Opinión

Parques Nacionales y desarrollo sostenible

Hace unos ocho años escribí un artículo denominado “De nuevo arremeten contra Parques Nacionales”

Hace unos ocho años escribí un artículo denominado “De nuevo arremeten contra Parques Nacionales”, denunciando el peligro que sufrían estas áreas protegidas por la amenaza de proyectos de infraestructura de gran escala. Lo planteado en ese entonces tiene más vigencia hoy en día, porque sectores y personas continúan viendo estas áreas solo como depósitos de recursos naturales, en vez de atesorar su gran valor ecológico, paisajístico, socio-económico y como factor de superación individual y social. Una de estas amenazas es el proyecto de ley N°19233, impulsado por el diputado Ottón Solís, del PAC, que vía autorización o permiso de uso, promueve proyectos de infraestructura geotérmica dentro de los Parques Nacionales Rincón de la Vieja, Tenorio y Arenal, en la provincia de Guanacaste.
La pregunta fundamental en este tema es muy simple: ¿Cuál es el concepto y visión de los Parques Nacionales que queremos en el futuro? Debemos definir como sociedad si queremos mantener el concepto que ha prevalecido hasta ahora, que nos ha dado tanto prestigio internacional, basado en la conservación inalterada, donde en estas áreas solo se permiten actividades de ecoturismo controlado, investigación y educación ambiental, o por el contrario, si pretendemos cambiar esa concepción y abrir estas áreas a la explotación con grandes proyectos de infraestructura, en este caso de geotermia. Nos quieren vender la idea que con un manejo sostenible todo se soluciona y no es así. Actualmente todo puede ser etiquetado como sostenible, hasta la minería, el petróleo, la pesca de arrastre y la deforestación, por lo que el riesgo país de abrir estas áreas a este tipo de explotaciones es sumamente grande. Se daría un cambio y una erosión inmediata del concepto de Parque Nacional, y se propiciaría una destrucción gradual en estas áreas, si este mecanismo del permiso se generalizara con otras actividades y proyectos (hidroeléctricas, gas natural, madera, turismo, carreteras, etc)
Hay que entender también que el manejo sostenible y la recuperación forestal que se haya realizado de las áreas de proyectos geotérmicos como Miravalles o Pailas, no es para nada comparable con un Parque Nacional. El turismo va a los parques nacionales a ver naturaleza inalterada, no grandes tuberías, pozos humeantes, casas de máquinas o caminos, por muy interesantes que sean técnicamente. Es chocante para los amantes de la naturaleza, encontrar, como ocurre en el caso de bosques colindantes con el P.N Rincón de la Vieja, como los senderos son atravesados por tuberías geotérmicas de diferente tamaño, en lo que bien podría constituir otro concepto de área protegida, pero no lo que hemos establecido y conocido como un Parque Nacional.
El precedente que se crea es nefasto, se puede afirmar que constituye la destrucción de los Parques Nacionales, conceptual y físicamente. Hay otras áreas protegidas de nuestro país que han seguido una dinámica similar, con resultados negativos. Como ejemplo está el Refugio de Vida Silvestre Gandoca Manzanillo, que en sus inicios constituía un área para la conservación inalterada y que se fue llenando de permisos y concesiones. Hoy, es un sitio con bosque, pero de refugio no queda nada. Eso pasaría sin duda con los Parques Nacionales, de aprobarse el citado proyecto de ley, y ese no es el futuro que queremos para ellos.
¿Hay opciones? En artículos anteriores he señalado al mecanismo de desafectación de ciertas áreas específicas y su reposición por otras equivalentes como la mejor forma en este caso de conciliar intereses desarrollistas con conservacionistas, mecanismo previsto ya en la legislación nacional. Si se aplica y maneja apropiadamente, permitiría el desarrollo geotérmico sin menoscabo de la integralidad superficial ni ecológica de los Parques Nacionales. Esa es la mejor opción país.
No debemos exportar el modelo de desarrollo sostenible, claramente expansionista y depredador que impera actualmente, a los Parques Nacionales y generalizarlo como visión futura de estas áreas. Lamentablemente a esto nos llevaría ese otorgamiento progresivo de permisos de uso. Por lo tanto, la respuesta de todos los costarricenses a estas pretensiones aperturistas debería ser un categórico, rotundo y patriótico No. Esperemos que los diputados no aprueben este dañino proyecto de ley, que no pasen a la historia como los promotores de la destrucción de nuestros Parques Nacionales, o bien que el Gobierno cumpla su palabra de no avalar este tipo de propuestas, y lo rechace. Es mucho lo que está en juego, para las actuales y futuras generaciones.

Suscríbase al boletín

Ir al contenido