Opinión

Partidos políticos, planes de gobierno y el principio soberano de no regresión ambiental

¿Reactivamos la pesca de arrastre? ¿Aprobamos la exploración petrolera? ¿Decimos sí a la minería a cielo abierto? Aunque para la mayoría de los costarricenses son temas discutidos y superados, también son dilemas que cobran vigencia en las campañas electorales y que incluso, después de los resultados de las próximas elecciones presidenciales podrían volver a la mesa de discusión. En el ejercicio democrático, cada período electoral es determinante para el futuro de la agenda nacional sobre desarrollo sostenible. Cada cuatro años emergen ideas y propuestas sobre los rumbos del país y se pone en juego el destino del modelo que hemos consolidado en materia de progreso económico y social en armonía con la sustentabilidad ambiental.

Sencillo, dependerá del próximo presidente y de su gabinete respetar el principio de no regresión ambiental (sensu Peña, 2012) y evitar que la normativa y jurisprudencia retrocedan con respecto a los niveles alcanzados en la protección del ambiente. Es impensable que la nueva administración siquiera intente la reducción de exigencias jurídicamente superiores al actual interés público ambiental. Para cualquiera que pretenda tomar las riendas del gobierno, la responsabilidad estatal por daño ambiental debe ser el punto de partida y premisa de arranque de la agenda sobre la sostenibilidad.

Muchas décadas se necesitaron para consolidar un modelo único de parques nacionales que mantenga áreas consagradas a la conservación absoluta de ecosistemas y biodiversidad continental y marina. Fuertes luchas sociales se dieron para gozar del privilegio de tener un país electrificado, con acceso a energía 100% renovable y baja en emisiones de gases de efecto invernadero. Se ha invertido mucho esfuerzo en el fortalecimiento del sistema de pagos por servicios ambientales ya homologado por decenas de países.

Toda esta estabilidad, que proviene de políticas de desarrollo basadas en la naturaleza, puede cambiar y muy pronto. Por eso es que nuestra decisión electoral es fundamental para evitar quebrantar el principio de no regresión y más bien que el nivel de protección ambiental sea incrementado. La soberanía nacional debe respetarse, debe acatarse la apuesta de desarrollo sostenible con la que Costa Rica desafía los paradigmas convencionales de uso de los recursos naturales y, aunque esta siga enfrentando luchas, corresponde fortalecerla.

Somos referentes de la conservación planetaria, el país es considerado un laboratorio natural. La protección de nuestros ecosistemas se mantiene gracias al apoyo privado y estatal. Todo este éxito es haber acometido las reformas necesarias para luchar contra fenómenos de mega escala y proteger la naturaleza; y aunque han cambiado las reglas, de apoyo internacional, seguimos captando millones de dólares para el financiamiento de proyectos sobre resiliencia climática, descarbonización de la economía, gestión integral del agua o transporte eléctrico.

Un voto informado es la clave. Investigue si su partido está dispuesto a potenciar el liderazgo ambiental internacional del país, pregunte si la sostenibilidad ecológica es un eje prioritario del plan de gobierno, indague si cumplirán los compromisos ambientales por la adhesión a la OCDE, los 17 ODS de la Agenda 2030 y la hoja de ruta acordada en la reciente COP26. Antes de votar analice los equipos de profesionales que tiene su partido y valore si tienen la capacidad de impulsar, a la Costa Rica Bicentenaria, hacia los nuevos paradigmas que impone el crecimiento verde, la agenda azul, la resiliencia climática, la bioeconomía o la innovación aplicada al estudio de la biodiversidad.

Para ayudarl@ en la decisión de elegir candidat@, ponemos a su disposición un análisis sobre los compromisos que, en materia ambiental, han sido citados en los planes de gobierno 2022-2026. Este análisis revela la presencia o ausencia de 15 indicadores comúnmente utilizados para medir el desempeño y cumplimiento de los 17 ODS, de la agenda ambiental OCDE y de acuerdos COP26. Los indicadores son: cambio climático/resiliencia climática, energías renovables electromovilidad, GIRH, gestión integral de residuos sólidos, innovación, biodiversidad, aspectos marino-costeros, pesca, economía azul, bioeconomía, servicios-soluciones basadas en la naturaleza, bioalfabetización, riesgo climático, seguridad alimentaria y turismo ecológico.

