Opinión

Políticamente correcto

Algunos movimientos llegan a ser tan extremos que llegan al punto de la ridiculez; como dice el dicho: “de lo sublime_a_lo_ridículo solo hay un paso”.

Algunos movimientos llegan a ser tan extremos que llegan al punto de la ridiculez; como dice el dicho: de lo sublime a lo ridículo solo hay un paso”. Uno de esos que a veces raya en lo ridículo es el de lo políticamente correcto. Pero ¿qué es lo correcto? ¿A partir de cuál punto de vista se cree conocer lo correcto? Es como definir lo que es la verdad; sin embargo, ¿qué es la verdad? ¿Para quién es verdad?

Esta tendencia de ser políticamente correcto lleva a muchas cuestiones, como lo es el preguntarse si ese cambio en el lenguaje de verdad está construyendo algo, si de verdad está generando algún cambio o si simplemente se queda en el maquillaje; es decir, el querer tapar un montón de imperfecciones que están ahí, pero en el fondo todavía continúan y no se hace nada más al respecto.

Marcelo Colussi en un artículo de opinión afirma: “La intención que mueve esta práctica es loable; es el intento de evidenciar situaciones de exclusión, de flagrante injusticia, y su visibilización oral es ya un primer paso para su erradicación. Pero, ¿cambian efectivamente las cosas por un cambio en su designación?” Eso es lo que debemos preguntarnos: si tratar de ser correctos, de cambiarle el nombre a las cosas y a las situaciones de verdad va a verse reflejado en mejorías.

Actualmente el mundo está tan sensible que hay que tener demasiado tacto para todo y para todos. A pesar de que la gente se desgarra las vestiduras hablando de la libertad de expresión, la verdad es que cualquiera que intente decir lo que piensa de manera directa debe tratar de buscar las mejores formas, la mejor expresión o dar algún mensaje entre líneas para evitar ser calificado como un animal insensible. Pero, ojo, hasta esta frase de animal insensible puede ser ofensiva, pues alguien puede salir con el argumento de que hay animales muy sensibles y que hay seres humanos que pueden calificarse en una escala menor que los animales, pero bueno, al final todos somos animales. La diferencia es que lo animales humanos “pensamos”. Así, al limitar lo que se quiere decir se coarta la libertad de expresión. Dice el actor Hal Holbrook que esto de ser políticamente correcto nos lleva a mentir en silencio en vez de decir lo que pensamos. Las personas deben limitar el discurso, limitarse a escuchar: a veces, es mejor quedarse callado a tener que discutir un sin sentido.

¿En qué momento el mundo se convirtió en lo que es? ¿Cómo llegamos a esta ridícula hipersensibilidad a la que estamos sometidos? La gente se ofende por el uso de una palabra, pero no se ofende ante una matanza en un país africano o por las iniciativas bélicas de algunos países; no se ofende al ver indigentes tirados en la calle; no se ofende al ver niños abandonados; no se ofende al respirar el humo de los buses todos los días; no se ofende por el alto costo de la vida y los salarios que no dan para pagar su costo, y no se ofende por el maltrato a la población indígena. Se ofenden por el uso de palabras y terminologías que al final no son más que eso, pero no se ofenden por las cosas realmente importantes.

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