Opinión

Pecados neoliberales

El sistema neoliberal es un modelo político que actúa en contra y se vuelve enemigo del Estado, sobre todo del Estado social y de derechos. Lo que quiere y persigue es la libertad económica absoluta, y la clave de su política es vender o comprar y privatizar todo. Su tarea fundamental es practicar y endiosar al “libre” mercado; dudar, cuestionar, y criticar sus “maravillas”, es tan grave como un pecado mayor. Los siguientes pecados mayores son los reales.

Avaricioso: Ostenta una filosofía inhumana que sobrepone toda ganancia y todo lucro por encima del ser humano. Al no pensar en el presente ni en el futuro de los humanos dispara la desigualdad social y económica, y profundiza el egoísmo, el individualismo y la discordia entre ellos.

Codicioso: Acrecienta el abismo entre la riqueza y la pobreza y hace que unos pocos naden en la abundancia y millones se ahoguen en la nada. Menos de 100 personas, de las más ricas del mundo, poseen más riqueza que toda la mitad más pobre de la población mundial. La economía de su mercado engendra el delirio consumista, donde muchos se olvidan de pensar, pero no olvidan consumirse en el consumo de su consumo.

Lujurioso: El modelo neoliberal vive en un ambiente de lujuria política y económica, mientras el aborrecido Estado solidario agoniza entre poderosos y soberbios intereses económicos. Los neoliberales se han acomodado en todos los poderes del Estado, y tienen suficiente poder y control sobre los medios de prensa televisivos, radiales y escritos, siendo ellos los encargados de maquillar la cruda verdad neoliberal.

Mentiroso: Miente sobre el libre mercado, porque en realidad se trata de sociedades conformadas y dominadas por grandes monopolios y oligopolios privados que acaparan los negocios más jugosos, y el “libre” mercado no hace más que esconder la ley del más fuerte. Claman por su derecho al libre mercado, pero niegan todos los demás, desde la libertad y los derechos de los trabajadores, hasta el más sagrado de todos, el derecho a la vida de una inmensa mayoría. 

Pernicioso: La moral del progreso y de la ganancia empieza al emerger el capitalismo, como   bien lo dijo hace 300 años Bertrand de Mandeville, al escribir: “Para que la sociedad sea feliz y el pueblo se conforme con su penoso destino, es preciso que la gran mayoría se conserve tan ignorante como pobre”. Pero el progreso, la ganancia desmedida y la felicidad de los ricos y poderosos, a costa de negociar con los bienes del Estado, para desgracia de la mayoría, se torna agresiva y obsesiva 50 años atrás al emerger el modelo neoliberal.       

Agresivo: Agrede lo humano y ciega la sensibilidad, llegando a degradar y deformar la imagen humana. Al agredir lo humano, prostituye no solo lo lindo y lo hermoso, lo bueno y lo bello, sino los más sanos y nobles ideales de solidaridad, concordia, justicia y libertad.

Toda esta crisis de pensamiento y de conciencia se refleja en la imbecilidad que reina en todos los ámbitos de la sociedad, vivimos permeados de los signos más tenebrosos de la ignorancia suprema, sufrimos los golpes de la invasión de la idiotez. La educación pública superior vive la agonía de las universidades como centros de reflexión y crítica. Se impone un sistema educativo rendido al mundo económico, sin formación integral y sin conciencia social, que persigue una enseñanza automatizada que prioriza lo privado y lo comercial, donde alumno y profesor sentencian el mal al ser privados de pensar en un mundo en función del humano y no en función del dinero. 

Corruptivo: Se torna corrupto al crear una realidad de hipocresías y cinismos, donde políticos egoístas y sin escrúpulos, que venden la Patria y asaltan al Estado, se vuelven mercaderes y son legitimados por una democracia que regenta la sociedad neoliberal. Los ataques a la CCSS no es más que el empeño neoliberal por hacer que la salud no sea vista como un derecho, sino como un negocio privado de los que la servidumbre periodística llama “esforzados emprendedores”.

Lucrativo: ¿Quién podrá creer qué al privatizar las instituciones de bienestar social, el Estado se hará más eficiente y más humano? Solo el perfecto idiota, a decir de Vargas Llosa. Ya una vez el expresidente Carazo preguntó a los neoliberales: “¿Por qué tanta prisa en entregar a particulares buenos negocios?” “¿Por qué se empeñan en minar la solidaridad social sustituyéndola con el lucro de unos pocos?” Y sentenció: “No dispongan de lo ajeno practicando una apertura que es un beneficio regalado para el poderoso”.

Violento: Gobierna a base de imposiciones de los grupos de poder. Viola derechos de la clase trabajadora. Apaga el grito silencioso y esperanzador de quienes enarbolan los buenos ejemplos cristianos. Y silencia la voz de aquellos que levantan las nobles banderas de la paz, de la equidad, del bienestar y de la fraternidad.

Ofensivo: Denigra y humilla las voces de los que resisten, de los que guardan esperanza, de los que desean una sociedad más humana, igualitaria y justa, una vida mejor para todos, y llaman a construir un mundo de bondad, donde quepamos todos, y nos sintamos todos, al menos como seres humanos.

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