Los resultados corroboran que hay candidaturas que desconocen totalmente el significado del liderazgo ecológico nacional y el tema ambiental es casi insignificante. Para otros partidos lo ambiental es marginalmente abordado, apenas insinúan generalidades y categóricamente no plantean proyectos específicos. Afortunadamente, hay un grupo de partidos con una robusta agenda para el abordaje de la naturaleza y gestión de políticas públicas. Su carta al pueblo contiene proyectos alineados con las principales tendencias sobre desarrollo sostenible y su apuesta programática sigue la hoja de ruta de compromisos locales e internacionales.

Sobre esto, destaca el Partido Liberación Nacional como uno de los partidos que ha asumido más compromisos ambientales y propuestas claras. Su manifiesto político cubre el 100% (15) de los indicadores valorados. Le siguen el Frente Amplio, Acción Ciudadana, Liberal Progresista y Nueva República. Este grupo presenta proyectos vinculados con 14 indicadores, pero en conjunto no indican acciones en economía azul, electromovilidad o la bioalfabetización. Costa Rica Justa, Unidad Social Cristiana y Fuerza Nacional forman un tercer nivel, estos cumplen con 12 o 13 indicadores. Un cuarto grupo lo conforman Movimiento Social Demócrata, Nueva Generación, Republicano Social Cristiano, Unidos Podemos, Liberatorio, Restauración Nacional, Integración Nacional y Nuestro Pueblo, todos se comprometen con al menos 11 de los temas examinados. Finalmente, hay un conjunto de partidos, cuyo plan de gobierno compromete proyectos con 50%, o menos, de los indicadores elegidos. En este bloque aparecen Alianza Demócrata Cristiana, De los Trabajadores, Encuentro Nacional, Justicia Social, Progreso Social, Unión Costarricense Democrática, Unión Liberal, Accesibilidad Sin Exclusión y Pueblo Unido. En la tabla 1 y figura 1, para cada partido político se presentan los detalles sobre la presencia o ausencia de los indicadores en los planes de gobierno.

Reflexión final

A pesar de que somos campeones de la tierra y de tener una larga tradición de protección de la naturaleza, en las contiendas políticas los temas ambientales son marginales. Los foros y debates discurren sobre temas sociales y económicos y solo ocasionalmente se les cuestiona a los candidatos sobre acciones para impulsar el desarrollo sostenible. Las encuestas y los registros publicados corroboran que no elegimos a un candidato que promete reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, que no se escoge a un partido por sus propuestas para evitar la extinción de especies o la pérdida de hábitats esenciales continentales o marinos. Los electores persiguen la promesa de un líder que pueda sacarlos de la pobreza, dinamizar la economía nacional, que ofrezca empleos y que mejore la calidad de vida.

Alerta, no es posible disociar el concepto del desarrollo sostenible del principio de no regresión. El grueso del caudal votante olvida que una reactivación económica, será quimérica si el país no protege el patrimonio natural que sustenta la base económica. Literalmente, todos los servicios del agro, la industria, el turismo, las exportaciones y la salud dependen de la calidad ambiental de los ecosistemas. Un país contaminado, o ecológicamente degradado, es una nación condenada a más pobreza multidimensional, a mayor desigualdad social y económica y con menos posibilidades de aprovechar los bienes y servicios que la naturaleza nos aporta con aire limpio, agua potable, acceso a energía renovable, seguridad alimentaria y a un entorno espiritualmente sano.

No permita que llegue a  Zapote un partido cuyo plan de gobierno le dedica media hoja a la agenda ambiental. Con su voto puede censurar a muchas agrupaciones políticas que excluyen a la naturaleza de su propuesta programática. Investigue si la tendencia de su preferencia tiene la capacidad de impulsar a Costa Rica a mejores niveles de bienestar y desarrollo humano inclusivo, democrático y resiliente con la madre naturaleza.  Su voto cuenta.

 

 

 

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