Después de siglos de gobiernos autoritarios y de décadas de sanciones impuestas por los Estados Unidos a las naciones de la región que no aceptan su hegemonía, a lo que se añade la violencia creciente del narcotráfico y la corrupción concomitante del clientelismo. La respuesta ha sido la desesperanza traducida en migraciones masivas de millones de personas afectadas, las condiciones de exclusión se consolidan con las relaciones de discriminación étnica y de clase que a su vez definen, conjuntamente con las políticas públicas limitadas, las oportunidades de acceso a la educación y los círculos de influencia y poder.
La desesperanza ha cundido en un continente que ha perdido el sueño martiano de una América Latina protagonista en el mundo contemporáneo. Le queda solo la ilusión, cada vez más difusa, de ser acogido en los Estados Unidos. Las caravanas de miles y miles de migrantes huyen de sus propios países, en una situación que calificó un campesino como “esrotadas” esto es, por huir de una derrota total que los ha dejado sin esperanza.
Como actúa la capacitación autónoma organizacional regenerando un tejido social enfermo
En primer lugar, porque apodera a las personas sociales y grupos, dándoles como organización acceso a un poder al que individualmente no tendrían acceso. La organización autónoma les permite tener frente a los problemas una perspectiva que atomizados como individuos no tendrían.
Al actuar organizadamente, como equipo para solucionar problemas complejos, van incorporando progresivamente, por la necesidad misma de las actividades, nuevas formas de planificación y de coordinación de actividades. Superando en este proceso, la planificación autosuficiente artesanal e incorporando la coordinación y cooperación sobre el personalismo e inmediatismo de la acción individual. Enunciarlo parece fácil sencillo, pero no se trata como en todo proceso de capacitación de solo de entender, sino de comprender, esto es de ajustar la reacciones emocionales y romper viejos hábitos de inercias, a través de la práctica.
En segundo lugar, lo anterior los aleja progresivamente, conforme se van manifestando los resultados en satisfacción grupal que rompe de la visión individualista y contribuye a configurar relaciones basadas en la eficiencia con cooperación.
En tercer lugar, porque en la medida que actúan y resuelven van dejando atrás las voces interiores del racismo y de clase que los disminuyen. Voces que individualmente los llegan a paralizar con el temor al fracaso aumentando la probabilidad de un fracaso efectivo.
Son ampliamente conocidos los estudios realizados en el siglo pasado, tanto con niños negros de 3 a 7 años en los Estados Unidos, como con niños indígenas del mismo rango de edades en México, donde se demostró, que ya en esas tiernas edades, los niños habían asimilado los valores en contra de su propia etnia. Al mostrárseles muñecas blancas y negras en el primer caso y blancas e indígenas, en el segundo y preguntarles ¿Cuál de ellas es bonita? o ¿Cuáles de ellas buena o mala?, las respuestas fueron contundentes a favor de la blanca.
Esta experiencia, como muchas otras posteriores, confirmaron que las relaciones de dominación operan, disminuyendo la autoestima en los grupos subordinados, incluso mucho después, de abolirse las leyes discriminatorias, mientras sigan subsistiendo en la actividad cotidiana formas abiertas o subyacentes de racismo o clasismo. Esta disminución de la autoestima promueve el temor al fracaso, lo que aumenta las probabilidades de fracaso. Convirtiéndose así en una profecía autocumplida. Amén de que las oportunidades educativas, de información y acceso social son más limitadas para estos grupos.
Como se puede apreciar la capacitación en organización autónoma es un instrumento que tiene un espectro lo suficientemente amplio para incidir, como parte de una política educativa actualizada y de capacitación de amplia cobertura en la generación de ciudadanía y vida democrática.
El problema es que, además de chocar con las estructuras de poder populista que quieren clientes sumisos y no entes autónomos, nos topamos con quienes quieren de buena fé “ayudar” pero que confunden la asistencia que debe darse a quienes no pueden valerse por sí mismos, con un asistencialismo castrante.
Entender que el desarrollo solo se logra potenciando las capacidades de la gente a través de la organización no es una tarea fácil, aunque existen múltiples evidencias, en varios continentes de que es posible formando equipos con una nueva visión y capacidad de empoderar a la gente.
Este es el camino para crear ciudadanía y democracia, el otro es el del terror y la violencia del narco tráfico que está tomando posiciones en nuestro continente. Necesitamos tomar decisiones antes de que sea demasiado tarde.
