Opinión

¿Nunca sabes cuándo te espían?

A todos se nos ha ofrecido en Internet algo muy específico, y nos preguntamos por qué nos los muestran. Hoy les voy comentar de quiénes lo hacen posible, “Los brókeres de datos”.

Es una industria multimillonaria que incluye desde empresas de registros de deudas, estos sitios raros (Equifax / Datum) para buscar gente que aparecen cuando buscas, el nombre del novio raro de tus amistades, hasta estas empresas que no se conocen. Todas estas empresas tienen algo en común: Recolectan datos personales y se lo venden a otros.

Según Justin Sherman, corresponsal de WIRED, “son los intermediarios del capitalismo de vigilancia”. Así mismo, Pew Research Center menciona “seis de cada diez adultos en USA dicen que no les es posible evitar en la vida cotidiana que las empresas y los estados recolecten sus datos”.

Los brókeres de datos operan en un creciente ecosistema sin regulación, que pasa a ser escalofriante de un momento a otro. Lo cierto es que los brókeres de datos saben más sobre nosotros de lo que nos gustaría y usan esa información para más de lo que imaginamos.

Hoy comentaremos cómo funciona este sector. Primero, ¿Cómo se recolectan esos datos?

Cada vez que interactuamos con la sociedad, dejamos pistas que se pueden reunir y vender. Mucho de esto ocurre en Internet, en gran parte gracias a los “Cookies”. Estos se desarrollaron en los inicios del Internet y ayudan a que sea un poco mejor. Permiten que los sitios web nos recuerden. Por eso Amazon recuerda que pusiste en tu carrito en la última compra. Si eso fuera todo, no habría problema. Pero, con el tiempo, se incluyeron cookies de terceros. Son empresas por fuera del sitio que visitas que ponen un código en tu navegador para rastrear qué otros sitios visitas.

No sé ustedes, pero yo no quiero que una multitud de desconocidos vean qué busco en Internet. No es perverso, es algo privado. Algo privado no siempre es perverso. ¿No es perverso investigar?

Los brókeres de datos toman todas las pistas, las unen a otros datos que logran obtener y comparten el consolidado con empresas para publicidad. Lo plantea como bueno para todos.

Cuando estas empresas tienen suficientes datos, pueden clasificarlos en grupos. Los brókeres de datos venden el acceso a listas con títulos como: “pareja con poder”, “solteros ambiciosos”, “mayores con hijos en casa”, “comida al aire libre”, “carros de para batir barro” y “comida gourmet” y “niños y escuela”. Estos son nombres reales de categorías de datos.

Quizá no te importe si una empresa los clasifica como “niños y escuela” para crear publicidad efectiva. Pero también hay un lado oscuro. Algunas empresas pueden crear listas más precisas para personas con afecciones o preferencias sexuales y vender las listas a cualquiera que las compre. Lo que pueden comprar es preocupante. Es escalofriante. Si piensan: “Pero la ley lo prohíbe, ¿no?” No.

La información que le damos al médico es confidencial. Pero si vamos a un sitio web medico y buscamos “VIH” o “aborto” esa información no es confidencial. Parece un sistema apto para el abuso. Además, algunas empresas crean listas de, por ejemplo, “ancianos que sufren”, “préstamos personales para readecuar deudas” y “necesito ayuda me atrase 90 días de pagos”.

Algunos del sector aseguran que no arriesgarían a nadie al vender sus datos. Además, las aplicaciones del teléfono dan su ubicación a terceros sin que lo sepamos. Estas empresas dicen que venden los datos sin identificación. Esta última afirmación es muy común de parte los brókeres y sus clientes. Y esto es de análisis, suena reconfortante, pero puede ser muy fácil para quién está detrás de los números y códigos. Según Nature, descubrió que el 98% de las personas en USA se pueden identificar a partir de un grupo de datos con solo 15 características demográficas como: edad, género y estado civil. La facilidad de quitar el anonimato se conoce hace años. Al investigar de este tema, que nadie es anónimo en Internet.

Los brókeres de datos no son muy cuidadosos con los datos sensibles. Quizás pienses: “y que me importa, mi vida es un libro abierto, no tengo secretos, los brókeres de datos pueden hacer lo que quieran”. Aunque sea así, debemos pensar en otras personas, que tienen buenas razones para no querer que las ubiquen, ejemplo casos de víctimas de violencia de género.

Por desgracia, cada empresa tiene su proceso particular y a veces complejo para pedir eliminar la información. Ninguna ley los obliga a cumplir con el pedido. La falta de reglas no solo beneficia a individuos que quieren lastimarnos, también beneficia al Estado, por ello, el Estado necesita una orden judicial para recolectar datos de alguien sin consentimiento. Pero, si no obliga a nadie a entregar su información, sino que se la compra a un bróker, parece que está bien, no necesita una orden judicial. Ministerio de seguridad, bancos, poder judicial, cooperativas, financieras, Hacienda, Migración y cualquier particular mortal de este país compran datos sin órdenes, sin notificación pública, ni supervisión contundente. Esta información se usa desde casos penales hasta deportaciones.

Una persona puede no saber si una app les da datos y quizá la empresa que la creó tampoco lo sepa. Puede vender los datos a un bróker que se los vende a alguien más, que luego se los da al Estado.

En resumen, tenemos brókeres turbios casi sin supervisión que recolectan datos, crean perfiles para saber quiénes somos, dónde estamos y que es probable que hagamos y compremos. No podemos evitar este archivo y todos desde la policía, la prensa, hasta acosadores pueden obtener los datos.

Que se puede hacer, pues es muy difícil, ya que toda la economía de Internet se basa en esta práctica. Todas las cosas gratas que damos por sentadas son gratas porque somos su producto. Ganan dinero al vender tus datos. Hay algunos navegadores que nos protegen (Brave, Firefox, Duckduk Go y Ghostery), también el Iphone tiene el atributo de antirrastreo.

Debería haber leyes. En la UE dan la opción de rechazar las cookies, pero ahora las empresas presentan opciones de la forma más molesta. “Aceptar todas las cookies es una opción fácil, pero, para rechazarlas, pasas por pasos confusos sin una razón clara”. La verdad, muy ingeniosos. Nadie se esforzará para rechazar cookies solo para ver un artículo con el título a medias o la mitad de la foto.

Además, algunos políticos basan sus campañas en datos que obtienen de estos brókeres. Sí, para los políticos los datos son esenciales para captar nuestro interés con precisión. Es frustrante que la gente que podría hacer algo tenga tanto incentivo para no hacer nada. Parece que no saben lo fácil que es para cualquiera, realmente cualquiera, conseguir datos personales.

 

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