Opinión

Pesca semiindustrial de camarón y proyecto de reactivación del arrastre una mirada etnográfica

El proyecto que busca reactivar la pesca arrastrera (Expediente N°21.478) está en su fase final de tramitación en la Asamblea legislativa.

El proyecto que busca reactivar la pesca arrastrera (Expediente N°21.478) está en su fase final de tramitación en la Asamblea legislativa. Los diputados que lo revisaron en Comisión de Agropecuarios, habiendo rechazado escuchar el punto de vista del sector académico y gremios de pescadores artesanales, sostienen, sin embargo, la cientificidad que respalda el proyecto.

Proyecto Nº 21.478, Incopesca y sentencias judiciales. Para una eventual reactivación de la pesca arrastrera del fondo marino, sentenció la Sala constitucional en el año 2013, una nueva ley debería demostrar con respaldo científico y tecnológico que la reducción de la captura incidental (fauna de acompañamiento o FACA) es compatible con el desarrollo sostenible democrático. Cinco años después (agosto 2018), un Tribunal de Apelaciones del Contencioso Administrativo da un plazo de cuatro meses a Incopesca para concluir los estudios ambientales que determinen la viabilidad de la pesca sostenible de camarón a fin de que pueda someterse a la Asamblea Legislativa con vistas a la regulación legal de la temática.

Menuda tarea para Incopesca, quien, en ese intervalo de cinco años, ni siquiera ha diseñado investigación alguna al respecto. Ante tal coacción, se escoge de nuevo el camino fácil, pues los insumos técnico-pesqueros aportados parecen más bien reflejar la urgencia inmediata de no ser juzgados por el delito de desobediencia a la autoridad que un genuino intento de darle sustentabilidad al proyecto de ley. Así, acatando el plazo, Incopesca remite a la Asamblea Legislativa e instancias judiciales el informe con resultados del estudio realizado.

Muestreo, red experimental y fauna incidental. Desde mi experiencia como observador-participante a bordo de barcos arrastreros de la flota camaronera nacional, considero que en los datos obtenidos con el experimento de Incopesca hay inconstancias que debilitan la representatividad y extrapolación a las condiciones reales de las prácticas extractivas de la flota arrastrera costarricense. Este estudio fue diseñado-ejecutado por el grupo de interés (Incopesca-Armadores arrastreros) en ausencia de observadores externos a bordo, en un lapso relámpago de tres meses, aplicado únicamente a dos especies (Pinke y Fidel) y en una reducida zona pesquera. Abordemos cuatro aspectos.

El tiempo de cada lance-muestreo. En el experimento, las dos horas utilizadas equivale a un tercio del tiempo de una faena típica de un barco arrastrero (seis horas). El sesgo del corto tiempo utilizado puede ser significante por dos factores: a medida que transcurren las horas del arrastre, la luz de malla del copo de la red (bolsa) normalmente se va atrofiando con la misma FACA (anguilas, garrobos, cintas, otros); además, la acción acumulativa del volumen-peso de capturas en las redes, va ejerciendo, con las horas, tensión creciente en todo el equipo de pesca que podría anular progresivamente el efecto excluidor en la red experimental (en la doble tralla, por ejemplo, podría anularse el ángulo excluidor).

Factor espacial-marino diverso de los caladeros de pesca. Los muestreos se realizaron únicamente en 4-5 caladeros de pesca localizados en la boca del golfo de Nicoya, lo cual no refleja el radio de acción histórico y multiplicidad de pescaderos de la flota arrastrera a lo largo del Pacífico costarricense.

Temporalidad día/noche en los lances-muestreos. Los capitanes de pesca, desde su savoir faire  forjado por décadas,  conocen las dinámicas asociadas a su objeto de trabajo. Así, por ejemplo, para el camarón Pinke las faenas usualmente son realizadas en horarios nocturnos; históricamente lo han hecho así por criterios de rentabilidad. El tratamiento de datos del experimento, sin embargo, no consideró tal distinción día/noche en biomasa capturada al registrar-procesar los datos.

Batimetría de los lances-muestreos. Cualquier pescador de barco arrastrero sabe que a menor profundidad mayor volumen-diversidad de fauna incidental. La flota camaronera históricamente faenó entre  los 45 a 90 metros/profundidad para extraer camarón Pinke y entre 120 a 300 para el camarón Fidel. En el experimento realizado, si bien da cuenta de los rangos de profundidad (57-84 m para Pink y, entre 166-234 m para Fidel), se diluyeron los datos en esos rangos, sin establecer diferencias de fauna incidental (aprovechable y de descarte) según profundidad concreta registrada en cada lance-muestreo.

A manera de anécdota, un capitán de pesca (El Cura) de barco arrastrero – con quien anduve embarcado a todo lo largo del litoral Pacífico costarricense – tenía un dicho para las chambonadas a bordo: el haragán y el inútil recorre siempre dos veces el mismo camino. En el grupo de interés hay fe y optimismo, creen que la tercera es la vencida. Respecto de la sustentabilidad del proyecto de ley, todo parece indicar que se resolverá, de nuevo, por la vía judicial.

Suscríbase al boletín

Ir al contenido