Una desdicha nacional hace que la individualidad actúe con racionalidad patética, con potencial amenaza colateral en la población. Nos enteramos de “enojos” ministeriales, dispersión agresiva de la Fuerza Pública, amenazas con elevados costos de oportunidad para la salud humana expresa en un limitado número de camas y capacidad para la atención médica, mientras el alto al fuego inicia en lo privado incitando a la libre vacaciones a la tica cuyo destino favorito son las playas; quizá no sean portadores del coronavirus mientras alcanzan esos sueños, pero de regreso esperemos que en sus cuerpos y maletas no viaje la desgracia al ajeno. Un presidente de la res-pública ‘increíble’; nadie le cree, nadie lo toma en serio, menos cuando grita y amenaza con la vaina vacía, pero sobre todo por la acumulación de mentiras y ocurrencias fantásticas.
En ese escenario, les dejo la siguiente preocupante formulación, algo de lo cual adelanté en un mensaje la semana anterior: Se trata de un aficionado ejercicio para mostrar alguna dimensión del coronavirus.
- La Organización Mundial de la Salud estimó que una persona infectada podría contagiar en promedio a otras siete: Así , con lo cual tendríamos ocho personas enfermas; en un segundo momento.
- Sea una constante. Si cada una de las 7 personas contagia a otras 7, se forma una espeluznante cadena:
- Una ecuación general que podría simplificar ese esquema es como sigue: Si y dado 7 en la cadena individualizada, entonces el número finito (a cada instante) de infectados sería: donde indica la frecuencia en la cadena o número de eslabones; como en la figura anterior, donde 7 rojos individualizados generan otros 7 grupos de colores. En tal evento, .
- Esa ecuación podría suavizarse si suponemos que cierto número de infectados se neutraliza, por ejemplo, muere en el intento, ingresa a tiempo a hospital, se somete a cuarentena, etc. Sea ese número a partir del segundo enlace, con lo cual escribimos . Suponga para que tal que de donde se sigue que . Se deduce que si tiende a 7, esto es se limita el número de afectados a ; decimos: .
- De ahí podemos concluir en la urgencia de disciplina individual siempre, al menos en tiempos de amenaza de contagio. Dado que la población es finita, digamos de habitantes más o menos, todo depende de , las cuales nos hablan de usted, yo, ellos (as), nosotros y vosotros.
La idea con este ejercicio, si explica algo, es que el número cuenta, por algún tiempo. ¡Ahí se les dejo!