Es un llamado fuerte para nosotras como políticas y políticos. Si no tomamos las acciones urgentes en materia de cambio climático, no vamos a heredarles un planeta a las futuras y ni a las presentes generaciones. Es necesario tomar decisiones sobre energías limpias, la transformación de Recope y prohibir los vehículos de combustión interna.
Resulta grave y preocupante que nuestra Asamblea Legislativa, al igual que muchos otros parlamentos alrededor del mundo, carezca de una real y prioritaria agenda ambiental. Se trata de un tema de urgencia máxima, principalmente después de las conclusiones del reciente informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés)
El reporte señaló que las metas acordadas en el Acuerdo de París son insuficientes. Pero, además, expresa con claridad una terrible noticia: ya es tarde. En París nos planteamos una meta de no aumentar la temperatura mundial en más de dos grados centígrados. Dicho objetivo no solo es insuficiente, sino que, si se cumpliera a cabalidad -como lamentablemente no se está haciendo-, aun así es inevitable prevenir el retroceso y el deterioro ambiental de ecosistemas en todo el planeta.
El informe señala, de manera contundente, que la nueva meta tiene que ser no aumentar la temperatura más de 1.5 grados centígrados. Advierten que solamente un aumento de 0.5 grados puede afectar radicalmente ecosistemas, especialmente los más vulnerables como son los costeros. Por ejemplo, los arrecifes de coral se verían reducidos entre un 70% y un 90% con un calentamiento de 1,5 °C, mientras que casi todos (más del 99%) desaparecerían con aumento de 2 °C.
BBC resumió los resultados del informe de la mejor manera: los científicos están siendo diplomáticos con lo que dicen, pero, si pudiéramos ayudarles a traducir el mensaje para los políticos y tomadores de decisiones del mundo, el mensaje sería: actúen ya, idiotas.
Así lo dijo la BBC, y es un llamado fuerte para nosotras como políticas y políticos. Si no tomamos las acciones urgentes en materia de cambio climático, no vamos a heredarles un planeta a las futuras y ni a las presentes generaciones
El IPCC nos reafirma que afrontaremos diez años clave. Si en ese periodo de tiempo no logramos detener el aumento de la temperatura, para lo cual necesitaremos medidas drásticas y radicales, a partir de ahora podemos hablar de que el planeta va a dejar de existir progresivamente. Es una responsabilidad muy grande que no podemos evadir.
Al Parlamento le corresponde tomar acciones de inmediato. Por ejemplo, prohibir definitivamente los plásticos de un solo uso, no solo por las altas emisiones que generan, sino por la contaminación de las aceras y cañerías en la zona urbana que generan todas las inundaciones de la ciudad que vemos todos los días con las lluvias intensas.
Es necesario tomar decisiones sobre energías limpias, la transformación de Recope y prohibir los vehículos de combustión interna.
En Costa Rica alrededor del 66% de la matriz energética está basado en los hidrocarburos, el transporte usa el 67% del total de los hidrocarburos importados por el país y el parque vehicular está compuesto principalmente por motocicletas y automóviles, sumando un 80%.
Desoladoramente debemos aceptar que, lejos de preocuparnos por negociar y construir una agenda ambiental, hace poco la Asamblea Legislativa rechazó un proyecto de ley ambicioso que prohibía para el 2050 la entrada de autos que operan con combustibles fósiles.
Otros países del mundo ya aprobaron medidas como la anterior. El IPCC nos confirma que no es una medida descabellada, sino que es una medida adecuada para la clase de gravedad ambiental en la que se encuentra el planeta y la imperiosa necesidad de que actuemos ya.
Como diputada, voy a replantear ese proyecto de ley. Si Noruega, Francia, Colombia, Dinamarca, México y otros países lo están haciendo, acá también podemos. San José tuvo electricidad casi al mismo tiempo que París, y perfectamente puede tener flotilla vehicular eléctrica al mismo tiempo que París. Eso sí, nos lo debemos proponer como nación
Es momento de tomar decisiones radicales. Impulsaré, junto con otros compañeros y compañeras, una agenda para castigar la contaminación y las emisiones de hidrocarburos.
Tanto gobernantes como legisladores y legisladoras podemos y debemos restringir el uso, la importación, comercialización y hasta la fabricación de sustancias, productos y bienes que dañen la salud o el medio ambiente. Esto ya hoy día se aplica con respecto a cuestiones como sustancias, y puede fundamentarse científicamente el daño actual y potencial a la salud y al ambiente que producen los vehículos movidos mediante hidrocarburos.
Estamos en riesgo no solamente por la negligencia mundial relativa a las metas sobre cambio climático, sino porque han ascendido al poder personas como Jair Bolsonaro, quien ha amenazado con talar la Amazonia para asfaltarla. Entonces, es una lucha contra el cambio climático y contra personas que no quieren asegurar la supervivencia de la humanidad.