Opinión

Notable institución cultural cumple 40 años

El contexto costarricense no se caracteriza por la amplitud de opciones artísticas y culturales.

El contexto costarricense no se caracteriza por la amplitud de opciones artísticas y culturales.

Resultan decepcionantes y precarios los talleres de literatura.

Las salas de teatro montan la mayoría de las veces obras de escasa contribución y ligereza mental evidente.

Pero, dentro de tal panorama, debemos levantar la voz también por aquellos que sí cumplen con la tarea y proveen una alternativa de altura.

En el marco de esta labor, deseo resaltar el valioso aporte del Cine Magaly, que este 2018 cumple 40 años de existencia.

El Cine Magaly ofrece una opción culta de entretenimiento, es un oasis en medio del desierto. Me referiré primero aspectos menos conocidos.

A lo largo de años esta empresa privada ha asumido la quijotesca tarea de ir más allá de la mera exhibición de películas, incursionando en la enseñanza del cine como área del arte y del saber.

De tal manera, el cine imparte foros todos los sábados, bajo el liderazgo de expertos en la materia, todo a bajo costo.

Este tipo de operatividad no abunda en el medio costarricense, donde la mayor parte de las veces las pocas iniciativas culturales son fruto de intereses partidarios (por ejemplo de izquierda), o bien de personas cuya única finalidad es ganar fama personal.

Tanto el voluntarismo político partidista, con sus cánones y censuras, como la egolatría y sus laberintos empobrecedores del quehacer artístico son contrarios a los fines del arte. Al respecto, podría citar no pocos autores, pero dicho debate escapa al presente escrito.

También deben comentarse los aportes más conocidos por parte del Cine Magaly. Esta organización realiza todos los años los festivales de cine europeo y de cine latinoamericano.

Sin temor al error bien, puede decirse que Europa y América Latina producen el mejor cine del mundo, tan distinto del efectismo y la superficialidad de Hollywood. Aunado a esto, realiza otros esfuerzos relativos a países cuyas obras gozan también de poca difusión en el medio local.

Por ejemplo, festivales de cine coreano, israelí y japonés, entre otros; dichas producciones son de excelente calidad. Para todas estas iniciativas la empresa cuenta con el destacable apoyo de embajadas y fundaciones.

Entonces, el Cine Magaly no solo provee siempre la oportunidad de apreciar y disfrutar películas de grandísimo valor artístico, sino que además es un espacio casi único a nivel nacional para tal efecto.

El Cine Magaly demuestra que el mercado y el arte de excelencia no son antónimos. Su esfuerzo debe resaltarse porque provee de una ventana única al mundo.

Por consiguiente, aunque sea imitado su proceder, tal acción urge en un contexto en el que el sector cultura cuenta con demasiados factores adversos y padece a causa de muchas mentalidades nocivas.

Felicitaciones al Cine Magaly, deseamos que prosiga por una gran plétora de años más.

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