiantil.

Aunque sabemos que los fenómenos sociales son muticausales, se evidencia que en el contexto actual, la pandemia que estamos viviendo azota con más fuerza a las personas de los estratos sociales más bajos, por lo que la demanda del sistema de becas es mayor. En este sentido, es importante aclarar que toda persona estudiante (regular o de nuevo ingreso) que solicite beca o revisión de la misma, pasa por el proceso de verificación y consideración, y si cumple con los requisitos el sistema le asigna la beca. Es decir, el sistema no tiene un límite de asignaciones, y mientras más demandas reciba más asignaciones puede realizar.

Este enunciado es realmente noble y es y será una política social solidaria y de movilidad social, pero la complicada situación fiscal en la que nos encontramos actualmente nos obliga al principio de realidad: si el presupuesto no crece es cada vez más difícil que aumente la cobertura. Empieza con esto a vislumbrarse un techo para el sistema de becas, por lo que el aumento del presupuesto se vuelve fundamental.

La presencialidad para el primer ciclo 2021 también demanda del presupuesto de becas en partidas como la de transporte, que se había “congelado” en el año anterior y cuyo uso se había redirigido a los aumentos de las otras partidas señaladas anteriormente (alimentación, gastos de carrera y el apoyo a conectividad), así como, del presupuesto en general de la universidad.

El sistema de becas además fluctúa de acuerdo a las demandas de cada semestre, pues la asignación se realiza tomando en cuenta las necesidades de cada estudiante (horarios de cursos, cantidad de créditos matriculados), la condición académica y socioeconómica de la persona, que sabemos también puede cambiar.

Ahora bien, con todo esto me permito responder a la pregunta de si:¿se están haciendo rebajas en becas?

La respuesta aunque no es sencilla es que no. Se están y seguirán asignando los montos correctos de acuerdo a las categorías de becas y a la normativa vigente (Reglamento de adjudicación de becas a la población estudiantil).

No obstante, en un ejercicio de escucha activa y luego de varios encuentros con la población estudiantil, hemos tomado la decisión de proteger los beneficios del sistema de becas para la población estudiantil becaria, a través de asignar para el primer ciclo lectivo 2021 un aumento del 30% en el beneficio de alimentación y del 15% en el beneficio de gastos de carrera sobre los montos vigentes, estos apoyos benefician a la población becaria con categorías 3, 4 y 5. Además, de asignar los 15 mil colones del apoyo temporal por “conectividad” para personas becarias 5 que no cuenten con tablets subvencionadas por la Universidad o los beneficios de reubicación geográfica y residencias. Este escenario será aplicable, sostenible y retroactivo a toda la población estudiantil que actualmente cuente con dichos beneficios y se verá reflejado en la próxima planilla de pago (mayo 2021).

Es de recalcar, que para que este movimiento sea sostenible la Vicerrectoría de Administración, se compromete a revisar de nuevo las diversas partidas de la UCR y asignar cualquier remanente o subejecución que se encuentre al sistema de becas y con esto garantizar la sostenibilidad para el segundo ciclo 2021.

Sabemos que la siguiente pregunta que hay que contestar es:  ¿Qué va a suceder con el segundo semestre 2021?

La OBAS cumplirá con el compromiso de estar al tanto de la revisión y la búsqueda de las mejoras de las necesidades estudiantiles, así como la comunicación constante a través de la Comisión asesora de Becas y el Consejo Asesor de la VIVE, pues ambas instancias tienen representación estudiantil.

Además de mantener la revisión conjunta con la Vicerrectoría de Administración y la Rectoría para tomar decisiones que mejoren las condiciones estudiantiles y defender un sistema de becas para continúe siendo solidario y necesario para garantizar la movilidad social costarricense.

Finalmente, presionar sobre las negociaciones que se realicen del Fondo Especial para la Educación Superior para continuar asignando montos suficientes para respaldar el sistema de becas. Así como,  a los y las estudiantes que lo necesiten, que son y seguirán siendo nuestras metas y objetivo principales como administración superior.

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