Las necesidades de investigación en temas pesqueros que presentan los países en vías de desarrollo son enormes. En tal contexto, se debe fomentar el desarrollo de programas de investigación adecuando y optimizando los recursos económicos hacia aquellas áreas que sean prioritarias. Estas prioridades de investigación deben ser definidas con base en criterios científico-técnicos exclusivamente, fundamentadas en una sólida ciencia de la sostenibilidad.
Sin embargo, en países en vías de desarrollo, ante las escasas capacidades existentes sobre temas pesqueros y/o eventuales coyunturas políticas desfavorables, a veces el clasificar un rango de prioridades de investigación se vuelve difícil o si no imposible. En el peor de los escenarios, no se sigue un adecuado proceso de definición de prioridades (p.ej. integrando apropiadamente la opinión de expertos y precedentes científico-técnicos); sino más bien, las iniciativas tienden a danzar al vaivén de corrientes políticas y ocurrencias producto de la incompetencia. En el contexto pesquero costarricense, el proyecto sobre Fauna de Acompañamiento (FACA) ejecutado por la FAO (REBYC-II LAC GCP/RLA/201/GFF) es un buen ejemplo al respecto, pues este proyecto está implementándose en el momento en que la pesca de arrastre semi-industrial está en plena decadencia y ante un inminente cierre de operaciones en respuesta al acertado voto de la Sala Constitucional.
¿Cuáles criterios justifican la implementación de este proyecto? ¿Por qué no se inició este proyecto a finales de los años 80, cuando la flota arrastrera nacional continuaba con el proceso de sobreexplotación secuencial de las distintas especies de camarón conforme faenaba en sitios de mayor profundidad? ¿Acaso los impulsores buscan que este proyecto valide su interés en reactivar indefinidamente la pesca semi-industrial por arrastre?
Ante este contexto, un proyecto de esta naturaleza e implementado a destiempo, es como “hacer leña del árbol caído”. En el mejor escenario, este proyecto debería ser un componente accesorio dentro un plan de manejo integral y de recuperación de esta pesquería, tal y como se plantea en el documento técnico preliminar Incompetencia en el manejo de la pesca de arrastre semi-industrial en Costa Rica y propuesta para su recuperación. Así, componentes como la estimación de tasas de recuperación de fondos y comunidades bento-demersales, mapeo de fondos blandos, conversión tecnológica hacia distintas artes de pesca, entre otros, tendrían prioridad por sobre la disminución de la FACA en un plan de manejo integral.
De hecho, este proyecto simplemente intenta la disminución de la fauna de acompañamiento al mejorar la selectividad de las redes de arrastre. No obstante, existe comprobada evidencia que mejorar la selectividad no es suficiente ante panoramas de sobre-explotación similares al que enfrenta esta pesquería en el país.
A partir de estudios científicos realizados en otras latitudes y en contextos de explotación similares al caso de Costa Rica, se deduce que una potencial disminución de la FACA (tanto en composición de especies como en volúmenes de extracción) confirmada a través de dicho proyecto, podría estar relacionada con la destrucción de hábitats, disminución de complejidad comunitaria y relaciones tróficas (principalmente en montes submarinos); sobreexplotación de las principales especies de camarón y langostino provocadas por el esfuerzo pesquero creciente durante 65 años de la actividad de esta flota semi-industrial; y como producto de cambios ambientales.
De esta manera, una solución integral a esta problemática no es tan simple como el fomentar el uso del arte de arrastre más selectiva del mundo para disminuir así la proporción de descartes sobre el ya deteriorado fondo oceánico y sobre especies agotadas. Por lo tanto, no existe justificación para la implementación de un proyecto de esta naturaleza bajo las condiciones actuales de esta actividad.
Lamentablemente, en el plano político se continúa jugando con la sostenibilidad en el aprovechamiento de los recursos pesqueros bajo un discurso disfrazado de “pesca sostenible” para justificar la incompetencia y el clientelismo político.
