Opinión

Puntarenas, provincia que lucha contra la exclusión cultural

La educación y la cultura deben considerarse piezas clave para el desarrollo global de cualquier país. Justamente, en esta ocasión, me referiré, brevemente, al Proyecto Acuarela Naranja. Su organización busca desarrollar y fortalecer, de la manera más humana posible, valores educativos y, por tanto, culturales, en las poblaciones infantiles y juveniles de la controversial Puntarenas del siglo XXI.

Es preocupante saber que Puntarenas, a pesar de ser  una ciudad costera, histórica (cómo ignorar el nombre del presidente Mora en esta provincia), económica y culturalmente, tan importante, en la actualidad se encuentra sumida en la pobreza debido a focos de exclusión cada vez más amplios e imposibles de negar. Dicha responsabilidad se debe, en gran parte, a los déficits educativos y de promoción cultural que cargan las nuevas generaciones. Por ende, se necesita, con urgencia, revertir, mediante propuestas humanísticas como la del Proyecto Acuarela Naranja, el aumento de casos de delincuencia, drogadicción, prostitución y deserción escolar. Para ello, su organización pretende trabajar en conjunto con el sector turístico, pues las mejoras en cultura harán que más personas quieran visitar este sector del país, generando un importante beneficio económico y, además, se logre romper el engañoso imaginario o mito de “tierra de pescadores”, cuando en realidad, Puntarenas también es tierra de poetas, artistas, músicos y pintores, cuya mayoría de nombres no trascienden por la falta de apoyo y por la identidad cultural errónea que se ha reproducido desde la capital (San José), en donde muchos humanistas de prestigio, como fuera el caso de Francisco Zúñiga Díaz, pionero de los talleres literarios en Costa Rica y esparzano de cuna, desde una vocación filantrópica,  tuvieron que marcharse.

Pero hoy, gracias a las encomiables y solidarias labores de difusión cultural de Elena Manzanarez Juárez y Gabriela Toruño Soto, quienes no se rindieron ante las diversas e incomprensibles trabas impuestas por el Ministerio de Cultura y Juventud, se ha hecho justicia en su memoria (aunque todavía quede mucho por hacer, así sea gratis como lo he venido, sigo y si es necesario, seguiré haciendo).

Hace muchos años, Puntarenas, a pesar de los diversos ataques recibidos desde los sectores centrales y estatales del país, ha empezado a fortalecer su imagen como cuna de artistas. Hoy, la perla del pacífico empieza a resonar en distintos medios y periódicos de renombre a nivel histórico-cultural, como lo es el caso de Semanario Universidad, donde el pasado 09 de septiembre de 2020 salió publicada la noticia “Puntarenas: el puerto de los poetas”.

Si se consigue el apoyo necesario para llevar a cabo este proyecto, se podrán difundir más talentos, apoyar la música, la literatura, la pintura y todo tipo de arte en donde los ciudadanos puntarenenses puedan expresarse y sentirse mejor. Además, es muy importante erradicar la banal idea del arte como un simple medio de expresión. El arte, trabajado a largo plazo, provoca un efecto positivo en el desarrollo cognitivo de los seres humanos. Asimismo, humaniza y contribuye para que las personas sean más empáticas, sensibles y “hermanas”, como lo diría Jorge Debravo.

Justamente, Proyecto Acuarela Naranja busca crear espacios humanos para seguir impactando vidas, de la manera más amplia posible, en el ambiente cultural de la provincia de Puntarenas. Dicha organización, al mando de Rubén Monge, sin lugar a dudas, es un semillero de luz, sonrisas y girasoles para todos los ciudadanos puntarenenses que nunca han dejado de creer en esa bella luz que comparte un eterno romance con su famoso y bello faro, símbolo de esperanza, misma que descansa en el vientre materno de la palabra cultura.

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