Opinión

No es necesaria una reforma fiscal regresiva para solucionar el déficit fiscal

La problemática mayor se presenta en el Gobierno Central que en los últimos años ha cerrado con un déficit que oscila

La problemática  mayor  se presenta en el Gobierno Central que en los últimos años ha cerrado con un déficit que oscila entre un 5% y  un 5,8 % del PIB. Para el 2016 se espera un déficit de un 6% del PIB; aunado a que hay un déficit en cuenta corriente, es decir los ingresos corrientes no alcanzan para cubrir la totalidad del gasto corriente, además de que el 40 % del Presupuesto Nacional se financia con deuda, e inclusive se financia gasto corriente con créditos, lo cual es una situación delicada en el manejo de las finanzas públicas y se incumple el artículo 6 de la Ley de Administración Financiera y Presupuestos Públicos. En el sector descentralizado  y de las empresas públicas, es otra situación y muchas presentan superávit. Se debe tener claro que para reducir el déficit fiscal existen dos vertientes los ingresos y los gastos. Nos debe llamar a reflexionar que todos los días se dan noticias sobre el mal uso de los fondos públicos,  por ejemplo el Banco Nacional pagó   de más por el bono de productividad correspondiente al período 2014  la suma de 1.096 millones cuyo  pago se realizó   en el 2015, según información de la prensa escrita. Así los sonados casos de desperdicio de recursos públicos como “el puente de la platina”, “la trocha fronteriza” y la “concesión de la carretera San José –San Ramón.  Aunado a la deficiente ejecución de los gastos en muchas de las entidades públicas y el  no cumplimiento de metas, como en el sector social que por más de 20 años no ha podido disminuir la pobreza y la desigualdad. Mientras no se mejore en el uso de los recursos públicos y por ende un gasto público más eficiente y eficaz, no se puede aprobar  una reforma fiscal. Aunado a que deben disminuirse los incentivos salariales y las pensiones de lujo.  Se debe también reestructurar el sector público de Costa Rica, que con más 300 entidades y 900 programas, tiene un accionar muy lento y poco eficiente. En el caso de  nuevos impuestos, en primera instancia se debe disminuir la evasión fiscal que según datos del Ministerio de Hacienda y Contraloría General de la República oscila entre un 5% y  un 7%. Se deben eliminar o disminuir las exoneraciones. Todas esas medidas  complementadas con  el concepto de renta mundial, para que cada persona pague realmente en función de los ingresos  que recibió. No era necesario el impuesto al valor agregado que es un impuesto regresivo; pero si quiere mejorar la recaudación se puede en una primera etapa pasar del impuesto de ventas al impuesto al valor agregado y dejarlo como está actualmente y en  el futuro cuando mejore la situación económica del país, incluirlo para los servicios.

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