Opinión

Not, never Trump, never more

El mundo espera que los votantes lo aplasten. Es lo que se merece. Y como el cuervo de Edgar Allan Poe, acabo afirmando: “Shall be lifted, ¡never more!”

Esto que les voy a transcribir no me lo van a creer… Se van a caer de espaldas, pero es tan cierto como la gente que lo dice y como la fuente que lo respalda. Léanlo despacito, palabra a palabra:

«“Mensaje a los padres: Hoy en día, ya la gente no respeta nada. Antes, poníamos en un pedestal la virtud, el honor, la verdad y la ley… La corrupción campea en la vida americana de nuestros días. Donde no se obedece otra ley, la corrupción es la única ley. La corrupción está minando este país. La virtud, el honor y la ley se han esfumado de nuestras vidas.”

         Declaraciones de Al Capone al periodista Cornelius Vanderbilt Jr. Entrevista publicada en la revista Liberty el 17 de octubre de 1931, unos días antes de que Al Capone marchara preso.»

La cita la he rescatado del libro Patas arriba del célebre pensador uruguayo Eduardo Galeano, y es solo para ilustrar el mundo loco de “lo inverso” que habita el presidente de los Estados Unidos y el absurdo trabuco que deben soportar sus conciudadanos en toda la Federación.

Cuando su país es la nación más enferma del mundo, con 7 millones de contagiados de COVID-19, 5.000 más cada día y unos 200.000 muertos, él asegura que “todo va muy bien, que estamos ya doblando la esquina de la pandemia. Tremendus job”.

Cuando sus asesores científicos del Task Force le señalan que no habrá vacuna hasta en el año 2021, él asegura que “la tendrá en octubre, que los médicos están mal informados”.

Cuando llega a California, y en medio de los incendios más bestiales de Oregon, San Francisco y Los Ángeles, un periodista le pide opinión sobre el cambio climático, afirma que eso no es real y que ya pronto se apagan, que la ciencia no sabe de eso (cif).

Asegura el fireman D. Trump que “no se debe crear pánico por la pandemia, que no hace falta la mascarilla y que con una inyección de cloro se puede atajar el virus”. Opina que “puede comprar Groenlandia o cambiarla por el sucio Puerto Rico, que sus Generales del ejército son una pandilla de gallinas y que los latinos que llegan a salvar cosechas son unos terroristas y violadores”. ¡Habrase visto mayor imbecilidad!

Pero ahí no termina la cosa. Sigue peor cada día. Cuando el periodista Bob Woodward denuncia, en un libro, que se hizo ‘el ruso’ con la peste para proteger la economía, afirma que Bob es el culpable, por no haberlo publicado antes. También sostiene que “en noviembre habrá fraude electoral, porque el voto por correo es engañoso”. ¡Pero él mismo votará por correo!

Es un mundo patas arriba, donde el gobernante intenta poner todo al revés. Por conveniencia o por estulticia. Hace flotar al hierro y que se hunda el algodón. Un Al Capone repartiendo escapularios, solo que ahora no es en Chicago, sino en el Distrito de Columbia. Y en la campaña contra Biden dice: “Yo soy la ley y el orden, Joe, el sleeper, es el caos”. Ni siquiera se da cuenta del caos que lo rodea.

El mundo espera que los votantes lo aplasten. Es lo que se merece. Y como el cuervo de Edgar Allan Poe, acabo afirmando: “Shall be lifted, ¡never more!

 

 

 

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