Opinión

Minusvalías: Subterfugio de las Operadoras

En la Asamblea Legislativa se ha venido discutiendo un proyecto de ley con la intención de que los trabajadores puedan retirar el 30% de sus recursos acumulados en su cuenta individual del Régimen Obligatorio de Pensiones (ROP), propuesta que podría ser viable bajo circunstancias especiales. Un ejemplo sería cuando la persona se encuentra en estado terminal y además no le concurre derechohabientes, tales montos le podrían ayudar a mejorar su calidad de vida en el tiempo que le reste de vida, así se podría encontrar otros casos que lo ameriten, sin ir en contra de los principios y espíritu de la creación del ROP y el Fondo de Capitalización Laboral (FCL).

En todo caso, este proyecto ha utilizado como caballo de batalla el hecho de que se han presentado minusvalías en los recursos invertidos por las Operadoras, las cuáles, cuándo son materializadas, se las están trasladado a los administrados en sus cuentas individualizadas; tal argumento no debe justificar el fin del proyecto de ley, ya que desde un inicio las Operadoras tienen la obligación de realizar una sana y transparente gestión, según el mandato legal consignado en la Ley de Protección al Trabajador (LPT), así que cómo, decían nuestros abuelos: “el frío no está en las cobijas”.

¿Cuál es la obligación de las Operadoras? Administrar los recursos financieros captados por medio de las cotizaciones de los trabajadores y patronos, conjuntamente con las transferencias de ley que se indican en la LPT. Si bien es cierto, las Operadoras se ubican dentro de nuestro modelo de seguridad social, por su genises estas están más orientadas a una industria meramente financiera, ya que la única obligación de las Operadoras, es administrar financieramente los recursos, con la única obligación de entregarlos cuándo los administrados cumplen los requisitos según la LPT. O sea, este tipo de régimen se conoce como de ”Capitalización Definida”, esto se traduce en que, al final del día, al administrado se le otorga lo que se le acumuló en su cuenta. Para saber si algunas Operadoras están realizando una sana administración del régimen, se refleja en que no habría descalces, lo que significa que cuando el administrado se presente a reclamar su beneficio, este se encuentre en monedas constantes y sonantes, y no que se deba recurrir al mercado financiero para materializar o hacer efectivo un instrumento financiero, el cual se vence meses o años después, que para perjuicio del administrado, dicho instrumento presenta, en ese momento, una minusvalía, o sea, que el valor fiduciario o lo que pagan es menos de lo que me costó, trasladando esa depreciación o pérdida a la cuenta individual del beneficiario.

¿Puede una Operadora evitar que suceda esto? ¡Claro! Lo que se requiere es planificar la composición de su portafolio de inversiones con respecto a las necesidades de la población que está administrando. Como las Operadoras cuentan con toda la información de sus administrados, ellas pueden conocer, con un alto grado de probabilidad, cuándo un administrado va a llegar a solicitar su beneficio, por tal motivo, con solo planificar bien la estructura del portafolio, no debería de presentarse descalces y pérdidas que terminan pagando los administrados. Aún más, ¿qué sucede con los administrados que desean cambiar de Operadora? Ellos tampoco deben ser perjudicados, pues claramente la Operadora debe contar con una reserva de contingencia para los casos que solicitan traslado, y esta reserva se estima con solo conocer el comportamiento de la Operadora en sí y lo que está sucediendo en el mercado.

De manera que, pareciera que se encuentran más excusas que resultados. El negocio de las Operadoras debe tomarse con la seriedad y responsabilidad, no solo porque la ley lo demanda, sino porque se está administrando los ahorros y esfuerzos de todos los trabajadores formales y otros más. Es decepcionante y frustrante cuándo un trabajador ve que su cuenta individual se reduce, en lugar de aumentar. Por último, es lamentable que, a doce años de la LPT, un porcentaje muy alto de los trabajadores no sepa qué es el ROP y el FCL.

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