Desde 1913 se celebra en Costa Rica los primeros de mayo como día internacional de los trabajadores (en memoria de los mártires de Chicago se acordó internacionalmente conforme a la II Internacional Socialista celebrar el 1º de mayo con jornadas de lucha a partir de 1889). Organizaciones sindicales, populares, movimientos sociales, ecológicos, y luchadores por la erradicación de la desigualdad por sexo o género, reflexionan cada 1º de mayo en distintos países del mundo acerca de sus condiciones de vida. Se realizan balances de logros y propuestas para mejorar sus condiciones de existencia. Frente a la marejada de reingeniería impulsada por corrientes neoliberales sobre el Estado, se levantan las voces de los mártires de Chicago que se extienden allende los mares. En efecto, Michael Schwab advierte: “¿Qué han hecho los partidos tradicionales por el pueblo? Prometer mucho y no hacer nada, excepto corromperlo comprando votos en los días de elecciones”. Lo anterior constituye una práctica en diversos países que se precian de democráticos, donde la promesa incumplida es sin lugar a dudas una constante. Decía Óscar Neebe: “…A estos hombres hay que organizarlos; en la organización está la fuerza. Y ayudé a organizarlos. Fue un gran delito”. Ciertamente de la organización surgen fuerzas indestructibles de los pueblos, de ahí que parte de la estrategia de los grupos poder (enemigos de los pueblos) es la desarticulación de las organizaciones populares y sindicales, el uso de todos los medios de comunicación masiva oficiales para desprestigiar a los líderes populares y sindicales (a veces su eliminación). De las palabras de Adolf Fischer “…Pero si yo he de ser ahorcado por profesar mis ideas, por mi amor, a la libertad entonces no tengo nada que objetar”, se desprende una actitud cuyo sustrato es la dignidad humana y en la defensa de un ideario alternativo. Louis Lingg manifestaba: “Me acusáis de despreciar la ley y el orden. ¿Y qué significan la ley y el orden?” Llama la atención sobre una cuestión vital, la identificación de quiénes y en función de qué imponen el orden, el despojo de las libertades fundado en un ordenamiento jurídico para imponer privilegios de clase, poniendo en función todas las instituciones y aparatos de represión. George Ángel señala: “Vuestras leyes están en oposición con las de la naturaleza, y mediante ellas robáis a las masas el derecho a la vida, a la libertad y al bienestar”. En efecto, ´se debe ganar el pan con el sudor de la frente´. Empero la ley del salario mínimo garantiza la esclavitud de los trabajadores (amén de las lacras como el desempleo y el subempleo inherentes al sistema capitalista), y no se legisla sobre la ganancia. Albert Parsons ataca directamente al sistema asalariado “…Ahora bien, señores; yo, como trabajador he expuesto los que creía justos clamores de la clase obrera, he defendido su derecho a la libertad a disponer del trabajo y de los frutos de su trabajo”. En Costa Rica además el 1º de mayo constituye la defensa de la soberanía nacional y de Centroamérica, razón por la que de ninguna manera se debe desvirtuar las marchas y reflexiones para edificar un mundo mejor (También la Iglesia reclama el 1º de mayo, pues, el Papa León XIII había sugerido a todos los obreros la veneración de San José y en 1955 Pío XII estableció la celebración litúrgica los primeros de mayo). En el decir de Samuel Fielden: “Yo creo que llegará un tiempo en que sobre las ruinas de la corrupción se levantará la esplendorosa mañana del mundo emancipado…”, se infiere una posición optimista que reposa en la fe que debemos tener en nuestros pueblos para la edificación de un mundo que ponga en primer lugar la existencia y la vida de los seres humanos como la cuestión fundamental.
Palabras que hacen fuego
Desde 1913 se celebra en Costa Rica los primeros de mayo como día internacional de los trabajadores (en memoria de los mártires de Chicago